A Thousand Years. |Terminada|

Epílogo

—Muy bien Daka, has avanzado muchísimo. Te espero la siguiente semana para terminar con la terapia. —comentó la psicóloga.

—Muchas gracias, hasta luego.    

Terminé por salir del consultorio e inmediatamente dirigir mi rumbo hacia mi casa. Ahora creo que irme lejos de Sidney fue la mejor decisión que pude haber tomado; mi madre a veces llamaba junto a Elliot para saludar, al parecer la situación con Robert también había mejorado desde mi partida y Cameron... Cameron ahora estaba feliz con Meghan.

Las cosas habían mejorado un poco para todos, principalmente para mí. Decidí tomar terapia en cuanto me adapté a mi nuevo hogar y tomé confianza con Paula, al principio era ella quien me acompañaba, pero en cuánto aprendí el caminé le pedí que no se tomara la molestia. Desde el momento en que puse un pie en su casa siempre fue muy comprensiva, siempre me aconsejó y me hizo sentir que en ella, podía recibir apoyo. 

La terapia me ayudó a comprender que todo lo que viví me hizo mas fuerte y que ahora que comencé una nueva vida, estaba destinada a grandes cosas, me confirmó que el cielo es el límite y que podía llegar a él si me lo proponía.  Con confianza, entré a mi hogar y saludé a Paula; quien se había vuelto mi mejor amiga.

—Huele muy rico, ¿que estás cocinando?—pregunté encantada.

—Es una sorpresa. —contestó pícara.

Reí al observar la expresión de su rostro y me dirigí a mi habitación. Deje mis cosas en su respectivo sitio y me aproximé a descansar un poco en mi cama. Estaba feliz, me sentía aliviada, sin presión y en un ambiente totalmente ligero. Era capaz de comprender muchas cosas ahora, me había aferrado a Elliot a la frase favorita de mi libro, gracias a eso pude soportar todos los años de maltrato y de sufrimiento. En el fondo mantenía la esperanza de poder superarlo, de poder dejarlo atrás y de tener una nueva vida. Sabía que después de la tormenta y el rayo el sol salía, sabía que la felicidad tardaba pero llegaba.

No podría estar mas agradecida ahora con la vida, lo transcurrido me había hecho madurar y entender que debía agradecer incluso lo malo, porque eso me hace quien soy ahora. La vida me enseñó que se puse superar una situación incluso si no das un grito de ayuda, me enseñó que amando a un chico y manteniendo la esperanza se puede seguir adelante; porque esto implica que estas vivo.

Pasar por años de maltrato y de rechazo no es fácil para nadie, siempre hay más opciones para salir de esa situación. Aunque nunca haya dado un grito de ayuda, no todas las personas son capaces de sobrevivir a tal situación, no es algo que debe callarse ni mucho menos soportarse durante años o toda la vida, todos merecemos alcanzar la felicidad y vivir una vida tranquila. Al quedarte callado estas colaborando con el maltrato, ¡No te calles! Es momento de alzar la voz.

La vida da muchas vueltas, nunca sabes lo que puede ocurrir al final del día.