El Señor De Los Anillos

Nada cambiaria

Lo había decidido, era la única forma de saber a quién quería, aunque no la manera más inteligente de hacerlo. Por alguna razón optó por Arwen, tenía que confirmar lo que sentía cada vez que estaba con la elfa. La había citado una noche antes de que se marchara, si las cosas iban bien podría tener un motivo más para quedarse.

***

Arwen caminaba por los pasillos rumbo a los jardines traseros, Aragorn la había citado después de la cena. Estaba nerviosa, había decidido que era el momento de confesar todo. Lo vio de lejos, estaba junto a una cascada que se producía por la construcción, la luna estaba muy brillante y el cielo era adornado por millones de estrellas, era una noche muy bella.

-¿Has esperado mucho?- Pregunto al llegar junto al montaraz

-Acabo de llegar- respondió sonriéndole, estaba muy hermosa esa noche-Te ves preciosa- le aduló el montaraz consiguiendo el sonrojo de su compañera.

-Gracias- susurró apenada- me has dicho que querías hablar conmigo- 

- si- respondió él- Arwen, desde mi llegada a Rivendel hemos sido muy cercanos- comenzó a decir el montaraz mientras una de sus manos se posaba en una mejilla de la elfa y la acariciaba- Eres muy hermosa- susurró mientras comenzaba a acercarse a sus labios. Se unieron en un tierno beso que aclaro todas la dudas que sentía en su corazón.

***

Celebrían caminaba rumbo al castillo, se detuvo un momento al visualizar a Aragorn en uno de los jardines, iba a ir a su lado cuando vio llegar a su hermana junto al montaraz; por una razón se ocultó tras uno de los árboles y observó en silencio. Su corazón se partió en mil pedazos al ver como Aragorn besó a su hermana, sus ojos se llenaron de lágrimas y echo a correr al palacio.

***

Se separaron después de un momento y Aragorn le sonrió a la princesa, ahora todo estaba claro, no había mas dudas.

-Lo has sentido ¿cierto?- pregunto a la elfa

-Esto no es lo que creíamos- Arwen puso distancia entre los dos

-¿Amigos?- 

-Claro que sí, y ahora ¿Qué esperas? Ve a buscar a Celebrían- comentó con una dulce sonrisa.

Hizo una reverencia y echo a correr al interior del castillo, no tenía más dudas, la persona que amaba era Celebrían.

***

Celebrían corría a su habitación, sus lágrimas caían por sus mejillas y le nublaban la vista; al llegar a los pies de la escalera que conducía a su habitación unas manos la detuvieron por los hombros y la hicieron girarse.

-¿Celebrían que ocurre?- dijo jadeante Lólindir, al parecer había estado corriendo tras ella.

-Yo... solo...- Tartamudeaba mientras gruesas lagrimas caían por sus mejillas. Él vio en los ojos de la elfa un profundo dolor. Se sentía inútil al no poder hacer que su amiga se repusiera.

Celebrían notó la sombra de alguien y dejo de llorar al instante, no podía permitir que alguien la viera así, mas al reconocer al dueño de la silueta, se tragó el inmenso dolor que su corazón sentía.

-Lólindir- susurró respirando irregularmente al tratar de contener sus lágrimas- perdóname-

Y al terminar de decir esto posó sus manos en las mejillas de su amigo y unió sus labios en un suave rose, un rose que lo cambio todo para la persona que los observaba.

***

Corría por los pasillo en busca de la princesa, llego al pasillo donde se encontraban las escaleras, pero se detuvo en seco al ver a Lólindir y a Celebrían, se ocultó tras un pilar y los observo, el elfo sostenía a la princesa por los hombros, ella respiraba agitadamente, pero no pudo saber el porqué. De un momento a otro pudo ver los labios de la princesa moverse diciéndole al elfo algo que no pudo comprender y un segundo después la elfa estaba besando a Lólindir.

Se ocultó tras el pilar y tragó dificultosamente, su corazón dolía. Ya no había nada por que quedarse. Se alejó del lugar y comenzó a buscar al rey.

***

Solo fue un segundo en el que sus labios se unieron, la princesa vio la silueta desaparecer y se desplomó a los pies de su protector con la mirada perdida. El elfo estaba shock, nunca se imaginó lo que había pasado, ni en sus sueños más locos. Al reaccionar vio a su amiga llorando y se agacho, la abrazo fuertemente, no supo que más hacer.

-Tranquila Celebrían- susurró Lólindir- Ven, vamos a tu habitación- La puso de pie y comenzaron a caminar.

Entraron a la alcoba, Celebrían se había calmado, sus ojos estaban hinchados y aun sollozaba un poco. Sus ojos estaban vacíos, inexpresivos; Lólindir comenzaba a asustarse, jamás la había visto así, temía que se hundiera en una terrible depresión y esto la llevara a su muerte.

-Celebrían- llamó el elfo- Celebrían mírame- Pidió arrodillándose frente a ella-

-Estaré bien- susurró la elfa- Solo necesito dormir- Lólindir suspiró aliviado y la ayudó a acostarse-¿Puedes quedarte conmigo?- preguntó la chica viéndolo a los ojos

-Si pequeña- respondió el elfo y se acostó a su lado abrazándola.

Sus pensamientos regresaron al momento en que su amiga lo había besado, fue tan sorpresivo, ni siquiera tenía muy claro lo que había sentido, habían cruzado esa línea, la que te dice lo que puedes y no puedes hacer con un amigo. Sabía que ella tenía sus razones para actuar como lo hizo, pero en realidad no le importaban, solo quería que ella estuviera bien, nada cambiaría entre ellos, de eso estaba seguro.

***

-Mi señor- dijo Aragorn haciendo una reverencia al entrar al salón donde estaba Lord Elrond.

-¿A que debo tu visita?- preguntó extrañado en monarca al ver la hora en la que el montaraz había acudido a él.

-Usted me dijo que podía quedarme el tiempo que quisiera, pero cuando llegara el momento de marcharme se lo comunicara- mencionó el montaraz- y creo que el momento ha llegado.

-¿Puedo saber el motivo de tu decisión?- cuestionó el elfo, pero al no tener respuesta continuó- Si lo has pensado ya, no puedo detenerte, partirás mañana al amanecer- ordenó.

-Iré a prepararme- y dicho esto se despidió del rey y se retiró a su habitación.

***

Un nuevo día comenzaba, aún estaba oscuro, la ciudad estaba envuelta por un denso manto de neblina, y el cielo estaba completamente lleno de nubes que anunciaban lluvia.

Un hombre salía del palacio con una capa de viaje negra, acomodo algunas cosas en su caballo, montó en él y se alejó galopando de la ciudad, dejando atrás a aquella doncella que le había robado el corazón.

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¿Y que les pareció?

Dejenme sus comentarios... en serio quisiera leerlos.