13.

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— El mundo no se va a acabar porque tu pierdas tu estúpido orgullo, Jongin. Sacate la cabeza del culo y ve y hablale como un jodido adulto.

Yoongi no paraba de insistir con que Jongin resolviera sus problemas él solito. No era solo porque le daba pereza hasta pensar en que debía moverse a buscar a un pobre ángel que no tenía ni puta idea de en lo que estaba metido, sino que también le encabronaba tener que secuestrar a un inocente ángel por las pendejaces de Kim Jongin. El pendejo tenía ya millones de putos años y aún no sabía resolver sus problemas como un adulto. O no, claro que no, el pendejo tenía que recurrir a secuestrar a alguien para que su crush le hable. Y todo porque era un pendejo, en la humilde opinión de Yoongi.

— No pedí tu opinión.— rodó los ojos el moreno mientras hacía unos papeleos sentado en la silla de su escritorio.

— No te pregunté si la pediste o no. Sabes que lo que digo es verdad, pedazo de cabrón. Estás metiendo a alguien inocente en tus putos problemas y dramitas de adolescentes hormonales con falda de puta.— Yoongi estaba acostado en el sofá, como siempre, restregándole la verdad en la cara.

— Por favor, vete a joder a Jimin.— murmuró sin tan siquiera mirarle. Estaba muy concentrado en terminar esos papeles.

— No quiero que me rompa el culo. Porque no me lo va a romper con la verga, obvio no, me lo va a romper a putazos.— se quejó, bufando molesto.— Mi Jiminnie no me quiere ya.

— Lo entiendo. Yo él te hubiese metido tres patadas por el culo y te hubiese puesto un lazito en la cabeza para regalarte al primer pendejo que pase.— suspiró Jongin asintiendo, pensando en lo divertido que sería ver a Jimin molesto y rompiéndole el culo con un bate al pendejo de Yoongi.

— Uh, con lazito y todo.— soltó Yoongi sarcástico mientras se sentaba en el sofá y le miraba mal. Pero luego recordó algo y miró a Jongin preocupado.— Anoche escuché a Taehyung hablando solo.

Jongin ésta vez le prestó su atención. Se detuvo por completo, con los papeles aún en sus manos y la mirada confusa, luego miró a Yoongi y le insistió a continuar. Taehyung era el pecado de la "melancolía", y decía unas mierdas raras que nadie más que él y los pecados entendían.

— ¿Qué dijo ésta vez?— preguntó el moreno dejando los papeles a un lado.

— Estaba hablando con ella. Le dijo algo sobre su hijo, ¿lo recuerdas?— respondió, recordando las palabras que había escuchado de parte de Taehyung la noche anterior. Jongin asintió.— Le dijo que no podía ocultarlo por siempre porque él era igual de travieso que él.

Jongin frunció el ceño, pero pronto entendió las palabras. El vínculo de Taehyung y su hijo se había hecho ya, y Jongin sabía exactamente lo que quería hacer Taehyung con su hijo.

El vínculo era un lazo especial que se formaba entre los demonios y sus hijos cuando estos nacían. Durante los primeros años de vida, el lazo era fuerte y poderoso, y así los padres podían saber cómo o dónde estaba su hijo. Con el tiempo, el lazo se debilitaba y hasta se podía romper cuando los hijos llegaban a la adolescencia o madurez.

El lazo de Taehyung y su hijo no se había formado por razones muy complicadas. Pero ahora si se había formado, luego de muchísimos años, y aunque eso de alguna manera beneficiaba a Jongin, este no quería que eso fuese así porque sabía que suponía un peligro para el hijo de Taehyung. Porque Jongin sabía quién era, y Taehyung no. Taehyung nunca pudo conocer a su pequeño hijo, que suponía ahora era un adulto.

Y aunque Jongin se beneficiaba grandemente de ese estúpido lazo, sabía que si no lo rompía o anulaba, tendrían grandes problemas y consecuencias en un futuro cercano. El gran problema ahora era que Jongin no sabía cómo hacer eso, no sabía como romper la mierda de vínculo.

Heaven | ChanBaekOù les histoires vivent. Découvrez maintenant