La Desgracia

Capítulo 3 - La Verdad tras la Luz

Habían pasado 3 días de la muerte de Manuel y Christopher había cumplido su palabra de quedarse en compañía de su madre por un tiempo determinado. Por más que buscaba hablar con su padre, este lo evitaba para no hablar con Él, al punto que Christopher tuvo una fuerte discusión con su padre el día anterior por no querer enfrentarlo.

Eran las 2 de la tarde y este se encontraba en el despacho de su padre revisando unos documentos de suma importancia y vio algo que le llamo la atención: Un depósito a nombre de su hermano por una fuerte cantidad de dinero. Mientras comenzaba a revisarlo su padre llego al despacho.

Víctor: ¿Qué haces acá?

Christopher: Llegas temprano (Mirándolo con atención)

Víctor: Venia a hablar contigo, por eso decidí llegar temprano.

Christopher: Así que te decidiste a venir a hablar conmigo (Hablando con ironía).

Víctor: Mucho cuidado jovencito, recuerda que soy tu padre.

Christopher: Y no he dicho lo contrario, pero te recuerdo que no has querido hablar conmigo desde la muerte de Manuel.

Víctor: Lo sé (Haciendo parar a su hijo de su silla de escritorio). Por eso estoy acá, voy a contarte todo lo que paso con Manuel.

Christopher miro con atención a su padre sin poder ocultar las ansias de saber todo lo que había pasado con su hermano y de preguntarle a su padre cual cosa le pasare por la cabeza. Estaba decidido a saber la verdad y no importaba lo que tenía que llevarse por delante con tal de conseguir esa información...

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En el centro de la ciudad se encontraba un edificio que tiempo antes había sido uno de los más importantes de la ciudad y que ahora había perdido su fama y respeto debido a los malos manejos de su dueño el señor Fernando Espinosa. Al principio el Edificio de Publicidad e Imagen eran unos de los más demandados en sus tiempos, pero el señor Espinosa comenzó a utilizar su dinero en malos manejos entre esas muchas mujeres y fiestas, llevando a la ruina total la empresa que tanto les costó formar.

Toc... Toc... Toc...

Fernando: Adelante...

Daniel: Disculpa que te interrumpa Fernando, pero es necesario que sepas esta noticia...

Fernando: ¿Paso algo Daniel? (Sentándose mejor en su silla)

Daniel: Manuel Uckermman murió hace 5 días...

Fernando: ¿Qué? ¿Cómo que murió?

Daniel: Al parecer fuentes cercanas de la familia me informaron que se había tratado de un suicidio.

Fernando: Pero ese niño está loco o ¿Qué? Eso nos va a traer muchos problemas.

Daniel: Tranquilo, nadie supo nada. Estoy seguro que ni los padres supieron la trampa que le colocamos...

Fernando: Y en una trampa donde cayó redondito (Sonriendo con malicia) debí haberle quitado más dinero al fin y al cabo lo que le pudimos quitar no solvento todas las deudas.

Daniel: Pero Fernando (Sentándose frente a Él) fue un millón de dólares que lograste quitarle. ¿Aun con esa suma no pudiste solventar todas las deudas de la empresa?

Fernando: Cubrí el 80% y aun me falta el 20%. Solo espero que a ese mocoso no se le haya ido la lengua y decir que fue por una estafa que se quitó la vida.

Daniel: No creo... recuerda que la última vez que vino a suplicarte que le devolvieras el dinero te comento que su papa le preguntaba que había hecho con esa cantidad y él lo evadía porque no sabía que decirle. Seguramente no quiso enfrentarlo y decidió acabar con su vida el muy cobarde.

Fernando: Si (Sonriendo ambos a carcajadas) y fue lo mejor que pudo haber hecho.

Daniel: Lo que me preocupa Fernando es que vas a hacer con las deudas que aún faltan, no creo que encontremos otro estúpido como Manuel Uckermman que crea que le vamos a vender la mitad de las acciones cuando no era cierto. Y si conseguimos a alguien tendremos que dárselas en verdad, porque dos estúpidos como Manuel es mucha suerte.

Fernando: Ya había pensado en eso y solo se me ocurre una sola cosa.

Daniel: ¿Qué piensas hacer?

Fernando: Vender a mi hija al mejor postor.

Daniel escucho a su amigo y quedo sin palabras, no lo creía capaz de semejante acto. Pero luego de 20 años de amistad, no le extrañaba en absoluto.

Fernando: Pero eso sí (Sacando a su amigo de sus pensamientos luego de una breve pausa) será en el momento oportuno y sin que se vea como una venta....

La Desgracia... Un error tras otro.

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