CAPÍTULO 14

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Felicidades Carol (2)

Menos mal que en la clase de lengua se puso Mercedes a mi lado. No soportaba a Amanda. No la podía ni mirar porque cada vez que la veía recordaba lo que había dicho en el vestuario, que quería quitar a Rachel de en medio para quedarse ella con Finn. A mi Rachel en un principio no me cayó muy bien. Era egocéntrica y muchas veces insoportable. Me costó cojerle el punto, pero cuando se lo cogí (semanas después de ese día) toda mi vida cambió a mejor.

Aunque en ese momento no mr llevase bien con dicha ersona insoportable, no podía dejar que Amanda le hiciese eso. Y, por otro lado, esa animadora me resultaba bastante más insoportable que Rachel.

Aunque no mirase a Amanda para no acordarme de eso, estuve toda la clase dandole vueltas.

Di gracias al timbre por sonar, ya que ese tema me comía por dentro. Me despedí de Mercedes y saqué el papel que llevaba en el bolsillo. Me tocaba mates. Le di la vuelta y me alegré mucho al ver que esa clase me tocaba con Sugar. Esa chica me caía realmente bien.

Nada más asomarme por la puerta de la clase de mates la cara de Sugar se iluminó. Me hico uno de sus cariñosos aunque un tanto exagerados movimiento para que me sentase a su lado. Cualquiera que le viera pensaría que tenía una gran noticia que darme, pero no, ese era su entusiasmo habitual.

Nos pasamos toda la clase hablando de temas varios. Hablabamos en bajo y aunque no prestasemos mucha atención el profesor no se dio cuenta o simplemente lo dejó pasar. Después de media clase explicando aburridas fórmulas que no me iban a servir para nada en un futuro y teniendo que copiarlas en el cuaderno, el profesor nos anunció que teníamos que hacer un trabajo en grupo. Le pedí a Sugar que fuera mi pareja y le rogué que tomase ella los apuntes. entonces yo empecé a reflexionar en eso de que esas formulas no valían para nada. Para algo si que valían, para aprobar y entender una parte del mundo que en mi vida profesional no tocaría para nada. Entonces decidí que sólo debía aprendermelas para aprobar y que, si seguía reflexionando, acabaría como siempre: sin saber porque he empezado a pensar para nada.

Sugar me tuvo que tirar una regla a la cabeza para que me diese cuenta de que me estaba llamando. La pobre no sabía como se escribía Pitágoras. Me empecé a reir y no pudimos parar de reienos hasta que el profesor nos llamó la atención. Poco después sonó el timbre. Tocaba sociales. De camino a la clase Sugar me explicó que ya que en la clase del día anterior yo habia tenido un examen para medir mis conocimientos, ellos estaban haciendo un trabajo sobre la vida y las costumbres de la Edad Media en EEUU. Me pidió que me uniera a su grupo. Ella estaba con los demás del Glee que estaban en nuestra clase de sociales: Blaine y Sam. No pude reprimir una sonrisa cuando oí que estaba en mi grupo. Entramos en la clase y Blaine y Sam me esperaban. El chico rubio de una boca enorme que me tenía cautivada me miro con su habitual mirada sexy. Solté una risita y me sente a su lado. Por lo menos las clases de ese día no iban a acabar mal. Algo positivo.

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