Doble horror

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Chris entró al consultorio donde yacía Isabella acostada mirando perdidamente la ventana, deseosa de ver de nuevo a Jean después de todo lo que Viktor le contró, Chris sabía la impotencia y la culpa que sentía Isabella por no estar allí para él, se sentó en una orilla y le ofreció un vasito con atole.

—Toma, te hará bien—dijo el suizo dándole el vaso a Isabella.

—Gracias Chris, pero no tengo hambre.

—Entiendo que te sientas mal, pero hasta que no te den de alta no puedes hacer nada.

— ¡Ese es el problema! No puedo hacer nada, Jean ha sufrido demasiado por culpa de sus compañeros, no puedo ni imaginarme el infierno que ha vivido, justo ahora lo único que quiero es estar a su lado.

—Eres una persona fuerte Isabella, pero por el momento alguien tiene que cuidarte—dijo Chris con una sonrisa ofreciéndole de nuevo el vaso.

Isabella miró el vaso, luego miró a Chris, sinceramente le impresionada lo atento que era el suizo, quizás por toda la situación que han vivido él pretende dar su apoyo, aunque no debería sorprenderle, llevaba un tiempo conociendo a Chris y sabía que el suizo tiene un gran corazón, más grande que su suizo trasero, Isabella rió ante ese pensamiento.

Con una sonrisa aceptó el vaso, necesitaba tener fuerzas si quería seguir protegiendo a Jean.

Volviendo al lado oscuro, Jean seguía pidiendo ayuda, deseando que ya todo acabara, que alguien fuera a salvarlo, tres chicos lo habían follado y ya estaba el cuarto dentro de él, su cuerpo estaba lleno de semen que los chicos le restregaban, en el rostro, en el pecho, en el abdomen y en el trasero, sentía su trasero arder, ¿enserio eso hacen los adultos? Era lo peor del mundo.

Un momento después, el cuarto chico se corrió dentro de Jean.

Las lágrimas de Jean se mezclaban con el semen que tenía en el rostro, había probado cuatro penes contra su voluntad, nunca en su vida imaginó vivir tan espantosa experiencia.

Jim se comenzó a fumar un cigarrillo mientras el chico seguía restregando la punta de su pene en el trasero de Jean.

— ¿P-Por qué? Creí....creí que éramos amigos—dijo Jean, mirando a Jim entre lágrimas.

—Somos amigos Jean, es por eso que te hice este favor, piénsalo, si te quedas en esta escuela, imagina las calamidades que te esperan, mira esto como una advertencia, yo te aprecio Jean, por eso te hago saber que los alumnos no te dejarán en paz hasta que ya no puedas más, y no me gustaría nada que llegaras al punto del suicidio—dijo Jim mientras seguía fumándose un cigarrillo.

—J-Jim, me duele mucho.

—Claro que te duele, eres un adorable virgen, pero tranquilo, sólo no le digas de esto a nadie, porque nadie te va a creer y Viktor se sentirá tan decepcionado de ti que seguramente te mandará a un orfanato.

Jean abrió los ojos con estupor, no, el orfanato no, él no quería estar en ese lugar, él quería mucho a Viktor y a Yuuri y lo que menos quería era decepcionarlos, ahora se sentía peor, había decepcionado a las personas que tanto lo habían cuidado, las lágrimas salieron de manera más intensa.

—Y-Yo...no quería decepcionarlos.

Jim se incó y tomó suavemente el rostro de Jean quien inmediatamente reaccionó como animalito asustado.

—Tranquilo Jean, te prometo que nosotros no diremos nada, sólo si tú no dices nada, ya ves lo que pasó con esas fotos publicadas—dicho eso, Jim le dio un beso en la frente a Jean quien rápidamente retrocedió por el miedo—además, no sólo decepcionarás a Viktor... ¿Qué crees que diría Otabek si se enterara de esto?

Niño a los 18 años (JJBek)Where stories live. Discover now