Capítulo 47 - ¿Valdrá la pena?

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Ambos sonrieron mientras dieron nuevamente rienda suelta a la pasión.


El viaje había terminado y sin duda alguna había sido un total éxito, lograron hacer todas las sesiones en menos de lo previsto más la sorprendente reconciliación de los socios de la empresa. Que había sido sorpresa para todos los trabajadores.


Christopher y Dulce habían aclarado las cosas en ese viaje y aunque su pasado fue doloroso y lleno de pruebas, ambos decidieron dejar todo eso atrás y comenzar de nuevo.


Llegando a la ciudad de México Christopher llamo a sus abogados y Dulce a los de ella para indicar que el divorcio no iba a continuar. Pagaron los honorarios de cada parte y rompieron todos los documentos.


Su familia no podía creer que estaban juntos nuevamente y cuando le preguntaban cómo se habían reconciliado en el viaje ambos se miraban, sonreían y decían que las olas del mar eran las culpables.


Una semana después Dulce había dejado la casa de sus padres mientras su madre lloraba nuevamente por su partida, llego a la casa que compartía con Christopher y juntos volvieron a decorarla toda. Antes de su reconciliación Christopher había decidido venderla y por ende todos los todos los muebles, solo estaba la casa desocupada para sus nuevos inquilinos.


Meses habían pasado y mientras más pasaba el tiempo más enamorados estaban, Christopher le entrego gran parte de las acciones que él tenía a su suegro (Aun y cuando este se lo negó) y ahora era socio minoritario.


El señor Víctor había cambiado increíblemente y se dedicaba la mayor parte de su tiempo a su amada empresa y a su esposa. Ya no era ni la mitad del hombre de antes y su relación con su hija Dulce mejoro notablemente.


Anahí y Alfonso ¡¡¡Ya eran papas!! Tuvieron una hermosa niña a la cual llamaron Amanda y aunque hubo complicaciones en el parto, tanto la bebe como su madre estaban a salvo. Ambos Decidieron que los padrinos fueran Christopher y Dulce.


Dulce estaba en el balcón de su cuarto mirando la hermosa vista y unos brazos rodearon suavemente su cuerpo, esta sonrió al sentirlo.


Christopher: Ni creas que se me olvido que ya hoy tenemos dos años de casados.


Dulce: A mí tampoco, aunque no me agrade ese día.


Christopher la giro para que quedara frente a Él.


Christopher: El hecho que no empezáramos bien y que en ese entonces no era un buen día no quiere decir que la dejemos pasar por alto. (La miro intensamente a los ojos) No me arrepiento de haberle pedido a tu padre tu mano por su libertad, siempre me gustaste (Dulce sonrió) Cuando te vi por primera vez en la oficina de tu padre con esa faldita y esa mirada desafiante jure mover cielo y tierra para saber quién eras.


Dulce: Y vaya que te costó saber ¿No? Solo tuviste que entrar a la oficina de mi padre y listo.

La DesgraciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora