Primavera 2 - Capítulo 10: Donde florecen las margaritas

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Aparte de no dejar ni una pista acerca de dónde se podrían encontrar los llamados "tesoros de Melquíades", Akane mencionó de forma vaga en dónde podría encontrar la segunda de las 7 cartas.

"La segunda carta aparecerá luego de una gran explosión."

Sólo eso, no especificó ningún dato, dónde, cuándo, por qué, no dijo nada. Y para colmo, Kikuchi Tsubaki desapareció de nuestras vidas sin dejar pistas de su paradero como lo hizo Akane.

— ¿Qué piensas hacer ahora, Kecchi?

Akane, Nezumi, Hiroshi y yo estábamos reunidos en una mesa después de clases. Hiroshi me preguntó lo anterior, a lo que yo le respondí:

— Bueno, por ahora no tenemos ni una pista, pero podemos investigar en los sitios a los que a ella le gustaba estar antes de desaparecer, ¿sabes cuáles son?

— Uhm, bueno... a ella le gustaba mucho hablar con nosotros cuando nos veía la cara, ella solía ir todos los días al salón del club de literatura, ¿no recuerdas que algunas veces hacías esos concursos de literatura, en los que el ganador se llevaba un helado?, bueno, ella era la única que participaba.

Abrí mis ojos sorprendido ante su declaración, ahora que lo pensaba, era cierto que yo realizaba mis concursos de escritura, sabía que Hiroshi no escribía una mierda, por lo que siempre le daba el helado a alguien más, joder, no logro recordar.

— Creo que tendremos que ir primero al club de literatura.

— Vale.

— Espera, Kecchi.

Apenas me levanté, Akane jaló de mi uniforme ligeramente, al girar mi cabeza vi como ella me estaba mirando fijamente, pero no soltaba ni una sola palabra.

— ¿Qué vamos a cenar hoy?

— ¿QUÉ?, no es el momento para eso, Akanyan.

Quise comenzar a caminar pero Akane jaló de mi uniforme más fuerte, me volví a ver su rostro otra vez, tenía una cara plana pero aun así demostró determinación.

— La cena es muy importante, Kecchi.

Al momento en el que ella dijo eso, pude notar que la saliva se le salía ligeramente de la boca, entonces me vi "forzado" a replicar con que iríamos a un restaurante en la noche.

— Eres el mejor, Kecchi. Bueno, asunto solucionado, ahora iremos a buscar a Tsubaki-chan.

Ahora sí me soltó, ¡ya soy hombre libre, o eso espero! Todos me siguieron hacia el tercer piso, al llegar a la puerta, la abrí suavemente, luego Akane entró dando un suave brinco al sentir el tenue viendo del ventilador que estaba sobre el escritorio, más el aroma a limón que inundaba el salón.

— Que bien huele... *snif* *snif*

Akane comenzó a olfatear cada rincón de la sala, había veces que sin mirar, ella hacía sonidos con la boca, como al golpear los dientes entre sí, parecería como si estuviera tratando de "comer" el aroma, de verdad que le falta el alma a esta chica.

— Oh, miren esto.

Nezumi nos había llamado a todos a ver lo que había señalado, justo encima del escritorio, al lado del ventilador y debajo de un pisapapeles, había una miríada de hojas que estaban sucias, la tinta estaba corrida en algunas partes y el papel estaba muy arrugado.

— Ah, es una novela. Leer no es lo mío, qué tal si lo intentas tú, Keiichi-kun.

— Pero...

— Vamos Kecchi, dale una mirada a ver si logras encontrar algo.

Hasta Hiroshi me insistió en que ojeara un poco el contenido de las hojas, yo pasé mi mano y como si estuviera barajando naipes conté la cantidad de papeles que había sobre la mesa, al terminar, entrecerré mis ojos atónito.

Mujaki na Ore wa Jitsu ni MijimeNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