El Señor De Los Anillos

Una tarta

El cielo estaba teñido de un intenso color naranja, en la ciudad había pequeñas cascadas que en ese momento reflejaban el tono de la bóveda celeste. La torre más alta del castillo apenas estaba siendo tocada por la luz del sol, todo el pueblo se veía más hermoso que de costumbre.

En una habitación del palacio una joven estaba desesperada por ponerse algo apropiado para cenar, se quitó los restos de harina que tenía en el cabello y el rostro, se colocó un hermoso vestido celeste sin mangas que hacía ver a sus ojos mucho mas claros. Se trenzó una parte de su cabello como una diadema y el resto lo dejó suelto haciendo que sus bucles cayeran por toda su espalda.

Comenzó a caminar hacia las escaleras cuando notó que una figura estaba parada a unos metros de ella. Aldhir estaba vestido con el típico traje de los varones elfos.

-Te ves hermosa- le aduló el elfo cuando ella llegó hasta él- Aunque eso ya lo sabes- y sonriendo amablemente le tendió su brazo.

-También te ves apuesto- Respondió ella sonriéndole- Me pregunto a cuantas doncellas tendrás tras de ti- comentó la joven tomándose de su brazo y comenzando a bajar por la escaleras.

-Te sorprenderías- se limitó a decir Aldhir juguetonamente.

En el pueblo la puesta del sol se veía realmente diferente a la que se veía en el palacio, los infantes aun jugaban en las calles y las personas aún se encontraban en el mercado.

Aragorn y Arwen seguían disfrutando de su paseo, conversaban de cosas triviales y reían muy a menudo. La princesa comenzó a contarle al montaraz diversos detalles de su familia, en especial de su hermana y es ahí cuando Aragorn comenzó a dudar de la menor de los príncipes.

-Ella siempre fue muy arrogante- comentaba la elfa con fingido pésame- A tal punto que quiso ser alabada por sus victorias en las batallas, amenazó a mi padre con huir si no le permitía unirse a las filas- dijo causando mucha sorpresa en su acompañante que se limitaba escucharla sin decir nada. Arwen seguía hablando de lo mal que se comportaba su hermana y las diversas discusiones que tenían, las cuales según su versión, eran iniciadas por Celebrían.

Aragorn comenzaba a pensar en la menor de las princesas de manera diferente, se asombraba por las cosas que le contaba Arwen, la persona que ella describía era totalmente diferente a la chica que había conocido en el bosque o la que le había curado después de su enfrentamiento con Lólindir, pero como dudar de Arwen si después de todo era ella la que convivía a diario con Celebrían. Después de un rato más de constantes quejas de Arwen, ambos decidieron que era momento de volver al palacio.

***

La puerta del comedor se abrió y dejó ver a una pareja de elfos, se veían realmente bien juntos.

-ALDHIR- grito el príncipe Elrohir desde la mesa poniéndose de pie- ¿Cómo osas estar en Rivendel y no venir a saludarme antes?- Preguntó con fingida molestia.

-Perdóneme su alteza, pero alguien me ha entretenido todo el día- comentó mientras señalaba discretamente a su compañera.

-Si no querías estar conmigo te hubieras ido- dijo con un tono molesto la princesa, aunque después estaba sonriéndole nuevamente.

-Bueno basta, ven a sentarte con nosotros hermano- pidió Elladan indicándole un asiento a su lado.

-Arwen, cuanto tiempo- Saludó el elfo.

-Aldhir, que alegría verte- respondió ella con una sincera sonrisa, no podía negar que apreciaba demasiado a ese elfo.

- ¿Y de mí no te acuerdas?- Dijo Lólindir

-Cómo olvidarte- comentó sonriendo Lólindir- Te ves más viejo- dijo divertido y segundos después todos estallaron en carcajadas, el aludido los veía con ojos asesinos y tuvieron que callar.

-¿Y Usted quién es?- cuestionó con interés el elfo al joven que estaba sentado en silencio a un lado de Arwen.

Aragorn y Arwen habian llegado primero al comedor y tomado su asiento correspondiente. La puerta se abrió y el hombre estuvo esperanzado por que entrara Celebrían, sin embargo fueron los gemelos y Lólindir los que cruzaron el umbral. La puerta volvió a abrirse y dejo ver a la persona que estaba esperando, sin embargo ella estaba acompañada de otro elfo, no lo había visto en la ciudad. Posó sus ojos en la figura de ella y quedó asombrado de lo hermosa que se veía esa tarde, todo desapareció para él, la charla que tuvieron los príncipes con el desconocido fue imperceptible. Se veía realmente bella en ese vestido azul, daba a sus maravillosos ojos un tono realmente encantador, su cabello enmarcaba su lindo rostro y le daba un toque atractivo. Sus pensamientos fueron distraídos y fue traído a la realidad por una pregunta de aquel elfo.

-Mi nombre es Aragorn- Respondió este inclinando su rostro.

La conversación se vio interrumpida, pues el sumo monarca entró en la habitación y sonriéndole a los presentes tomó su asiento. La cena transcurrió con normalidad, el rey estaba platicando animadamente con Aldhir. Elrond sentía un especial afecto por ese elfo, le haría muy feliz si una de sus hijas estuviera interesada en él, pero el rey sabía que las princesas solo lo veían como a un hermano y el respetaba su decisión.

-Antes de que corran cada quien por su lado- comenzó a decir Celebrían mientras se ponía de pie- Hice un pequeño postre por nuestro invitado que me gustaría compartir con ustedes- informó mientras una de las empleadas llevaba la tarta que se veía realmente apetitosa.

***

Era increíble como todos mostraban interés en su hermana, eso la hacía sentirse furiosa, primero Lólindir, después Aldhir y ahora Aragorn, ¿que tenía Celebrían que ella no? Era hermosa, graciosa, y muchas cosas más, pero al parecer sus malditos genes del bosque de niebla la hacían mas irresistible. Siempre había sido así, la preferida era Celebrían. Pero ya se había jurado que no dejaría que ella tuviera a su lado algún buen caballero antes que ella. Arwen estaba decidida a romperle el corazón a su hermana, lo estaba haciendo, tenía que hacer que Aragorn viera de mala manera a su hermana, pero como siempre Celebrían tenía que hacer algo lindo para alguien.

-Se ve realmente deliciosa- comentó sonriendo el rey- Me alegra que lo hayas hecho hija- dijo mientras miraba tiernamente a la princesa.

-Já, malagradecida- murmuró Elrohir- Ni por nuestra llegada has hecho semejante cosa- reclamó con fingida indignación.

-Oh hermanito sabes que te amo- respondió ella sonriéndole.

-Bueno, será mejor que probemos la repostería de Celebrían- indicó Arwen sirviendo un pedazo a Aragorn y a ella misma.

-Toma Aldhir- dijo poniendo una rebanada frente a él, en un claro afán de verse indiferente ante los actos de Arwen- Padre, espero te guste- comentó pasando una rebanada a su padre.

-Estoy seguro que así será- respondió él con una sonrisa

Parecía que todos dieron el bocado al mismo tiempo, Celebrían esperaba impaciente el comentario de ellos.

-Esta deliciosa- Exclamó Aragorn- Esta excelente Celebrían- Felicitó con una gran sonrisa

-Gracias Aragorn- respondió y sus mejillas se tornaron de un lindo color rosa el cual no pasó desapercibido por dos elfos.

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