Miradas que matan

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La cena paso sin novedades, salvo por las constantes miradas de odio que se repartían Lólindir y Aragorn; que Celebrían esquivara la vista del montaraz; la mirada de burla que Arwen le dirigía a su hermana; los intentos fructíferos de Lólindir por hacer reír a la ojiverde; la cara de malestar de los gemelos al ver a sus hermanas con hombres y la evidente incomodidad del rey; no pasó nada interesante.

Al terminar la cena el rey le comunicó al montaraz que se alojaría en el palacio, ordenó a una empleada que lo guiara a su habitación, sin embargo Arwen insistió en conducirlo ella misma, esto sorprendió a Celebrían que clavó su vista en Aragorn y al ver que este aceptó bajo la mirada tristemente.

-Padre... me retiro, estoy muy cansada- dijo la menor con calma, aunque sus ojos mostraban la desesperación por alejarse- Que pasen todos buenas noches- dijo poniéndose de pie y dando un beso de despedida a su padre.

-Yo te acompañare- anuncio Lólindir- no te estoy preguntando- se adelantó a decir al ver que su amiga iba a negarse.

-Deja que te acompañe- ordenó su padre al ver que la princesa iba a rechistar- Descansa hija mía y no llegues tarde al desayuno mañana.

- Buenas noches majestades, caballero- se despidió Lólindir haciendo una reverencia.

Toda esta conversación fue atentamente escuchada por el montaraz, de hecho toda la cena fue extraña para él al ver como la pelinegra lo ignoraba olímpicamente. El solo saber que el elfo iría con ella le producía un malestar que no entendia del todo. Sin embargo estaba encantado con el ofrecimiento de Arwen de guiarlo a su habitación.

Después de un rato más de charla, Aragorn se excusó y le pidió a la princesa que lo llevara a su habitación.

***

-¿Por qué tan callada princesa?- preguntó con suma curiosidad Lólindir

-Ya te dije que no me llames princesa- respondió enfadada.

-Já, ¿ahora te enfadas por eso?- reclamó extrañado- cuéntame que ocurre, sabes que odio cuando estás así- susurró tomando su mano a mitad de las escaleras y deteniendo su caminar.

-Oh Lólindir- expresó la chica con lágrimas en los ojos y antes de responder se lanzó a los brazos del elfo. Un abrazo de él siempre había sido suficiente para calmarla.

El abrazo había sido tan sorpresivo que había dejado al elfo estático, pero después de unos momentos reaccionó y pasó un brazo por la cintura de ella acercándola más a él y con la otra mano comenzó a acariciar su cabello.

Se habían quedado unos minutos así, la princesa estaba ahora calmada y la tristeza se había ido, pero le encantaba abrazar a su protector, le hacía sentir una pequeña parte de sus padres, lo consideraba como a un hermano. Estaban tan en sus pensamientos que no escucharon que alguien subía hasta que la voz de esta persona los hizo separarse de golpe.

-Oh, por Eru- comentó Arwen con una fingida ternura- Disculpen, no queríamos interrumpirlos, ¿verdad Aragorn?- dijo esta al ver la cara de susto que tenía su hermana. Esto no pasó desapercibido por el elfo y le mandó una mirada nada amigable a Arwen. Sin embargo Celebrían no podía despegar sus ojos de un asombrado Aragorn y viceversa.

-Tienes razón- expresó el montaraz bastante molesto- lamentamos interrumpir majestad, sigamos Arwen- concluyó mientras pasaba a un lado de la ojiverde como si nada.

A Celebrían se le volvieron a llenar los ojos de lágrimas después de ver como su hermana se alejaba con el montaraz. Había perdido de nuevo, no cabía duda.

-Celebrían- dijo Lólindir- No llores, todo se arreglara- comentó mientras retomaban su caminar hacia los aposentos de la chica.

-Lólindir- llamó ella antes de entrar a su cuarto- Tu si me prefieres a mí, ¿no es así?- preguntó ella más calmada.

-Más que a mi propia vida cariño- respondió el con una sincera sonrisa, la cual fue respondida por una igual de parte de ella. Eso admiraba de Lólindir, él jamás la abandonaría, no importaba qué, siempre permanecerían juntos.

