¿Qué era lo malo?

     En su clase tenia solo a dos conocidos. Thalía Veep y ¿adivinen? Si a Oliver West. La mujer al principio iba a dejar que escogieran a sus parejas, pero Oliver le rogó (por alguna extraña razón) que le pusiera a su nueva compañera con él, ya que vivían uno frente al otro.

     —Ella es nuevo, nuestras madres son mejores amigas— le aseguro Oliver —. Siempre voy con Thalia, pero esta vez, no quiero dejar sola a Liliana, y si yo le pido que sea mi pareja, dirá que no.

     —Oliver, cariño— la mujer lo miraba esperando que él terminará discurso —. La única razón, por la que aceptaré, es porque nunca participas en esta clase.

     —Se acaba de volver mi profesora favorita

Y la mujer gustosa de que por primera vez Oliver quería reunirse con alguien acepto. Eso nos lleva al siguiente punto, Liliana tenia que ir a casa de los West hacer la dichosa investigación con Oliver.

     Y estaba furiosa. El hombre y ella ni siquiera se llevaban bien, cuando se veían él era un idiota. ¿Por qué querría tenerla de compañera?

     De lo que realmente está segura era que practicaba boxeo y esos dos puños sabían como defenderse, además sabia sobre defensa personal. Si el hombre intentaba algo ella lo golpearía por idiota.

     —Tío Elián, deja a la mi tita— le pedía la pequeña niña a su desastroso tío.

     —Será divertido, pequeña. Además tú tía se reirá de que aprendiste a lanzar bolas de pin...— Liliana abrió los ojos de golpe.

     —¡Escucha bien, Elián!— él la miraba asustado —Tú me manchas de pintura y lo próximo que sabrás de mi será que mi pierna éste en t...

     —¡Liliana!— le regaño su madre entrando a la habitación.

     —Este sobre sus piernas mamá. ¿Cómo crees que le haría daño— le cuestionó la castaña haciéndose la ofendida.

     —Claro, hija, yo tengo un año— ironizó su madre acercándose a la cama.

     —En serio. Yo amo tanto a este niño— se defendió falsamente.

     Ella miro por el balcón, no tenía idea de que hora era. Volteo al reloj y marcaban las 5:43.

     Liliana analizó la situación. Había dormido dos horas y media. Y en media hora debía reunirse con Oliver. Ella se levantó de un salto de la cama.

     —¿Qué ocurre?— cuestionó su madre viendo como su hija corría al sanitario.

     —Se me hizo tarde— ella entro a la ducha rápidamente. No duro más de cinco minutos y cepillo sus dientes para rendir tiempo.

     —¿A donde vas?— cuestionó un molesto Elián cruzado de brazos.

     —A casa d los West— el adolescente negó rápidamente mientras se acercaba a su hermana mayor.

     —Tú y Oliver tienen que estar diez metros lejos del otro. El es un don Juan y tú eres, tú— ella rodó los ojos ante las insinuaciones de su hermanito.

     —Lo sé, hermanito. Sólo será sexo rápido, no tardó— Elián sintió como su sangre hervía —. Calma niño, en sus sueños tendré sexo con él. Tengo una investigación.

     Entro al vestidor y se enfundó una camisa blanca de encaje holgada con detalles transparentes, uno short azul oscuro con rayas blancas horizontales y unas sandalias blancas con pedrería que dejaban ver sus dedos. Dejo su cabello caer por sus hombros, se puso maquillaje básico y tomo un collar que tenia la llave del relicario, tomo su reloj y estaba lista.

Never Again [Editando] Where stories live. Discover now