(Cancelada) Insistencia [R+18] Miraculous Ladybug

Aire fresco

Antes de que empiecen a leer quiero advertirles que este capítulo contiene muchas escenas e imágenes no apropiadas para público menor, así que por favor (y para evitar determinadas cosas) les pido discreción y si consideran que no desean leerlas, pueden salir de la historia. Muchas gracias y ahora sí... Disfruten!

Lu.-

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- Niña, tu padre está subiendo las escaleras en este momento... - Plagg le advirtió porque Tikki estaba muerta de la vergüenza como para hablar.

Desde la cocina, Tom subía las escaleras con un plato de budín de pan en la mano. - El postre favorito para mi niñita... -

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- Que qué??! Mi papá? Ay no, Adrien, Adrien! - Marinette empezó a dar manotazos hacia atrás para llamar la atención del rubio que estaba con los párpados apretados y la boca entreabierta, tomándola de las caderas mientras entraba y salía de ella con un ritmo excepcional. La azabache se levantó para quedar apoyada sobre sus rodillas y giró su cabeza para sacar a Adrien del trance en el que estaba. - Adrien! - El muchacho abrió los ojos y le sonrió con sus mejillas sonrojadas, comenzó a subir sus manos desde las caderas de Marinette, acariciando todo su cuerpo hasta llegar a sus pechos por debajo de la blusa blanca para apretujarlos con suavidad. Le besó la mejilla y apoyó su frente sobre el hombro derecho de la azabache, retomando el ritmo de su cadera. - Adrien! - Tikki y Plagg se escondieron en el estante sobre la cama, simulando ser muñecos.

El rubio levantó la mirada y sin quitar esa sonrisa de placer de su cara, le contestó. - Qué, mi amor? - Plantó un beso en su cuello.

- Que está subiendo mi papá!!! Ya, quítate! -

- Qué?? - Adrien se puso de color blanco y salió de inmediato del interior de Marinette y subió su bóxer. - Y qué hago? -

La azabache acomodó su ropa interior y pijama en su lugar y abrió la cama. - Métete ahí, bien pegado a la pared y no te muevas. - El muchacho hizo caso a las indicaciones de Marinette que lo cubrió con las sábanas totalmente y le apoyó su peluche de gato gigante sobre la cabeza. Bajó las escalerillas rápidamente y se sentó en la silla frente al escritorio para ponerse a teclear cosas sin sentido en la computadora justo en el instante en el que su padre abría la puerta trampa en el suelo llevando un postre en su mano izquierda. La jovencita siguió mirando la pantalla como si no hubiera escuchado entrar a su padre en su habitación mientras intentaba controlar su agitada respiración.

- Marinette, mira lo que tengo para ti, tu favorito... - El hombre de bigote caminó hasta la silla del escritorio con el plato de budín de pan que parecía minúsculo en sus enormes manos. - Recién terminado, como le gusta a mi niñita! -

- No soy una niñita, papá... - Marinette giró sobre su silla para quedar frente a Tom y recibir el postre con ambas manos abiertas y una gran sonrisa en su rostro. Sus mejillas seguían teñidas de rojo debido al calor de su reciente actividad con Adrien.

- Hija... De nuevo tienes fiebre? - El hombre colocó su mano sobre la frente de la azabache. - Estás con temperatura, mira tu rostro, todo colorado... SABINE! - Gritó el nombre de su esposa.

- No, papá! - La jovencita apoyó el plato en el escritorio y le tapó la boca a su padre con ambas manos. - No tengo nada, de verdad! No hace falta que llames a mamá! -

- Estás segura de que te sientes bien? - Acarició su mejilla con mucha ternura.

- Si, papi, estoy segura. - Marinette sonrió y tomó una cucharada del postre que su padre le había traído, llevándosela a su boca y saboreando como si no hubiera comido nada en todo el día. - Papá!! Está delicioso!! Gracias!! -