Primavera 2 - Capítulo 18: Callejón sin salida

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PRIMERA PARTE:

6:35AM

El sol resplandecía a través de la ventana de mi habitación como un día cualquiera. Me levanté hace media hora para asegurarme de captar todo los conocimientos necesarios para el examen de Biología, el cual según Ryu sería una completa locura, porque son muchos los términos a aprender.

El cielo ya no estaba teñido del amarillo con rosado característicos de los amaneceres. Sino que era blanco como el ártico, las nubes cubrieron hasta los confines del horizonte y no dejaron pasar ni el más mínimo ápice de sus matices azules.

Akane había desordenado por completo mi cama y su posición estaba hecha todo un desastre, tanto que con solo verla incomodaría, o más bien dolería a la vista; aunque yo no sienta dolor.

Su cara era verdaderamente graciosa, pero por ser de mañana, todavía estaba batallando contra el sueño, así que no pude soltar carcajadas en ningún momento sino puros bostezos. Su boca se encontraba totalmente abierta, dejando rebozar una cascada de saliva, sus mejillas ruborizadas y aquella burbuja que salía de su nariz era un legítimo símbolo de que estaba soñando algo de su gusto, así que preferí no levantarla.

— Creo que mirando su rostro mejor... ella no ha estudiado nada, ¿o sí?

Su cara era muy complaciente, no mostraba signos de estar nerviosa por el examen de hoy, al contrario que cuando hay una fecha muy importante, por lo general el corazón me late más rápido cuando intento dormir y no paro de temblar.

— Intentaré a ver...

Ahora que justamente el cuerpo de Akane se había volcado boca arriba, teniendo los brazos casi golpeando la pared y con las piernas separadas por un ángulo más que obtuso, inverosímil, quise comprobar si ella de verdad mostraba signos de preocupación o nerviosismo.

— Vamos allá...

Con mi mano temblando, la pasé por su mejilla izquierda para dar detrás de su oreja, toqué su piel atemorizado y rezando para no despertarla, pero me llevé una gran sorpresa al tocar por un tiempo apropiado.

— ¡¿Tiene la piel fría?!

La temperatura rápidamente pasó por mi palma dándome un pequeño susto, haciendo que retirara mi mano muy rápido. Ahora ella comenzó a roncar.

— Tengo que sentir sus latidos.

La madrugada en la que la tormenta azotó la ciudad de Amehara, Akane y yo tuvimos un pequeño encuentro que duró casi unos 45 minutos, pero que en realidad se sintieron como infinitos. Así que no creo que le vaya a importar si le hago lo que le estaré a punto de hacer.

Abrí mi mano derecha lo más que pude y la acerqué hacia aquellas dos colinas que marcaban la pijama. Con los flexores de la muñeca, me posicioné ligeramente, para luego bajar mi palma como si estuviera haciendo una ola, consiguiendo envolver su seno izquierdo bajo mis dedos. Aunque era para sentir sus latidos, en el caso de que ella despierte, no sé con qué tipo de excusa estúpida saldría para librarme de esta incómoda situación.

— No puede ser verdad.

Su corazón se encontraba latiendo con total normalidad, en respuesta a la sensación que pasó a través de mi mano, pensé que sería mejor acercar mi rostro hacia su pecho, sólo para sentirlo mejor.

No podía imaginar lo tan avergonzado que estaba, mi cara estaba completamente roja, mientras me agachaba hacia el busto de Akane, quien se veía durmiendo placenteramente.

*BADUM*

Una vez colocada mi oreja derecha, pude sentir sus latidos volverse más rápidos, sólo para después sentir algo jalándome del cabello, y con fuerza inconmensurable, dejando colgar mi cuerpo como si de un trapo se tratase. Yo con mi rostro inexpresivo me sorprendí al ver que Akane se había sentado en la cama, con su rostro delante del mío, mirándome hastiada, sujetando mi cabeza son sus delicadas manos.

Mujaki na Ore wa Jitsu ni MijimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora