XXXVII. Sin Ginny en Casa

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Los niños asintieron emocionados, cada uno corriendo a su respectiva habitación para acomodar sus juguetes, Harry dejo los platos lavándose antes de subir con Lily.

Media hora más tarde estaba culpando a Ginny.

¿Por qué nunca le había explicado la manera correcta de tomar el té con el señor Smiles? A ese oso todo le molestaba.

"A Smiles no le gusta que se sienten a su lado derecho papi", "A Smiles le gustan más las galletas de canela", "A Smiles le gusta el barniz rosado", "A Smiles le gustaría pintar tu túnica", "A Smiles le gusta el té de limón", "A Smiles no le gusta tu cabello".

Harry llegó a la conclusión de que: "A Harry no le importa lo que a Smiles le gusta o no", con una sonrisa y las piernas entumecidas por aquellos banquillos.

Entonces fue casi dando bronquitis a donde Albus, pero este lo recibió con una almohada directo en el rostro y un fuerte grito de "¡NOS ATACAN!".

Estuvo otra media hora con las piernas dobladas y un deprimente fuerte hecho a base de peluches y una alfombra secretamente encantada. No sabía que lo golpes de almohada dolieran tanto.

Bajó a la cocina y les dio lo que Hermione llamaba "Saludable merienda", Harry prefería decirle fruta picada. Esperó a que se lo terminaran para bajar los platos y volver a dejarlos lavándose, hasta entonces subió con James.

Tenía Torres hechas de ropa, frazadas, libros, juguetes, peluches, almohadas y un montón de cosas que Harry no sabía que tenían.

—¿No crees que mamá se enfade si descubre que jugamos con esto? —preguntó Harry, intentando sacar una cuchara de madera.

—¡No! —gritó James— No se enojará siempre y cuando no se rompa —Harry soltó la cuchsraby asintió.

Estuvo más de una hora con James destruyendo todas las torres, a la acción se unieron Albus y Lily cuando escucharon el escándalo, arreglando todo lo que resultó roto de la "Invasión Dinosaurica" y poniendo todo en su lugar a regañadientes.

Cuando las habitaciones volvieron a estar en orden, Harry nunca adoró tanto la magia como en aquellos desastrosos momentos, bajaron a comer. Nada complicado, sus hijos tenían hambre así que se comieron todo lo que tenían en el plato.

Más tarde vieron una película y jugaron ajedrez, con el único propósito de ver a las piezas destruirse mutuamente. Finalmente la cena donde por desgracia asistió Smiles. Y después se fueron a dormir.

Harry se quedó un buen rato con ellos, hasta que estuvo seguro de que no despertarán hasta el día siguiente. Entró con un suspiro a su habitación, la había estado evitando todo el día, verla le recordaba la ausencia de Ginny, lo hacía sentir solo, preguntándose un montón de cosas que realmente no quería pensar.

Dejó la puerta entreabierta por si alguno de sus hijos entraba en la noche por alguna pesadilla. Harry sin embargo ni durmió mucho, sabía que era por el lugar vacío a su lado, así que no tuvo más remedio que dormir con la almohada de Ginny.

—¡Papá! ¡Papá!

Cuando despertó, Lily estaba brincando sobre la cama, muy contenta.

—¡Llegó Klaus! ¡Trae una carta de mamá! —Harry se talló los ojos con una sonrisa— Pero no nos deja agarrarla —se quejó dejándose caer a un lado de Harry. Harry rió y asintió.

—Muy bien... Vamos —Lily aplaudió, pero tomó a su papá de la manga— ¿sucede algo?

—Yo tambien abrazo la almohada de mis hermanos cuando se van a dormir a otra casa —dijo con una sonrisa— ¡me parezco a ti! —rió y salió corriendo y gritando— ¡Corre papá, Klaus está picando a James!

¡Ey! Ginevra (One-Shots) © [Harry&Ginny]Where stories live. Discover now