26.

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Estaba en lo que parecía ser una biblioteca. Una muy grande, de hecho. Las columnas de mármol estaban talladas con lo que parecían ser hojas plateadas, y en el medio, muy arriba, había un querubín hecho de oro, en cada columna. El techo parecía estar hecho de cristal, y se podía ver un cielo estrellado y oscuro muy hermoso. La leve iluminación del lugar era proporcionada por faroles de oro, que flotaban en el aire. Había un silencio muerto, por lo que asumió que debían ser ya altas horas de la madrugada. Parecía que estaba en lo alto de una escalera que reposaba contra una estantería llena de libros con títulos en latín y otras lenguas antiguas. Estaba acomodando libros por orden alfabético, siendo cuidadoso de no caer. Estaba distraído pensando en algo, y de alguna forma terminó cortándose el dedo con papel. Soltó un siseo, sintiendo su dedo comenzar a arder. Bajó rápidamente de la escalera, y abajo había alguien más que parecía estar haciendo la misma tarea que él. Era un chico, algo más bajo, con el cabello castaño alborotado y unos lentes redondos. Cuando el chico levantó la cabeza, era Kyungsoo, su amigo. Se sorprendió, pero al parecer el otro no pareció notar su rostro sorprendido.

— ¿Qué pasó ahora, Baekhyun?, no me digas que tienes hambre porque no me importa.— bufó él. Al ver el rostro de Baekhyun con una mueca de dolor, se preocupó.— Aish, ¿te cortaste de nuevo con un papel?

No se dio cuenta de que extendió su mano hasta Kyungsoo, ni de que estaba hablándole. No lo estaba haciendo voluntariamente, pues trató de cerrar la boca pero continuó hablando como quiera. Se preguntaba cómo habían llegado ambos a esa biblioteca a tal hora de la noche.

— ¡Perdón, estaba distraído!— su propia voz le sonó extraña. Dulce y apenada, con algo de inocencia en ella.— ¿Me llevarás con Yixing?— ¿quién demonios era Yixing?

Kyungsoo suspiró y asintió, tomándolo del brazo y halando de él. Se estaba quejando, pero en verdad no se quería quejar, quería preguntar que qué era lo que estaba pasando. Como quiera su boca continuó moviéndose y emitiendo palabras, a las que Kyungsoo o rodaba los ojos o soltaba suspiros, claramente irritado.

— ¡Quinta vez en la semana que te pasa algo por estar distraído!, ¡ayer casi te caes de la escalera!, ¡¿qué tiene a tu cabeza tan ocupada?!, ¡ni que te diera mucho trabajo!— continuaba Kyungsoo, llevándolo por un amplio pasillo con columnas que dejaban ver hacia afuera. ¡¿Acaso el suelo estaba hecho de nubes?!

— ¡Lo siento!, es solo que.... nada. Estoy muy distraído, eso es todo.— sintió un pinchazo en el pecho. ¿Culpa?

Espero que no estés de nuevo con tus estupideces de bajar a la Tierra. Ya lo hablamos. Tu te quedas aquí. Si Dios mismo no baja a mandarte a ese lugar, tu no vas.— declaró el castaño, con fuego en los ojos, como si el simple pensamiento de dejarle ir a la Tierra le molestara. ¡¿Y este quién se creía?!, ¡eran amigos, pero no para tanto!

— Si, Kyungsoo. Lo que digas.— su voz bajita le sorprendió. ¡¿Por qué no le gritó o algo?! Continuaron caminando en silencio por el pasillo. Trataba de descifrar donde demonios estaba, pero nunca había visto un lugar así.

Luego de doblar por algunos pasillos y meterse por otros, llegaron a lo que parecía ser un amplio patio. Al fondo había una puerta, muy alta y cerrada, hecha de oro puro, muy brillante. Al lado había algo así como una caseta, y ahí había un chico completamente dormido. Al llegar al lado de este, Kyungsoo se aclaró la garganta.

Heaven | ChanBaekWhere stories live. Discover now