5.

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Se aseguró de que el ángel estuviese bien cubierto antes de salir de su hogar, ya que hacía mucho frío afuera ese día. Claro está que, la ropa de Chanyeol le quedaba muy grande a Baekhyun, algo que el alto lo encontraba adorable. Tan pronto como ese pensamiento apareció, desapareció.  No debía pensar eso, lo más probable no volvería a ver al ángel tonto.

Lo llevó hasta su auto, y luego de quitar el seguro a este, le abrió la puerta a Baekhyun, pero el dio un par de pasos hacia atrás, mirando con terror el auto, como si este fuera a saltar y a hacerle daño en un abrir y cerrar de ojos.  Chanyeol le miró con insistencia y señaló el interior del auto.

— ¿Qué esperas?— preguntó Chanyeol exasperado.  Siendo el ser impaciente que era, le jodía esperar a los demás.

— ¿E-es eso seguro?— cuestionó señalando el auto negro del alto. Éste bufó y asintió.

— Claro que si, ¿Qué le ves de peligroso?

— Nada, l-lo siento.— murmuró, subiendo al auto con inseguridad.  Chanyeol, al ver que no se ponía el cinturón, rodó los ojos y se lo colocó él.  Pudo sentir como el ángel se tensaba ante la cercanía y se apuró para abrochar bien el cinturón.

Una vez seguro de que Baekhyun estaba con el cinturón bien abrochado, se subió al auto y lo encendió, para luego arrancar.

Notó que Baekhyun estaba notablemente tenso, pero al mirar por la ventana y ver como todo pasaba a gran velocidad, su tensión corporal se fue y se quedó observando la ventana como niño que va por primera vez a un parque de diversiones. A Chanyeol le causó algo de gracia ver cómo se fascinaba solo por el simple hecho de que veía todo a gran velocidad pasar por el cristal. Sus ojos estaban llenos de asombro y su boca estaba semiabierta de la impresión.

— ¿Por dónde vives?

Baekhyun se tensó, y la emoción y el asombro se fueron de su rostro por un momento, y luego de unos segundos, sonrió y se aclaró la garganta para contestarle.  Le explicó de manera breve a dónde debía ir, pero esa corta explicación fue más que suficiente para que Chanyeol supiera a dónde debía manejar.

Después de varias calles y giros, llego hasta un restaurante que estaba cerca de la zona en donde Baekhyun supuestamente vivía.  Éste último miro al conductor y suspiró con una pequeña sonrisa que iba dedicada al alto.  Su sonrisa se podía notar algo triste, pero Chanyeol no entendió el por qué.

— Muchas gracias por tu hospitalidad, Chanyeol, en verdad agradezco lo que hiciste por mi, espero volver a verte pronto.— dijo con una gran sonrisa.  Chanyeol le devolvió la sonrisa y estiró su mano, pero solo recibió una mirada confusa de Baekhyun.

Baekhyun pareció recordar algo, así se saludaban los humanos, así que apretó la mano de Chanyeol antes de bajar rápidamente del auto y caminar hacia la acera frente al restaurante callejero.

—¡Hey, Baekhyun!— llamó Chanyeol bajando la ventana. El rubio le miró.— ¡No te metas en más problemas!— sonrió algo burlón y Baekhyun rió, antes de ver como Chanyeol se alejaba en su auto.

Chanyeol de verdad no quería dejar a Baekhyun solo frente aquel restaurante, pero no podía hacer nada.  El ángel quería volver a su hogar y Chanyeol no podía negarle tal cosa.  Después de todo, solo eran desconocidos y probablemente Baekhyun ahora tendría problemas de confianza, aunque Chanyeol sabía que confiaba un poco en él, porque lo podía oler y lo había visto entre sus pensamientos.


                                                                                        ...


Baekhyun empezó a caminar con la cabeza gacha, pero muy alerta.  Ya había oscurecido bastante y tenía que admitir que tenía miedo de que algo malo le pasara.  Digamos que el ataque de la otra noche lo había dejado con algo de trauma emocional y ahora no podía andar con tanta confianza por ahí.  ¿Y si pasaba lo mismo?, ¿y si la próxima no había un Chanyeol por ahí?, no, no señor, debía ser mas cuidadoso desde ahora.

