—Ella puede hacer lo que quiera.

     Si algo había aprendido Jacob de Oliver después de tantos años fue el no confiar en él. Su amigo se reserva todo lo que llevará amor. Oliver West había cerrado las puertas del amor por una mujer, ¿Quién lo diría? Pero Liliana, Liliana se le estaba colando por la ventana y el muy idiota no lo notaba.

     Jacob lo miro, había cambiado desde que Liliana entro en sus vidas. Ya no había apuestas, ni fiestas, ni reuniones y ni que hablar de sexo. Estaba seguro que su última presa había sido la zorra de Dánica, su apuesta mayor, y aunque se lo dijo a la chica, esta no lo acepto y seguía besando el piso por donde Oliver pisaba. A fin de cuentas ella quería el cliché de capitán del equipo y capitana de porristas.

     —Entonces Damián, Joel, Federico, Julián, Tyler; cualquier del equipo, me incluyo, puede invitarla a salir ¿no?— Oliver se tenso en ese momento dándole a entender al chico que no lo permitiría.

     —Los quiero lejos de ella. Sin excepción. No quiero a ninguno de ustedes con ella. O yo misma les quemare las manos— su amigo sonrió complacido.

     —¡Así es, amigos mios, como Oliver West se enam…— Oliver le cubrió la boca con su mano para evitar que siguiera con su voz de locutor.

     —Cierra la boca. Y escucha bien, idiota, entre Liliana y yo no puede haber nada, ella es un tema delicado para mi por ciertas razones. Pero no enamorarme, eso no.

     —Debes superarla ¿sabes?— dijo el cuando Oliver quito su mano —Ella no volverá. Por mucho que lo intentes no lo hará.

     —Esa jodida enfermedad se la llevó. Y yo no pude hacer nada. Lo más que puedo hacer es guardarle respeto a su memoria.

     —Esta no es la manera más lógica, Oliver—le aseguro —. Teníamos solo dieciséis años. Tienes dieciocho, debes avanzar.

     —Lo haré, cuando esté listo. Pero Liliana no es una opción en ese asunto.

     Y se fue del lugar. Jacob miro el cielo azul pidiendo a esa pequeña demonio que lo ayudará. Que lo ayudará a que Oliver abriera su corazón a nuevas oportunidades. Paso las manos por su cabello. Oliver había levantado ese muro en cuanto murió Sarah. Y cuando notará que Liliana estaba entrando, iba a cagarla, porque si algo sabía hacer Oliver, era eso.

     —¡Ella no puede ganarme!— grito furiosa una Dánica mirado fríamente a Liliana quien saltaba junto a Thalía quien la abrazaba.

     —¡Chicos, acérquese!— grito la entrenadora.

     Todos los del equipo de fútbol americano, quienes estaban sentados en las gradas observando la competencia entre Danica y Liliana, se acercaron para oír a la profesora.

      —¿Ocurre algo, señora Wiener?— cuestionó el hombre con una sonrisa.

     —No, señor Wiener. Solo una información, no le quitaré mucho tiempo— se disculpo ella con un sonrisa.

     —Tranquilo, profesor, en la noche la tiene para usted— todos rieron ante el comentario de Damián quien recibió de inmediato un golpe en la cabeza.

     —Respeto, muchacho— replicó el profesor tratando de hablar con dureza.

     —¡Auch!— se quejo de inmediato  —Que obsceno es usted, yo no dije para que, solo que la tendría para usted.

     —Bueno, chicos— ignoro la entrenadora de las porristas —. Como saben dentro de unos meses comienzan los partidos. Es muy probable que sea después de otoño que ya se acerca. Es por eso que el instituto a decidido (porque ustedes se quejaron) elegir a una capitana de las porristas. Mi capitana antigua la señorita Dánica Sheen a…

Never Again [Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora