(Cancelada) Insistencia [R+18] Miraculous Ladybug

Déjate llevar - Parte 2

Marinette frunció el ceño y se soltó del muchacho, extremadamente confundida.

- Qué dijiste? -

*-*-*-*

- Que eres linda... Mari. - Respondió Adrien, tratando de disimular lo que se le había escapado de la boca sin darse cuenta.

- Ah... - Dijo la azabache no muy convencida. Se tocó sus propios labios con la punta de sus dedos sin dejar de mirar los ojos verdes de Adrien. - Este beso fue de Chat, pude sentirlo... Será posible que Adrien... No, no puede ser... - Marinette caminó un par de pasos hacia atrás, dio media vuelta y se fue corriendo, atravesando la pista de baile.

- Mari, qué sucede?? Ven aquí! - Adrien se largó a perseguir a la azabache que pasaba entre la gente que bailaba, empujando a algunos, esquivando a otros, bajo las luces azules que se confundían con su vestido. La siguió por todo el salón, hasta incluso pasaron a toda velocidad por al lado de Alya y Nino que los siguieron con la vista sin entender nada.

- Qué diablos? Qué se supone que hacen, correr una maratón? No deberían estar besándose? - Nino preguntó rascándose la cabeza.

- Los dos son igual de extraños, creo que son el uno para el otro... - Alya le respondió al oído mientras bailaban una canción lenta.

Marinette había cruzado las blancas y pesadas cortinas de la entrada en su afán de escapar de esa tormenta de sentimientos que la estaba atacando en su interior. Se escondió detrás de una columna con poca iluminación al costado del salón principal. Se apoyó en ella y se deslizó hacia abajo hasta quedar sentada en el suelo, llevó sus manos a su rostro y a medida que su pecho se inflaba por los ligeros sollozos, pequeñas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos azules. Adrien cruzó las cortinas y buscó a la azabache moviendo su cabeza de un lado a otro hasta que vio un par de zapatos negros detrás de una columna. Se acercó y allí estaba la joven, con su cara cubierta por sus manos, sollozando como una niña pequeña. El rubio se sentó en el suelo, a su lado, flexionando las rodillas y apoyando sus brazos sobre ellas.

- Lloras por mi culpa, verdad? - Dijo reposando su cabeza contra la columna, con los ojos cerrados, soltando un profundo suspiro.

Marinette giró sorprendida hacia su derecha cuando lo escuchó hablar ya que no lo había sentido llegar. Se limpió como pudo las lágrimas de su cara e intentó controlar sus sollozos. - No... No lo se. -

- Mari... Te molesta que esté cerca tuyo? - El rubio la miró ladeando su rostro.

- Claro que no. - La azabache ya había dejado de llorar, no podía parecer tan tonta frente a Adrien, ya hasta lo estaba haciendo sentir mal a él que no tenía la culpa de su indecisión.

- Y entonces por qué saliste corriendo? - Él realmente quería entender qué le pasaba por la cabeza a Marinette. Si iba a revelarle su identidad, necesitaba comprenderla primero.

- Porque me recuerdas mucho a alguien. - La joven del vestido azul apoyó su mano en el suelo, con la palma hacia arriba.

- Eso es... Bueno o... Malo? - Adrien entendió que ella estaba buscando su mano, así que llevó la suya hasta el suelo, para entrelazar sus dedos con los de Marinette.

- No lo se. - Apretó con fuerza la mano de Adrien.

- Yo creo que hhmmmpf - Hizo un ruido de esfuerzo al levantarse del suelo y ponerse de pie con agilidad. - Necesitamos bailar. Vamos? - Ayudó a la azabache a pararse y le acomodó la parte de atrás de la falda del vestido, que al haberse sentado en el suelo se había arrugado. - Listo, perfecta. - Sonrió de forma simpática, agachándose nuevamente para tomar el bolso de Marinette que había quedado en el suelo y entregárselo.