Prólogo.

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Prólogo.

6 de abril del 1997.

— ¿Qué coño crees que haces? —Ryan me empuja fuerte alejándome de los chicos a los que les vendía a un precio favorable.

—Yo...

—No digas una mierda. —Masculla cogiéndome del cuello de la camiseta instándome a caminar hasta el coche, fuera de este estaba Lucas con un morral de sus billetes y mi madre dentro pintándose los labios. — ¿Qué crees cariño? Tu hijo siempre metiendo la maldita pata, creo que Rob nos va a matar.

Lisa Davis se deja de maquillar y nos mira antes de abrir la puerta y salir apartando a Lucas lejos de ahí.

— ¿Qué es lo que hizo ahora?

—Oh no, que es lo que va hacer. —Aprieta su agarre y la camiseta se aferra a mi cuello. —Vas a ir detrás de esos chicos y le dirás que te den veinte por cada que compraron ¿Me entendiste?

Frunzo el ceño, con miedo.

—Lucas...

—Hazlo Liam, si quieres yo...

—Nada de eso. —Corta Lisa y Ryan a la misma vez. —Irás solo, y entonces te quiero en diez aquí.

Traspaso saliva y Lucas aparta la mirada cuando me empujan, camino con mucha precaución a la banda de chicos que hace un rato me compraban la mercancía que mis padres nos hacían vender. Arrugo el ceño cuando veo a uno que mueve sus manos y bailan el arma en sus manos.

Miro detrás y Ryan me hace seña que vaya, ¿Qué clase de hombre era?

—Perdonen. —Susurro lo suficiente alto para decirles. Todos me miran, dos de ellos sonríen. —Mis padres dicen que deben darme veinte más por cada que compraron, es el precio que era.

Los que sonrieron se carcajearon.

— ¿Estás jodiendome, niño?

Traspaso saliva una vez más.

—No te daremos nada, ¿Con quién crees que hablas?

Bailé los ojos por sus bolsillos hasta que vi que uno de ellos tenía colgado un bolso en sus hombros, algunos billetes se veían y solo tenía que meter la mano o Ryan me iba a matar.

Como esa vez Liam, metes la mano y sales corriendo.

Uno... Dos... Tres...

Brinco encima de todos y meto la mano en su bolso cogiendo un puñal de billetes, antes de procesar lo que estaba pasando comencé a correr con una sonrisa en el rostro de logro. Pero al ver el rostro de Lucas y sus piernas comenzaban a correr a mi dirección y que Ryan y Lisa estaban metiéndose al coche como si estuvieran huyendo, sabía que nada estaba bien.

Ni menos cuando sentí como el frío comenzaba a descender por mi cuerpo y me desplomaba en el suelo con un dolor inmenso en la espalda.

— ¡Liam!

HOOOLAAAA DE NUEVOOOO, y bienvenidas sean a la bienvenida de la segunda tercera parte de Dark Man espero estén preparadas para este avance tan deseado... Porque yo lo estoy.

Comencemos!

Voten y comenten.

¿Como están con esto pollitas?

Lost ManOnde histórias criam vida. Descubra agora