Niño a los 18 años (JJBek)

Más allá de la amistad

Melody iba directo a casa de la única víctima que le quedaba por hablar, se sentía aliviada, tenía demasiadas pruebas, las suficientes para poder ayudar a Jean, se sentía feliz de esforzarse por una persona, de esforzarse por él.

Al estar frente a la puerta tocó el timbre, segundos después la puerta fue abierta por una mujer.

—Hola ¿en qué puedo ayudarle?

—Hola, soy una conocida de su hija, vine a entregarle unos papeles que olvidó en el instituto.

—Oh ya veo, aguarda un momento.

Dicho eso, la mujer se acercó a las escaleras llamando el nombre de su hija, segundos después la joven se sostenía de la pared bajando con sumo cuidado, sin más se acercó a la puerta.

—Hola, Melody ¿cierto?

—Sí, tú eres Antonia ¿verdad?

—Sí, por favor pasa.

Sin perder tiempo, Melody entró y ambas fueron a la habitación de Antonia, la mujer mayor les ofreció unas bebidas, ambas aceptaron y las dejó de nuevo solas.

—Gracias por ayudarme en esto—dijo Melody.

—No, gracias a ti, me sentí feliz de que por fin alguien me creyera con este caso.

— ¿Nadie te creía?

—No, ni siquiera mis padres, Richard es bueno engañando a las personas.

—Enserio lo siento.

—No te preocupes, pero dime, si no eres detective ¿por qué te interesó este caso?

—Eh...bueno, lo hago porque quiero ayudar a una persona.

— ¿También fue víctima de Richard?

—Sí

— ¿Esa persona te contó?

—No, la verdad es que me di cuenta porque había dejado mi celular grabando en mi salón y...y grabó cuando ese desgraciado violó a mi compañero.

—Que horror, ¿no quiso levantar una denuncia?

—No, él tiene la mente de un niño, supongo que puedes imaginar el impacto que fue para él teniendo la mente de un infante que fue violado por un maldito.

—Oh no, que horror, lo entiendo, esa persona debe ser importante para ti ¿verdad?

— ¿Eh?

—Fueron muchas las víctimas de Richard, y tener que convencer y hablar con cada una no debió ser tarea fácil, alguien más hubiera abandonado, pero me doy cuenta que esa persona es muy importante para ti como para no rendirte.

Melody no pudo evitar sonrojarse.

—Sólo...bueno yo...sólo le quiero devolver el favor, es todo.

Maldición, ¿por qué su corazón latía tan fuerte cada que alguien le mencionaba lo importante que es Jean para ella? Dado que Antonia no es la primera en decirlo, a cada persona que ha visto le ha dicho lo mismo, Jean no era especial, simplemente quería devolverle el favor, sí, eso... ¿O acaso sí era especial? Maldición, ¿por qué ese canadiense siempre la terminaba confundiendo? Lo mejor era centrarse en el caso, estaba a nada de tener todo lo necesario para aplastar a ese desgraciado.

Jean estaba acostado en su cama con Isabella abrazándolo, después de esa noche llena de pasión, Jean no pudo evitar sentirse más confundido, le encantó hacer el amor con Isabella, no lo iba a negar, después de todo la amaba, pero... ¿Por qué sentía que le faltaba algo?