—¿Y qué soy? —Dudo entre si contarle la verdad o evitar su pregunta. Por desgracia para él, opto por la segunda opción.

—Descansa. Si quieres algo avísame. —Corto la conversación y me voy a la terraza a tomar algo de aire.

"Salgo a tomar el aire a la terraza, mientras Álvaro se cambia en la habitación. La tormenta de verano nos ha pillado de pleno y automáticamente, nos ha cancelado los planes.

—Ponte esto si quieres. —Aparece detrás de mí.

—Estoy bien, tranquilo. Esto se seca rápido. —Me giro de nuevo y vuelvo a observar las vistas de la ciudad.

—¿Te han dicho alguna vez que eres muy cabezona? —Suelto una carcajada. —Me lo tomaré como un sí. —Mi risa se corta cuando siento sus brazos en mi cintura. —En el fondo agradezco que se pusiera a llover en ese momento. Admirar las vistas contigo es precioso.

Me giro de nuevo con una sonrisa. Ambos estamos muy próximos, tanto que nuestros alientos se mezclan. Álvaro mantiene su mirada verde fija en mis labios sin cortarse un pelo. Siento que tengo que hacer lo mismo. En apenas segundos ambos levantamos la mirada a la vez y una pequeña sonrisa brota de nuestras bocas.

La cabeza de Álvaro se inclina y atrapa sus labios con los míos en un beso dulce, sin prisas. Sus manos se mantienen en mi cintura y los míos pasan a su cuello, acercándome aún más a él. Nos separamos por falta de aire y, de nuevo, volvemos a sonreírnos. No hacen falta palabras, el brillo de nuestras miradas lo dice todo. Esta vez tomo la iniciativa yo. He descubierto que sus labios con adictivos."

Me toco los labios inconscientemente y para desgracia mía, Álvaro está apoyado en el marco de la puerta, observándome.

—Nuestro primer beso ¿no? —Asiento desviando la mirada. —Yo también recuerdo a veces nuestros momentos, Lu. —Se acerca a mí cojeando. —Te echo de menos.

—No me hagas esto, por favor. —Salgo de la terraza dejándolo completamente solo y llamo a María para que se haga cargo de Hugo.

Álvaro sale de la terraza y se vuelve a sentar en el sofá. Yo lo acompaño poco tiempo después sin entablar conversación alguna. El silencio es cada vez más incómodo y éste solo se ve roto por la lluvia.

—¿En esta nueva tormenta habrá beso? —Pregunta un descarado Álvaro y mis mejillas, por primera vez desde hace mucho tiempo, se tornan rojas.

—Siento dejarte solo, pero me voy antes de que empiece a llover más.

—No voy a dejar que te vayas sola con esta tormenta.

—¿Y qué propones? Puedo llamar a un taxi.

—Quédate a dormir. —Le miro a los ojos y son exactos a los de Hugo, no sé cómo ni durante cuánto tiempo voy a poder seguir ocultando esto.

"Después de una cena romántica, Álvaro me lleva a su piso a "tomar la última copa".

—¿Te quedas a dormir? —Pregunta sin más.

—¿Me quieres llevar a la cama? —Le pregunto graciosa.

—Quiero pasar la noche contigo. —Y el resto de mi vida, pienso. No lo digo porque me llamaría cursi. —Si aceptaras me harías tan feliz... —Me río de su cara, esa que pone cada vez que intenta conseguir algo.

—Tendrás morro. —Le pego en el hombro antes de besarlo. Me separo, relleno las copas y brindamos.

—¿Y ahora quién quiere llevar a la cama a quién? —Me pregunta Álvaro riéndose.

—¿Tienes miedo, Alvarito? —Le quito la copa de vino, me siento encima de sus piernas y me acerco más a él hasta que nuestros labios se juntan.

Meto mis manos por debajo de su camisa acariciando su espalda de arriba abajo mientras él se entretiene con mi cuello. Juego con el borde de esta y finalmente se la quito. Rápidamente él hace lo mismo con la mía. Me levanta del sofá de repente y nos vamos hasta su habitación. Devoro sus labios sin darme cuenta de nada más. ¿Cuándo me ha quitado los pantalones?, pienso al darme cuenta de que estoy en ropa interior delante de él. Me besa mientras se deja caer en la cama conmigo encima, desnudándome completamente."

—Te has puesto roja de repente. —Muestra una sonrisa pícara en la cara. —Que sepas que no me importaría repetir esa noche. —Se mete en la cocina dejándome completamente a cuadros. Voy detrás de él.

—¿Por qué eres tan directo? —Pregunto exasperada haciendo que una carcajada brote de su garganta.

—Es la única forma de recordarte que quiero que vuelvas, que quiero volver.

Desde que no estás | Álvaro GangoWhere stories live. Discover now