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Terminamos llegando a un lugar que claramente no había visto anteriormente, era un lugar un poco mas apartado, un lugar que al parecer no podía llegarse en auto; era tranquilo y pequeño, habían unas pequeñas mesas con sillas, algunos bancos, árboles, dos columpios y dos parrilleras. Era perfecto para escaparse del sonido de los autos y venir a relajarse en familia un par de horas. 

Mis piernas dolían por haber caminado todo éste tiempo, más sin embargo Elliot no parecía cansado, pero sí sudado. Tomó asiento en un banco, el cual se encontraba bajo un árbol y seguidamente me hizo seña para sentarme a su lado.

—¿Te sientes bien? —interrogó con preocupación.

—Estoy bien, gracias —aseguré.

 —¿Te agrada? —me observó tratando de encontrar aprobación.

 —Elliot es... Maravilloso. El lugar es tranquilo, el clima no es tan acalorado, el cielo está muy celeste y es simplemente muy agradable —le sonreí. 

—Sé que quizá parezca que te presiono a decirme lo que en realidad te sucede, pero no es así. Sólo quiero entenderte —aclaró.

—No te preocupes, dije que te contaría. De hecho, desearía poder ser tan abierta contigo tal y cómo tú lo fuiste conmigo. ¿Que deseas saber?—pregunté.

 —Todo. 

Suspiré terminando de prepararme para esto. No quería sentirme forzada, quería sentirme totalmente cómoda y sin miedo, porque si bien es cierto a pesar de todo es un tema delicado para mí y que a pesar de que Elliot  y yo fuimos amigos anteriormente él nunca supo todo lo que ocurría en casa. 

—El día que lloraba por los pasillos era gracias a...—tomé aire y fuerza de voluntad—. los maltratos que he debido soportar por parte de mi padre, el apoyo condicional de mi madre y el pequeño gran infierno que se ha creado en mi familia —me coloqué de perfil y observé por el rabillo del ojo cómo prestaba su total atención a lo que decía—. Al parecer mi madre le hizo algo a mi padre, cosa que no sé que es. El punto es que hizo que él ya no fuera el mismo nunca más, comenzó a golpearme luego de que defendí a mi madre cuando era una niña y ella nunca se interesó en decirle que no me golpeara o quizá tenía miedo de ser nuevamente el saco de boxeo —conté mientras las lágrimas amanezaban en salir.

 —¿El día que llorabas el señor Johnson te había golpeado? —preguntó con sorpresa reflejada en su rostro. 

 —Si, el día anterior —susurré.

 —Demonios Daka, lamento todo lo que has debido pasar. Jamás imaginé esa conducta del señor Johnson, siempre supe que era un hombre estricto pero jamás imaginé que a esos extremos —me miró sorprendido.

 —Nunca sabes que tan oscuro puede llegar a ser el mundo de una persona —lo miré a los ojos.   

 —¿Cómo lo has sobrellevado todo éste tiempo? —interrogó y noté un cambio en sus ojos. Me observaba con compasión.

 —Cameron y Meghan siempre estuvieron cuando los necesité, principalmente Cameron; a quien me he forzado a sacar de mi vida porque pienso que él no merece estar atado a mí y ahora me encuentro aquí, contándote lo que sucede y sintiendo que estás involucrándote lo suficiente cómo para comenzar a sentir miedo —clavé mis ojos en los suyos.

 —Sé que quizá es demasiado rápido, pero perdimos mucho tiempo juntos. No voy a asegurarte que no debes temer conmigo, voy a demostrártelo. Ahora, creo que debo llevarte a casa, no quiero que tu padre se moleste contigo —se levantó—. Dime algo, ¿tu padre te golpeó cuando te llevé tarde a casa?—asentí—. ¡Demonios!.


La dejé en su casa luego de un largo recorrido, luego de despedirme con un beso en su mejilla y un todo estará bien emprendí el camino hacia mi casa donde me esperaban mi padre y Clara, quien a pesar de que era temprano, estaba ansiosa por la cena que yo haría debido a todas las ocupaciones que según tenía mi padre. 

  —¡Elliot apúrate! —gritó mi hermana desde el comedor mientras hacía pucheros. 

 —Estará lista en un minuto —contesté.


Mientras cenábamos mi padre llamó nuestra atención y supuse la razón de ello. Lo miré serio esperando que dijera aquello tan importante. 

 —Elliot, estás a cargo de Clara. Debo salir por asuntos de trabajo —informó.

—¿Salir por asuntos de trabajo? —reí—.¿Con quien te acostarás ésta vez, papá?.

—No te permito que me hables así, Elliot— lo miró fulminante. 

—¡Estoy harto de que te acuestes con una distinta todas las semanas! ¿¡donde demonios está tu responsabilidad con Clara!? Ella recibe el mal ejemplo que tú le das. ¡Esa niña allí sentada no tiene amor materno y necesita del tuyo mientras que tú sólo piensas en "asuntos de trabajo"! —hice comillas con los dedos, ahora de verdad estaba molesto. 

 —No tienes ningún derecho a alzarme el tono de voz —se levantó de su asiento—. Cuidarás a Clara y punto. 

—¡Mamá estaría muy decepcionado de ti!—grité.

 —¡Cállate! —lo observé caminar a pasos rápidos hacia mí y seguidamente sentí el impacto de su puño en mi rostro.  

A Thousand Years. |Terminada|Where stories live. Discover now