***

-Gracias por acompañarme- expresó el montaraz al llegar a su habitación- espero que pase buena noche mi señora-

-Aragorn, dime Arwen, y espero poder pasar otro rato contigo mañana- dijo la elfa como despedida.

-Sera un placer- y dicho esto hizo una reverencia y al ver que Arwen se había alejado entró a su habitación.

La sala era pequeña, pero reconfortante. Se quitó el cinturón con la espada, dejó sus pertenecías en el suelo, se despojó de sus botas y camisa y se tendió en la cama. Por alguna razón se quedó dormido de inmediato y lo primero que apareció en sus sueños fue la tarde en compañía de Arwen, sin embargo el lugar cambió de forma, se encontraba en el claro de la mañana y la joven que lo acompañaba no era Arwen, sino Celebrían que lo miraba fijamente y se acercaba a él. El sueño volvió a cambiar y ahora se encontraba en las escaleras del palacio viendo como Lólindir besaba a la ojiverde, de pronto una sensación de malestar invadió su ser y comenzó a acercarse a la pareja, pero al separarlos quedo estupefacto al ver que no era Celebrían sino Arwen.

Se despertó de golpe y notó que apenas comenzaba a amanecer, el sueño había sido confuso, se preguntaba que rayos significaba. Se puso de pie con todo esto en su mente y se acercó a la ventana que dejaba ver la entrada de la ciudad y notó como una persona con capa verde salía galopando de la ciudad. Sonrió inconscientemente al ver esto, era sin duda la hermosa Celebrían.

***

El desayuno fue interesante, primeramente Arwen y Aragorn llegaron juntos, lo cual desagradó rotundamente a sus hermanos, Lólindir llegó un poco retrasado, pero Celebrían no llegó sino al final de este.

-Discúlpame padre- dijo la princesa desde la puerta del comedor respirando agitadamente- tuve un ligero problema- expresó mientras dejaba el costal que llevaba en la espalda en la mesa- pero aquí tienes, son las mejores- añadió dejando ver el contenido del costal, eran manzanas.

-Se ven apetitosas- dijo el rey a su hija sonriéndole y le indicó que se sentase.-Anda sírvete, debes estar hambrienta.

-Vaya por fin haces algo medianamnte bien hermana- se burló Elrohir- Auch, no tienes que ser agresiva, es terreno neutral- reclamó al ser golpeado por una manzana lanzada por la aludida.

-Já, eso debes pensar antes de provocarme- respondió esta con una sonrisa traviesa.

-Bueno, apresúrate Celebrían, sabes qué pasa si llegamos tarde- apresuró Lólindir.

-¡Hey!, a donde tan apurados, sabes que aún no te damos permiso para salir con mi hermanita- Repuso Elladan mirando seriamente al elfo, lo cual hizo que Aragorn casi se atragantara.

-Já, muy graciosos- contestó Lólindir- En primera sabes que ella no te pedirá permiso y en segundo ustedes tampoco pueden llegar tarde o verán que ocurrirá.

-Bueno dejen ya de pelear- ordenó el rey sonriendo- en primera, Lólindir, Celebrían sabe que no podrá salir con nadie que yo no apruebe, en segundo Elladan, no por ser príncipe puedes llegar a la hora que se te antoje y en tercer lugar, Aragorn irá con ustedes a partir de ahora- sentenció el rey. Ante estos todos miraron al aludido con sorpresa.

-Bueno, esperemos que le vaya muy bien el día de hoy- dijo Arwen que miraba atentamente al montaraz.

-Gracias- logró responderle Aragorn no sin dejar de ver a la ojiverde frente a él.

***

El rey sabía que la llegada de Aragorn traería problemas a su familia, pero esto hacía falta para saber y conocer las fortalezas y debilidades de cada uno de sus hijos. Sabía muy bien que la relación de las princesas era muy mala aunque trataran de ocultarlo y esperaba con toda su alma que la actitud que había tomado Arwen para con el montaraz no fuera solo para herir a su hermana, sabía que Celebrían no haría nada al respecto, ella respetaba a su hermana más de lo que debería y no haría nada para lastimarla.

El rey se puso de pie y despidió a todos, Arwen fue la única que fue al lado contrario de los demás. Los príncipes llevaron a Aragorn al campo de entrenamiento y Celebrían supuso que ese sería un largo día.

El Señor De Los AnillosWhere stories live. Discover now