El Señor De Los Anillos

La caída

Y llegó el miercoles de actualización... lo esperaron?? Dejen sus comentarios y votos!!

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-¡No! ¡Noo!- exclamó Gimli observando los esqueletos tirados por todos lados.

-¡Trasgos!- Legolas había recogido una flecha y la observaba atentamente.

-Debimos ir por el paso de Rohan. ¡Y nunca entrar aquí!-dijo Boromir y por primera vez en todo el viaje Celebrían estuvo de acuerdo-Salgamos de aquí. ¡Fuera!- La compañía hecho a correr fuera de la cueva.

-¡Trancos!- Gritaron Frodo y Sam mientras corrían de vuelta a la cueva como si el mismo demonio los persiguiera. Los tentáculos venían tras los Hobbits y entre Celebrían y Boromir los cortaron evitando que apresara a los medianos.

-¡Corred! ¡A las minas!- gritó Gandalf, y ahí fueron todos, de nuevo a los muros de moria. Las extremidades que aún conservaba el animal golpearon con tal fuerza la montaña que se derrumbó y bloqueo la entrada- Solo nos queda una opción ahora. Enfrentarnos a la larga oscuridad de Moria. Manteneos alerta-Celebrían y Legolas se observaron, y una sombra de temor cubrió los ojos de los elfos- Hay seres más antiguos y viles que los orcos en las profundidades del mundo. Silencio ahora. Son 4 jornadas de viaje hasta el otro lado Confiemos en que nuestra presencia pase inadvertida- Celebrían sabía que eso sería imposible, pero no comentó nada y comenzaron a caminar.

Los días pasaban entre aquella que oscuridad los cubría, esa sensación de vacío, de temor. Los elfos veían muy bien en la oscuridad y por ello cuidaban a sus compañeros. Aragorn y Boromir avanzaban con cautela, atentos a cualquier sonido o movimiento, pero para ser sinceros no podían ver nada y únicamente oían a su corazón latiendo rápidamente.

-No tengo recuerdos de este lugar- sentenció el mago sentándose frente a la entrada de dos túneles

-¿Estamos perdidos?- Preguntó Pippin sentándose junto a los demás Hobbits

-No- Le contesto Merry

-Yo creo que sí- insistió Pippin

-¡Ssshhh! Gandalf está pensando- le regañó Merry perdiendo la paciencia

-Hay algo ahí abajo...- dijo Frodo acercándose a Gandalf

-Es Gollum. Nos lleva siguiendo durante tres días-contestó el mago sin dejar de mirar al frente- Ha escapado de las mazmorras de Barad-dûr. Ha escapado... o le han soltado. Odia y ama el Anillo tanto como se odia y ama a sí mismo. Nunca se librará de esa necesidad de él.-

-¡Lástima que Bilbo no le matara cuando pudo hacerlo!- comentó Frodo con desprecio

-¿Lástima?-Preguntó Gandalf con sorpresa- La lástima fue lo que frenó la mano de Bilbo. Muchos vivos merecerían la muerte, y algunos que mueren merecen la vida. ¿Podrías dársela tú, Frodo?- el mediano bajo la cabeza arrepentido por lo que había dicho- No seas ligero a la hora de repartir muerte o juicio, ni los más sabios pueden discernir esos extremos. El corazón me dice que Gollum tiene aún un papel que cumplir, para bien o para mal, antes de que todo esto acabe. La compasión de Bilbo podría regir el destino de muchos- Y tomó una calada de su pipa

-Ojalá el Anillo nunca hubiera llegado a mí- dijo Frodo sentándose junto al mago- Ojalá nada hubiera ocurrido.

-Eso desean quienes viven estos tiempos, pero no les toca a ellos decidir. Solo tú puedes decidir qué hacer con el tiempo que se te ha dado- Gandalf lo vio comprensivo- Hay otras fuerzas actuando en el mundo además del mal. Bilbo estaba destinado a encontrar el Anillo, por tanto tú también estabas destinado a tenerlo. Y eso es un pensamiento alentador.-