Capítulo 16

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"La noche de Walpurgis" 30 de abril del 1896

Estaba oscureciendo, y las campanas sonaban al compas de las manecillas del reloj que marcaba los segundos; el brillo de las estrellas se intensificaba, y los paganos emprendían un viaje hacia la cadena montañosa para hacer su espectáculo.

Cristopher estaba entrando a su casa, y ahí estaba Hammer hablando con su hermana Mai, Cristopher se acercó.

-¿Tía eres tú?- ¡Cómo se te ocurre aparecerte por aquí después de que nos abandonaste!- Exclamó Cristopher, al mismo tiempo que tiraba su mochila al suelo, junto a un comportamiento hostil e impertinente.

- Cris, yo te puedo explicar lo que sucedió.

-¿Explicar?, Eso lo hubieras pensado antes de irte.

- Lo sé, pero en ese momento no era fácil.

-Claro... Fácil fue que nos dejaras, y han pasado como dos o tres años, y vienes como si nada hubiese pasado, después de que tanto te necesite como mi madre...

- Cris por favor, quiero que te calmes, y tomes asiento.

- No... Tú ya no eres de mi familia.

Cristopher salió corriendo hacia su habitación sin nada más que decir, mientras Hammer y Mai, se miraban las caras y bajaban la mirada ligeramente.

Cristopher se encerró en su habitación, no obstante su padre tocó su puerta para dialogar sobre el caso. Cristopher se tiró en su cama, y puso su almohada en su cara. Sentía rabia e impotencia, solo había una cosa que le hacía sonreír, si... Coralie.

En ese momento se acordó que habían quedado, para ir al festival, sin embargo, sabía que Hammer no lo dejaría salir hasta el día siguiente, en pleno día. Su frustración hacia su tía, le hacía pensar cosas impropias, y hacerlas... Tanto como romper la promesa de su padre y evadir ese lugar con todo el placer.

Así que abrió su ventana, y entró una fuerte brisa, notó que en horizonte habían luces reflejando gran parte de ese sector.

Su demonio en su parte izquierda le decía "Es hora Cris, las promesas se rompen ahora", y en su parte derecha estaba Coralie diciendo "Nos vemos allá". Así que al tocar tierra, no tenía la opción de volver. Sin importar las consecuencias, Cristopher corrió hacia esas luces, con el rostro de Coralie en su cabeza.

Al llegar ahí estaba esa niña pelirroja, sentada sobre un tronco, frente a una fogata.

Cristopher caminó hacia ella, y se sentó.

- Hola, te dije que vendría- Le saludo Cristopher.

-Eres muy cumplido.

- Ya lo creo. ¿Dónde están tus padres?

-Bailando en la cima de esa montaña, ¿la ves?

-Oh... Sí la veo.

- ¿Y tus padres?

- Bueno mi padre... No sabe que yo he venido.

-Tu padre... ¿Y tu madre?.

- Ella falleció.

- ... Lo siento mucho, enserio.

- Tranquila, nunca la conocí.

- Ya entiendo tu frialdad al decirlo

-Menos mal la frialdad en mis expresiones no es lo que en verdad me mata por dentro...

- Oh. No pienses en eso ahora, si has salido sin permiso de tu casa, pues aprovéchalo. Y es más, vamos corriendo a la cima de la montaña, porque dentro de un momento, encenderán las hogueras.

Juegos Perversos ©Where stories live. Discover now