CAPÍTULO 5

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  • इन्हें समर्पित: nago22
                                    

AMIGOS, ¿PARA SIEMPRE?

Cuando llegamos estaba muy avergonzada. Vi como Kurt le susurraba una cosa a la oreja a una chica morena mientras Blaine hacia lo mismo pero en este caso a un chico rubio (muy guapo la verdad) de labios gruesos. Luego se formo una cadena, como en el juego del telefonito, en el que todos sabían la frase menos yo. La verdad es que me sentí excluida, 1000 pensamientos de duda y rabia como: parecían majos, ¿qué se traman?, ¿les caeré mal? o ¿quieren ponerme a prueba? pasaron por mi cabeza en unos 5 segundos, ya que cuando ese tiempo pasó vi como Blaine se acercaba a los músicos (sentados en la mesa de al lado). Entonces lo entendí todo. Querían que me aficionase de nuevo a la música, y este era su último paso para hacerlo.

La música empezó a sonar. La sintonía de "It's a beautifull day" de Michael Bublé resonaba por todo el comedor. Me encantaba esa canción, me sabía cada palabra y hasta me inventé una coreografía. Una chica morena (y muy guapa) que ventía con ropas a decir verdad un poco extrañas comenzó a cantar. Su cara me sonaba: era una de las chicas a las que le habían echado el granizado. Tenía un bozarrón increíble, uno de los mejores que había oído jamás. El siguiente en cantar fue Kurt y uno a uno se fueron incorporando los demás. No pude evitarlo así que yo también empezé a cantar. Lo de bailar me daba mas corte, así que me limité a saltar y a seguir sus pasos. Me sentí bien, como si ese fuese mi sitio.

Cuando acabamos me me sentía liberada, y feliz, por supuesto. Luego Blaine se acercó a mí y me dio un abrazo mientras me susurraba al oído:

-Bienvenida al Glee Club

Al principio me quedé un poco aturdida (por el abrazo y tal), pero estaba feliz, muy feliz. Hacía mucho que no cantaba en público, demasiado, pero esta vez ya no sería por mucho tiempo, ya que me había encantado.

Fuí a por mi comida y nada mas volver a la mesa gritaron todos a coro:

-Bienvenida a Glee Club!!!

Sonreí de oreja a oreja, si que era un día bonito, yo creo que el mejor primer día de mi vida.

Estuvimos hablando toda la comida, me hicieron preguntas y me trataron muy bien, algunos mejor que otros. Quinn, una chica rubia y muy guapa, me calló bien, andaba en las animadoras y era un tanto presumida, pero era muy maja. Brittany, otra de las animadoras que había en el club, también rubia, me calló bien al igual que Quinn, ya que era despistada y muy divertida. La que me pareció mas extraña fue Santana. Extraña en que no sabía si me caía bien o mal ya que decía las cosas a la cara, y con tono un tanto grosero, aunque también me pareció sinpática, tenía algo que me gustaba en ella, y no sabía y aún sigo sin saber lo que és. Santana era morena y muy guapa también, resumiendo todas eran bastante guapas.

Luego estaba Rachel, que al principio me miró mal pero Kurt me aclaró que no le gustaban las nuevas que cantaban bien. No pude evitar sentirme alagada. Rachel era la que antes había mencionado, la del increíble vozarrón. No me entraba en la cabeza como me podía mirar mal, se creería que le iba a quitar el puesto o algo, pero eso era imposible, ya que mi voz era una caquita comparando con la suya, que era y sigue siendo sumamente increíble. Aunque no hablé mucho con ella, ya que las mas habladoras, preguntonas y cotillas eran las animadoras, me calló bastante bien a pesar de alguna que otra miradita que me echó. Mercedes, una chica morena tanto de piel como de cabello, también era muy maja. Tenía pinta de diva pero era un amor de persona. Con ella también me hablé bastante y, por cómo hablábamos, parecía que nos conocíamos de toda la vida. Tina era más tímida, no hablé mucho con ella pero antipática no era. La que mejor me calló de todas fue Sugar, estaba sentada al lado mio y hablamos mucho, y en otra clase también estuvo sentada junto a mí así que ya habíamos congeniado.

Respecto a los chicos, todos eran muy majos conmigo, a diferencia de en otros institutos, en los que el primer día se me hacía imposible haber hablado con uno, por mi timidez, la cual había desaparecido ese mediodía debido al calor y la seguridad que me daban los miembros de ese club. Sam fue con el que más hablé. Era rubio y tenia unos labios muy gruesos, y la boca muy grande, pero aún así era guapísimo (y estaba muy bueno, para qué mentir). Hacía imitaciones de todo tipo de personajes, de los cuales sólo me sonaba 1 de 20, pero me hacía reír. De Blaine y Kurt ya tengo todo dicho. Un encanto de pareja, y de personas. Muy amables y atentos. Kurt apasionado por la moda y Blaine ambicioso. Dos amores. También estaba Noa, al que todos llamaban Puck, un chico muy bruto pero cuando quería era amable, como fue con migo, porque era mi primer día. Luego no hablé mucho más con él. Soy de las que me llevo con mucha gente a la vez, pero no puedo prestarles atención a todos a la vez, cómo es lógico. Después estaba Artie, un chico que andaba en silla de ruedas y llevaba gafas. Era sumamente majo y muy atento. Por último estaba Finn. Un chico tan guapo como encantador. Muy amble, hablador y divertido y también novio de Rachel.

Ninguno de ellos me calló mal ese día, todos eran muy majos, como bien he descrito. Ahí empecé a pensar que ojalá lo que decía mi padre esta vez fuese por fin verdad, que ojalá me quedase allí para siempre.

La última vez que deseé eso fue en Los Ángeles. Y en Miami. Pero en L.A. fue diferente, fue por amistad.

Allí hice una amiga, Nora, la cual fue la mejor amiga que tuve jamás hasta entonces. Era pelirroja y muy maja. Siempre estaba atenta y dispuesta a ayudar, y en 9 meses que estuve con ella ya me conocía más que mi hermana.  A decir verdad, ella fue la primera amiga que hice por mi sola. Fue simple casualidad. Será muy típico, o quizás no, pero le conocí debido a que cuando abrí mi taquilla le di en toda la cara. Me disculpé, pero me dijo que no pasaba nada. Le vi cara de deprimida y le pregunté a ver que le pasaba. En seguida se abrió conmigo y desde ese momento fuimos inseparables... Bueno... No del todo ya que el trabajo de mi padre nos separó, como pasaba con todo. Yo quería quedarme con ella, hasta me ofreció su casa para que me quedase con ella, pero no pude aceptarlo. Sigo estando de vez en cuando en contacto con ella, no es lo mismo. Desde que me mudé de allí sólo nos hemos visto 7 veces contadas, lo cual es muy poco para dos personas que en su día fueron inseparables, mejores amigas, pero no para siempre.

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