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—Wow —logro pronunciar.

Sé que a Camerón le gusta Meghan, sin embargo no tenía idea de que ella podría sentir lo mismo por él.

—¿Qué sucede? —pregunta nerviosa

—Creo que debes ser sincera con él, Meghan —suspiro—. Es decir, creo que debes decirle lo que realmente sientes por él —le aconsejo.

Me encuentro en uno de los restaurantes más lujosos con mi "adorable" esposa.

Yo amaba a Jessica hasta que me hizo tal cosa. Lamentablemente la pequeña Daka tuvo que presenciar el castigo de su madre por mi parte.

Daka, cielos yo amaba a esa niña hasta que se reveló en mi contra y eso si que no podía permitirlo.

—Robert, quiero una ensalada —habla Jessica sacándome de mis pensamientos.

—Pide lo que quieras mujer —contesto irritado.

El joven que nos atendió anteriormente se acerca a nosotros para tomar nuestro pedido.

—Para mi esposa una ensalada y para mi lo mejor del menú —ordeno.

Estoy en el comedor del salón cenando junto a mi padre y mi hermana Clara. Clara y yo habíamos convencido a mi padre de comprar pizza, nos tocó rogar un buena rato, pero de tanto hacerlo terminó aceptando.

—Hijo, saldré con Janet y quiero que cuides a Clara —pide.

Típico

—La semana pasada saliste con una tal Miranda —murmuro.

No conozco a Miranda, la única razón por la cual sabía que habían salido fue porque escuché a mi padre hablar por teléfono con ella. Sin embargo, sé perfectamente que Janet es la secretaria del mismo.

Estoy cansado de que mi padre salga todas las semanas con una mujer distinta. Las usa como si fueran objetos para sentirse mejor consigo mismo.

—¡No es de tu incumbencia con quien salga o no!, sólo quiero que cuides a Clara y punto —dice él molesto y me limito a asentir con el fin de no decirle lo que pienso al respecto.

Me encuentro en la habitación de Clara, ella acostada lista para dormir y yo sentado a su lado. Mi padre ya se fue  de casa y estoy seguro que llegará tarde.

—Elliot, quiero que me leas un cuento —pide ella y yo asiento.

Tomo uno de los libros para compensarle que la última vez no le quise leer nada.

—Había una vez un pequeño elefante —comienzo a leer—. Clara, ¿de verdad quieres que lea esto? —pregunto indignado y ella asiente entre risas.

Termino de contarle el cuento del pequeño elefante y minutos después ya está profundamente dormida. Salgo de su habitación haciendo el mínimo ruido posible para seguidamente dirigirme a la mía y dormir, el día de mañana sería agotador en clases.

Me despido de Meghan luego de aconsejarla  con respecto a Cameron. Me dirijo a la cocina para preparar mi cena y luego de pensar en que me apetece, decido comer unas tostadas.

Luego de haber cenado me encuentro en mi habitación lista para dormir. A veces me pregunto ¿por qué mi vida ha dado un giro tan inesperado?

Las noches en las que estoy en paz, las preguntas me invaden haciendo que la curiosidad despierte en mí.

Había decido no salir de mi habitación para así poder seguir jugando con mi muñeca sirena. Sin embargo, recordé  la presencia de mis padres en casa al escuchar como ambos discutían. Bajé las escaleras para saber porque mis padres estaban gritando.

—Mami, ¿qué sucede? —pregunté atemorizada.

—No es nada cariño, sube a tu habitación y espérame allí —dijo mi madre con tono dulce calmándome un poco.

Comencé a subir las escaleras y me quede en el último escalón esperando a que mis padres terminaran de discutir. Observé como la mano de mi padre impacto en el rostro de mi madre, haciendo que se cayera al suelo chillando de dolor, y sentí como lágrimas comenzaban a desplazarse por mis mejillas.

Tras golpes en el cuerpo de mi madre. La misma suplicaba por no ser golpeada mientras mi padre le lanzaba toda clase de insultos.

¿Por qué mi padre insultaba a mi madre de tal forma?, ¿y por qué la última vez que me golpeó gritó que todo era mi culpa?, son preguntas sin respuestas que invaden mi mente siempre que pueden.

Mi alarma suena indicándome que es hora de levantarme para ir a mis respectivas clases. Me levanto de la cama y seguidamente me dirijo al baño a realizar mi rutina diaria.

Me quedé profundamente dormida tras tantos pensamientos que no me di cuenta siquiera cuando mis padres llegaron. Al salir del baño y terminar de vestirme bajo las escaleras a paso rápido, nerviosa por encontrarme a mis padres desayunando en el comedor. Sin embargo, para mi sorpresa, al llegar me percato de que no están allí.

A Thousand Years. |Terminada|Where stories live. Discover now