Peligro

1K 184 0
                                    

Isabella y Jean estaban de compras en el centro comercial, Isabella no soltaba la mano Jean ya que el canadiense se emocionaba con los juegos de ese lugar.

—Jean, ¿te apetece pollo frito?

— ¡Sí sí pollo! —exclamó el menor emocionado.

Ambos fueron a un puesto de comida rápida a disfrutar de unos ricos pollos fritos.

Otabek iba tranquilo en su moto, tenía que hacer las compras, y qué mejor lugar que el centro comercial para encontrar todo lo que busca, pero ya se moría de hambre, no iba a aguantar hasta la cena, comer fuera de vez en cuando no le hacía daño a nadie, decidido, estacionó su moto, la aseguró y se metió a un puesto de comida rápida.

—Esto...Isabella, tengo que ir al baño.

— ¿Ahora? Están por traer el pollo.

—Es que enserio tengo que ir.

—Mmm no te quiero dejar ir solo, a ver, de acuerdo, guarda bien tu celular, cualquier cosa no dudes en llamarme, ¿de acuerdo? Sólo a lo que vas y regresas.

—Sí Isabella—dicho eso, fue corriendo al baño.

—Dos pollos fritos, un puré de papa y un refresco de manzana ¿desea algo más? —preguntó la cajera.

—Sería todo, gracias—respondió el kazajo.

—En 30 minutos le llevamos el pedido a su mesa, aquí tiene su número de cliente, muchas gracias.

—Gracias

El kazajo buscó una mesa donde sentarse, por suerte era sábado, no había mucha gente, hubiera sido mala idea ir un domingo, al encontrar una mesa cerca de la ventana, fue allí a dejar su chaqueta, aprovechando que tardarían 30 minutos, lo mejor era aprovechar para ir al baño, se llevó sus cosas de valor consigo y fue rumbo al baño.

—No otra vez—dijo el canadiense nervioso intentando desatorar el cierre.

Otabek había terminado de hacer sus necesidades y fue directo a lavarse las manos, cuando de pronto escucha un quejido.

—Isabella me regañará si me tardo.

Esa voz era indiscutiblemente conocida para Otabek, ¿acaso Jean estaba allí? ¿En el mismo baño que él?

Con algo de duda, se acercó al retrete donde provenía la voz de Jean y tocó levemente la puerta.

—Jean, ¿eres tú?

— ¿Eh? Em...perdón, no puedo hablar con extraños.

—Soy Otabek.

— ¿O-Otabek?

—No tengas miedo, no te haré daño, sólo quería saber si necesitabas ayuda.

Las mejillas de Jean se ruborizaron, nunca le había pedido ayuda a alguien que no fuera Isabella, pero no podía salir del baño con el cierre abajo.

—E-Es que se me atoró el cierre, no lo puedo desatorar, y me están esperando.

Otabek puso una mirada pensativa, no es normal que un hombre ayude a otro a acomodarse el cierre, pero dadas las circunstancias, Jean no era un chico cualquiera, sino uno especial, no había opción.

—Si quieres yo puedo ayudarte.

—P-Pero...

—Jean, enserio no te haré daño, sólo quiero ayudarte, no quieres preocupar a la persona que vino contigo ¿verdad?

Niño a los 18 años (JJBek)Where stories live. Discover now