¿Cuánto más tengo que soportar?

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Isabella estaba preparando tranquilamente el desayuno mientras Jean terminaba de vestirse, sirvió el omelette con tomate y el jugo de naranja.

Al terminar de vestirse, Jean bajó, se notaba un poco apenado, Isabella rio al verlo.

—Se te volvió a atorar el cierre ¿verdad?

Jean asintió con un leve rubor en sus mejillas.

Isabella se acercó al menor y le desatoró el cierre para acomodárselo mejor, en cualquier otra situación eso hubiera sido sospechoso, pero en la situación de ellos era como una madre ayudándole a su hijo a pesar de que sólo se llevaban cuatro años.

—Iré por mi carpeta, por mientras toma tu desayuno, te preparé los omelette que tanto te gustan—dijo con una sonrisa para luego darle un beso en la mejilla al sonriente canadiense quien gustoso se sentó para comenzar a desayunar.

Después de unos minutos, ambos se subieron al coche de la azabache para poner rumbo a la preparatoria y de allí Isabella se iría a la universidad.

—Isabella, hay una chica muy bonita que me recuerda a mi mamá.

— ¿Ah sí?

—Sí, es pelirroja como mi mamá, además es una persona muy amable, ha sido muy buena conmigo.

—Me alegra mucho saber eso, ¿y qué tal te llevas con tus demás compañeros?

Un silencio incómodo reinó el pequeño espacio.

Aprovechando que el semáforo estaba en verde, Isabella observó al moreno quien se veía nervioso y decaído.

—Jean, ¿tus compañeros te tratan bien?

—B-Bueno...me miran raro ¡Pero no me han hecho nada malo! De verdad, sólo...me miran como si fuera un fenómeno—dijo el chico con un semblante triste.

Isabella se acercó y le besó la frente sonriéndole con dulzura.

—No eres ningún fenómeno, quizás un poco diferente, pero eres un chico fuerte, educado y responsable, eres un gran chico Jean.

—Muchas gracias Isabella—dijo el menor correspondiéndole la sonrisa.

Las clases ya estaban por comenzar, todos estaban en sus respectivos asientos.

Jean fue el último en entrar al salón, iba directo a su asiendo, pero un pie se puso en su camino logrando que tropezara, ese pie era de Yuri.

Las risas no tardaron en escucharse en todo el salón, Mila y Sala (hermana de Micky) inmediatamente se levantaron para ayudarlo a levantarse y ayudarle a recoger las cosas que se le cayeron debido a la caída.

—Fíjate por donde caminas cegatón—dijo Yuri con burla.

— ¿Cuál es tu maldito problema Yuri? Se pudo haber lastimado—lo regañó Mila.

—No exageres Mila, fue una caída pequeña, no es como si estuviera hecho de vidrio para que se rompiera—dijo Otabek.

— ¡No importa! No tienes ningún derecho de tratar a Jean así Yuri, es apenas su segundo día, no seas pesado—dijo Mila mirando al mencionado con enfado.

—Ay por favor, yo he tenido caídas peores y no ando lloriqueando.

Mila respiró hondo, no ganaría nada peleándose con esos zopencos, ella y Sala llevaron a Jean a su asiento.

Jean sólo miraba el suelo mientras tomaba la mano de Mila, realmente no quería soltarla.

—Jajajajaja el bebé está agarrado de su mami—se burló uno de los compañeros y los demás no tardaron en volver a burlarse.

Niño a los 18 años (JJBek)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant