IR PARA NO VOLVER

CAPÍTULO 7

Primer día en el Glee club.

Ese mismo día ya me dijeron para ensayar con ellos. Me puse más  que nerviosa cuando el profesor, Will, me pidió que actuase delante de toda la clase. Ya había cantado delante de todos en el comedor, ¿porque tenía que volverlo a hacer?

Me puse delante de toda la clase y les dije a los músicos cual era la canción que tenían que tocar. "Can We Dance", de The Vamps, un grupo que me encantaba. Nadie lo sabía la verdad, me gustaban desde hace mucho y no tenía a nadie con quien hablar de mis gustos. Un poco deprimente la verdad pero con tanta mudanza de lo único de lo que me preocupaba era de cuándo y dónde podía dormir. Cosa que necesitaba su tiempo planear. Soy muy organizada y planeo hasta cuando dormir.  Pensad que soy rara pero así es mi vida.

Cuando acabé me sentí genial. Todo el mundo me aplaudía. Hacía tiempo que no sentía el calor del público de aquella manera y se me vinieron los ánimos arriba. No pude evitar enojarme. En mi opinión no me merecía tantos aplausos. Es verdad que siempre acabamos menospreciandonos a nosotros mismos, a no ser que tengas un ego tan grande que no puedas con él y que lo mejor que tengas para hacer sea ir presumiendo de tus virtudes. Por desgracia, había demasiada gente así en mis anteriores institutos y de verdad que deseaba que no me pasas lo mismo en este. Estaba equivocada la verdad. Y mi camino y el de ésa se cruzaron más pronto de lo que me hubiera gustado.

Will, el profesor, un tío bastante atractivo y con pelo marrón bastante claro y rizado, se me acercó para felicitarme y darme la bienvenida al Glee club.

Las siguientes clases se me pasaron volando, cosa que era muy rara en un primer día de clase, pero me alegré de que fuera así. La compañía no era como para quejarse ya que me pasé una gran parte de las clases hablando con Sugar y con Mercedes.

Me fijé en que las animadoras no eran las mismas fuera del Glee. No sé cómo podían tolerar esos los demás integrantes del club. Sería porque eran populares y no querían meterse en problemas. Las populares tenían más poder del que a mí me gustaría tanto en el Mc Kinley como en los demás institutos en los que había estado.

Quería acabar con eso, me hubiera gustado que las animadoras fueran las mismas tanto dentro como fuera así que decidí hacer algo.

En clase se lo comenté a Sugar. Pareció no gustarle mucho la idea ya que nada más sacar el tema me habló sobre la fiesta que iba a organizar ese fin de semana. Acepté encantada y cuando volví a sacar el tema sonó el timbre que indicaba el final de mi primer día en el Mc Kinley.

Sugar tenía prisa así que salió apresuradamente del aula, dejándome sin nadie con quien ir a casa.

Nada más salir noté como alguien me tocaba el hombro.