7.- Idiota

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TaeHyung llega al edificio de su madre cerca de las dos de la madrugada. Teme que ella lo regañe por no avisar que estaría hasta tan tarde en las calles, pero esa manía de desviarse del camino lo llevó a perder la noción del tiempo una vez que salió del cine, pues nunca creyó que tras la fachada de un pequeño minimarket encontraría una enorme sala de videojuegos. Así, olvidó por completo que había entrado por una botella con agua y, en cambio, se escabulló tras una cortina y su rostro se iluminó al ver varias cabinas con ordenadores, todos dispuestos para él. Además, la dueña del lugar no dudó en tentarlo y, por tanto, sólo cuando se adormeció una de sus piernas fue que comprobó lo tarde que es.

— Qué haréee... —susurra por lo bajo, mientras mira por enésima vez su teléfono celular, apagado ante la falta de carga.

Ha decidido tomar la entrada del callejón como modo de evadir las preguntas del anciano conserje y como medio de no hacer ruido al ingresar por la puerta principal. Si su abuela lo viera ahora, sabe que lo regañaría hasta más no poder, por lo que con prisa camina en dirección al contenedor de basura que utiliza como soporte para trepar por las escaleras de emergencia.

— ¡Hey!

El brinco que da lo hace llevar su mano al pecho, donde los mil perdones que dedicaba al cielo acaban transformándose en insultos.

— Aiiiich, qué susto me has dado —intenta hablar por lo bajo, actitud que divierte al guardia ante el notorio ruido que hay alrededor, con aquellas parejas que se besan o pelean, con aquellos que beben y fuman.

— Huyes como si hubieses cometido un delito.

Aquella voz lleva a TaeHyung a mirar a la persona que está apoyada junto a la puerta, a un costado del guardia que lo llamó en primera instancia. La reacción de TaeHyung es tragar saliva y aferrarse a las tiras de su mochila. En cambio, YoonGi sonríe ante la actitud del castaño y lanza una colilla de cigarro al suelo para inmediatamente encender otro.

De algún modo, TaeHyung no tiene escapatoria, menos cuando la distancia entre ellos se acorta luego de que YoonGi avanzara hacia él. El humo que exhala el de piel pálida lo hace toser, mientras se vuelve evidente que YoonGi disfruta de aquello, pues sólo lo observa de manera atenta y en silencio hasta que acaba por lanzar la mitad del cigarrillo al suelo.

— ¿No crees que es demasiado tarde como para que un niño como tú siga merodeando en las calles? —habla al fin, tras largos segundos de mutismo.

— No soy un niño —responde casi por inercia.

— ¿Estás seguro? —YoonGi vuelve a insistir, pues lo divierte el nerviosismo de su interlocutor.

En cierto modo, TaeHyung responde con una afirmación en voz baja, tan baja que ni él mismo percibe el sonido de su voz. Jamás ha sentido una atracción tan fuerte hacia un hombre y eso lo perturba en demasía, debido a que nunca antes se consideró una persona preocupada en buscar el amor, por lo que, al tener a YoonGi frente a él, anhela comprender qué tipo de encantamiento lo tiene con los latidos de su corazón acelerados, donde un imperceptible susurro lo llama hacia lo prohibido. Además, no ayuda el hecho de que YoonGi vista una chaqueta de cuero y pantalones ajustados, lo que a todas luces genera que TaeHyung se muerda el labio inferior para no verbalizar lo guapo que se ve. Sin embargo, quien sí lo dice es su madre, la que aparece ante ellos de la nada, un tanto tambaleante, comprueba el castaño al ver que se apoya en el hombro del de piel pálida.

— Yaaaaah, dos hombres guapos en mi camino..., una bendición —arrastra las palabras, lleva una de sus manos a acariciar la mejilla de TaeHyung y luego mira a YoonGi—. Me encanta que sean amigos...

IF NOT WITH ME│YOONTAE。o○.。o○.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora