Proteger

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¿Por qué ser cruel con las personas que tienen un defecto? Todos somos humanos, todos tenemos defectos, nadie es perfecto, el tener poder no le da derecho a nadie de hacer menos a los demás, Jean ha vivido en carne propia los maltratos de las personas que no lo comprenden, que prefieren humillarlo antes que escucharlo, él no pidió tener ese defecto, él no pidió ser ciego, pero entonces por qué lo castigaban de esa manera, él sólo quería conocer gente nueva, aprender más cosas, hacer amigos, pero esos deseos le han costado caro, lo han golpeado, humillado y ahora estaban a punto de violarlo, ¿por qué la gente es así? ¿Acaso el ser un poco diferente es un crimen? Porque si es así, ya lo estaba pagando.

Samantha estaba platicando tranquilamente con sus amigas en el baño.

—Ha pasado un buen rato, ¿ya habrán disfrutado del fenómeno?—preguntó una de ellas.

—Espero que sí, de lo contrario no recibirán ningún centavo—dijo Samantha.

—Pero ¿y qué tal si después de esto el retrasado no piensa largarse de la escuela? —preguntó otra de ellas.

—Usaremos mano dura para convencerlo de que se vaya, me fastidia las personas como él, bueno, si es que se les puede llamar personas—dijo Samantha con odio en su voz.

—Tienes razón, quizás él...

Pero la chica no pudo terminar de hablar, ya que la puerta del baño fue pateaba brutalmente.

Con la mirada llena de rabia, Mila se acercó al grupo de chicas seguida de Sala, la pelirroja tomó de la solapa a Samantha quien la miraba desafiante.

— ¡¿Dónde coño está Jean?! ¡¿Qué es lo que le piensan hacer?!

—Oh, así que nos escuchaste—dijo Samantha de lo más tranquila.

—Jean no les hizo nada, ¿por qué le hacen todo esto? —preguntó Sala angustiada.

— ¿Por qué? Porque quiero y porque puedo.

— ¡Eres una hija de...!

—Ni te atrevas Mila, te recuerdo que si te atreves a meterte conmigo te puede ir muy mal, aquella vez en que me golpeaste te la pasé, pero te recuerdo que no eres más que la hija de una prostituta.

— ¡Cállate Samantha! —gritó Sala molesta.

—No me callo porque es la verdad, ¿o acaso ya lo olvidaste Mila? Tu madre no era más que una prostituta, tu padre nunca te quiso y por eso las abandonó.

— ¡Que te calles Samantha! —volvió a gritar la italiana.

Las demás chicas miraban con una sonrisa maliciosa la escena.

—Pero mi familia fue tan buena que le dio un trabajo digno a tu madre y ya no tiene que andar ofreciéndose a otros hombres, te lo advierto, si vuelves a ponerme una mano encima haré que despidan a tu madre.

Mila ardía en rabia, obviamente estaba consciente de eso, del abandono de su padre, del sufrimiento de su madre por salir ambas adelante, nunca olvidará todas esas noches que su madre lloraba gracias a ese horrible trabajo, de la violencia doméstica que sufrieron con los dos ex esposos de su madre, y su padre biológico nunca la quiso, no la quería por el simple hecho de ser mujer ya que él quería un varón, siempre le restregó en la cara que era una inútil y una hija no deseada para él, nunca olvidará esas veces que los ex esposos de su madre intentaron violarla de pequeña, pero gracias a la familia de Samantha su madre tiene un mejor trabajo y ambas viven mejor, obviamente, Samantha tenía una increíble forma de convencer a sus padres para hacer todo lo que ella quiera al ser hija única.

Niño a los 18 años (JJBek)Where stories live. Discover now