Primavera 1 - Capítulo 8: No puedo ser apacible con la muerte

81 8 0
                                    


◇◇◇◇◇

Sólo faltaría que para salir me hubiera tomado una taza de café, para poder sentirme más fresco, ya que esta noche iremos a explorar cada uno de los templos y así encontrar pistas que nos ayuden en la búsqueda, por lo que no espero llegar temprano, pero mañana es sábado, así que mis padres no molestan tanto con los horarios.

¡AAGHH, ME ESTÁ DOLIENDO LA ESPALDA!, será mejor que tome un asiento y ahí reposar unos cuantos minutos.

Ya me siento mejor, creo que es hora de que me vaya, Nezumi y yo acordamos vernos en el pie de la montaña del templo Anmeiji.

- Hola, Keiichi-kun.

- Oh, hola, Nezumi.

Igual a como nos vemos en cada ocasión, él estaba recostado sobre el vehículo policial mientras sujetaba su sombrero con su mano izquierda, aparte del uniforme de policía, Nezumi llevaba una pistola metida en su cinturón.

- ¿Para qué la pistola?, ¿no tenemos la misma edad?, ¿no es ilegal?

- Es ilegal que un menor de edad porte armas, pero soy policía.

- Pe-pero.

- PERO SOY POLICÍA, PUNTO.

Resaltó mucho el "soy policía" en aquellas frases, yo sólo hice una sonrisa tonta. De la nada comenzó a caer una ligera llovizna, las gotas de agua eran tan ligeras que no se sentían demasiado, pero igual tenías la sensación de que tu cuerpo se estaba mojando, aunque fuese a poquitos.

- No traje sombrilla.

Eso fue lo primero que dijo Nezumi al sentir la primera gota caer, lo dijo mientras juntaba sus manos para calentarlas con su aliento, ya era de noche así que hacía un poco de frío.

- Yo---tampoco tengo---sombrilla.

Con un tono cansado y de bajos ánimos, bajé la cabeza para expresar mi hastío a la vez que daba un largo suspiro.

- ¿Subimos?

Nezumi guardó su sombrero en el coche y acto seguido lo cerró, respiré hondo al pensar que allá arriba nos estará esperando Aranami Ryu, déjenme decirles que es un dolor en el culo lidiar con ella. Pero apenas pasé por el primer escalón y alcé la vista, mis pupilas se contrajeron de la sorpresa.

Los pilares rojos estaban iluminados por una tenue luz morada, y lo que estaba creando aquel espectro, era la mujer con yukata y katana. Ella estaba ahí parada unas cuantas docenas de escalones más arriba, y justo como me la encontré en nuestro primer encuentro, llevaba la espada samurái japonesa apoyada en sus hombros, los ojos cerrados y la cabeza apuntándome como si me estuviera viendo fijamente.

- ¿Qué haces? Vamos. *PUM*

- Ya-ya voy.

Nezumi me dio una fuerte palmada en mi espalda.

- Allí arriba hay alguien.

- ¿Qué?

Él asomó su cabeza por debajo de los pilares, dio un suspiro y metió sus manos dentro de sus bolsillos como si no fuera la gran cosa.

- Es sólo una mujer, vamos, Keiichi-kun.

- ¡Espera!

Nezumi comenzó a subir las escaleras como si nada estuviera pasando, al momento en que los dos estuvieron hombro a hombro, la cara de la mujer comenzó a seguirle con su nariz pero en ningún momento abrió los ojos ni hizo nada.

Mujaki na Ore wa Jitsu ni MijimeWhere stories live. Discover now