(Cancelada) Insistencia [R+18] Miraculous Ladybug

Controlar los impulsos

- Mari, mi amor, mañana llegaré más tarde a la escuela. Nathalie me acaba de avisar que bien temprano tengo una sesión de fotos nueva, así que ya que no podré estar ahí para despertarte... No te quedes dormida! Te amo! - Una somnolienta Marinette repetía las palabras que Adrien le había dicho por teléfono en su cabeza mientras desayunaba sentada en la mesa de la cocina. Milagrosamente se había levantado temprano y revolvía su chocolate suspirando y perdida en sus pensamientos sobre el rubio. - Otra noche más que pasé sin él... Ufff... - Bufó en el instante en que su madre entró por la puerta de la sala de estar, desde la panadería.

- Ay hija, que suspiro de enamorada... - Sabine se acercó hasta ella y le acarició la mejilla. - Qué bueno que hoy pudiste levantarte temprano, así al menos podrás esperar a tu novio de forma un poco más decente. - Bromeó la mujer tomando lugar en la silla frente a su hija para acompañarla en su desayuno.

- Hoy no vendrá Adrien, mamá. - Marinette hizo a un lado su chocolate y apoyó su cabeza sobre la mesa, todavía tenía sueño.

- Por qué? Está enfermo? - Preguntó Sabine frunciendo el ceño.

La azabache menor se reincorporó y reposando su mentón sobre sus muñecas suspiró. - No, tiene trabajo temprano. Me dijo que llegará más tarde a la escuela, si es que la sesión de fotos no se extiende y logra llegar a tiempo. - Tomó una galleta y masticó con pereza antes de terminar de hablar.

- Entiendo, pero... Su familia está de acuerdo con que él trabaje de ésto y pierda horas de clase? -

- Su padre al menos está de acuerdo, de hecho es quien lo hace trabajar. Su madre... No lo sé. No la conozco. - Tomó otra galleta y bebió parte de su chocolate.

Sabine ladeó un poco su cabeza y parpadeó un par de veces. - Que sucede con su madre, cariño? Dijiste que me contarías pero aún no me has dicho nada. -

Marinette suspiró y apoyó la taza de chocolate en la mesa, se rascó la frente y frunció la boca pensando en cómo responder. - Mmm... No sé muy bien que es lo que pasó, porque de hecho ni Adrien lo sabe. Lo único es que un día volvió de la escuela y su madre ya no estaba más. -

- Pero... Murió? - Preguntó con un poco de temor.

- Aparentemente no, sólo está desaparecida. Según Adrien, que cuando habla de su madre se pone muy sentimental y un poco marica... - Bromeó la azabache hasta que su madre la interrumpió enfadada.

- Hija, no le digas así. Debe ser difícil para él. Cómo te sentirías tú si algo así sucediera conmigo? -

- Lo siento. Solo estaba bromeando, mamá. - Se avergonzó la jovencita. Bebió un poco más de su bebida y continuó. - Bueno... Adrien dice que su madre siempre fue una persona que hizo lo que quiso y que cuando algo entraba en su cabeza era imposible detenerla hasta conseguirlo. De hecho, por lo que entendí de una indirecta que dijo hace un tiempo atrás, el nació cuando su madre era tan joven porque justamente... -