Sin más emprendió su camino hacia su hogar a paso rápido, aunque inseguro.  Sus nervios estaban tomando lo mejor de él y parecía haber perdido la capacidad de tan siquiera caminar correctamente, sin tambalearse o sentir que sus piernas iban a despegarse de su cuerpo y continuar caminando por si solas hasta que estuviesen en su abandonado hogar, donde al menos se sentiría un poco más seguro.

Cuando por fin llegó a aquel edificio abandonado, abrió la puerta y fue recibido por el gato negro.  Caminó hasta lo que él llamaba su habitación, con el gato acompañándolo a su lado, y al ver aquella cama vieja y fea no dudó en correr hasta ésta y acurrucarse en ella.  Podría ser vieja y fea, pero era su cama y su nuevo lugar seguro.

— No todos los humanos son buenos, ¿cierto?, por eso están aquí, por eso los llaman pecadores.— murmuró acariciando el pelaje del felino.

El gato maulló, restregando su cabeza contra la palma de Baekhyun mientras ronroneaba feliz. Baekhyun continuó dándole mimos al gato negro, con una gran sonrisa de ternura dibujada en su rostro. Al menos si podía confiar en el gato y tal vez en Chanyeol. Pensó que tal vez debería ponerle un nombre, ya que lo tomaría, o adoptaría, como decían los humanos.

— Creo que te llamaré Gidae. Si, Gidae me gusta.— murmuró, observando al gato hacerse una bolita negra en su regazo.

Continuó acariciando la cabeza del pequeño gato color carbón, hasta que sus ojos se sintieron pesados y el sueño se apodero de él, dejándolo dormido sin él darse cuenta.


                                                                                          ...


— ¡Joder, Jongdae, dije que no iremos a un putero!, ¡no a los puteros, no prostíbulos, no clubs, no strippers, no nada!, ¡nos quedaremos aquí, todos!

— ¡Dijo "joder"!, ¡lo dijo!, ¡padre amado, tu angelito perfecto acaba de decir una barbaridad!— celebró Jongdae.  Luhan se aclaró la garganta, antes de propinarle un buen golpe en la cabeza a Jongdae.

— Cierra la boca, no estás ayudando.— murmuró entre dientes, mientras Jongdae le enviaba dagas con la mirada.

Kyungsoo estaba mal de los nervios, y Jongdae solo estaba empeorando la situación preguntando si podían salir a hacer otra cosa que no fuese buscar a Baekhyun.  Luhan ya no sabía qué hacer con la situación en la que estaban metidos, no sabía cómo calmar a Kyungsoo, o cómo hacer que Jongdae se dejara de lado sus estupideces.

— ¿Saben qué?, vamos, vámonos a un maldito club.

Todos se giraron a ver a Kyungsoo, quien se había levantado y tomado su chaqueta mientras se dirigía a la puerta para salir. Reaccionaron y tomaron sus cosas para salir detrás de Kyungsoo. Jongdae parecía emocionado y hasta estaba celebrando por romper la cordura de Kyungsoo, Luhan trataba de hacer entrar en razón a Kyungsoo y Yixing solo los seguía sin lograr entender nada.

— ¡Kyungsoo, detente!, ¡¿qué estás haciendo?!, ¡¿tan siquiera estás pensando con la cabeza?!, ¡¿es posible pensar con otra cosa?!, ¡Kyungsoo esto es una locura!, ¡puede que hayan demonios!— gritaba Luhan como loco, ignorando las miradas que recibía por parte de algunos humanos.

— Mejor, así me follo a alguno.

— ¡Do Kyungsoo!

— Creo que si se volvió loco.— murmuró Yixing a Jongdae, el cual rió y asintió en acuerdo.

— Si. Si se volvió loco.— suspiró Luhan.

— ¡Prepárense chicos!, ¡nos vamos a divertir esta noche!


Heaven | ChanBaekWhere stories live. Discover now