Como todo fan del anime, en algún momento nos hemos enamorado perdidamente de un personaje. Pues aquí, la protagonista de estas historias serán ustedes.
Personaje x Lectora
Colocando su mano detrás de tu cintura, una vez más te acerco mas a él, dejándote un poco perpleja por su actitud tan atrevida hacia tu persona.
─ Perdone la brusquedad de mis actos, pero no aceptare un «no» por respuesta. ─ Sonrió de una manera casi dulce que por un momento te dejo hipnotizada.
─ Está bien, Señor Alaude. Usted gana.
Sonrió complacido y luego de manera muy discreta te llevo hacia una habitación la cual era bastante lujosa para tu gusto. Y sin dejar que pensaras nada mas, te arrojo a la cama y agarro tus muñecas con fuerza para evitar que escaparas de él.
─ Ya podemos dejarnos de rodeos. ─ Pudiste ver como su rostro cambio a uno frió y helado como el mismísimo invierno. ─ No soy idiota. Sé que me robaste.
─ Perdone, pero no se de que esta hablándome. ─ Intentaste hacerte la tonta, pero él no parecía ceder en cuanto a sus acusaciones por lo que tuviste que rendirte.
Al deslizar su mano debajo de tu vestido, encontró su billetera la cual tenía ciertas cosas importantes y el reloj de bolsillo de Giotto el cual le arrebataste cuando tropezaste con él hace unas horas.
Te habían descubierto, si. A pesar de lo meticulosa que fuiste no pensaste que alguien fuese lo suficientemente inteligente como para darse cuenta de lo que ocurría, pero por lo visto te equivocaste y ese error te salió bastante caro.
Desde hace algún tiempo, los mafiosos han sido despojados de sus bienes de una manera un tanto extraña y sigilosa, pues nunca se percatan del momento exacto en que fueron robados. Y la causante de todos esos robos excepcionales, fuiste tú.
─ ¿Que vas a hacer? ¿Vas a denunciarme con todos? ─ A pesar de la situación tan critica conservabas tu sonrisa burlona y tu fuerte carácter.
─ No haré nada. ─ Deshizo su agarre y se sentó en un costado de la cama asegurándose que todas sus pertenecías estuviesen allí. ─ No ganaría nada haciéndolo. Ya obtuve lo que quería, así que lo demás no importa.
Al terminar, se dirigió a la salida donde fue detenido por ti justo cuando abrió la puerta.
Te sentías gravemente avergonzada, pues no solo te habían descubierto, sino que el enemigo estaba siendo amable.
─ ¿Qué? ─ Pregunto al ver que no soltabas la manga de su saco.
─ ¡Voy a robarles todo! ¡Hasta el último centavo! ¡Ya lo veras!
─ Espero no te descubran nada mas poner un pie en la entrada de la mansión. ─ Dijo en un intento de burlarse de ti el cual parecía ser bastante efectivo. ─ Esperare con ansias nuestro próximo encuentro entonces. ─ Con una sonrisa triunfante se marcho de la habitación.
«Les robare todo y haré de esa sonrisa mi trofeo»
Extra
Podías sentir el viento moviendo tu cabello y a la arena en tus pies mientras escuchabas el reconfortante y precioso sonido del mar. Estabas enojada y muy avergonzada. De una u otra manera había hecho que aceptaras y lo peor de todo era que las posibilidades de echarse para atrás eran casi nulas. En lo único que pensabas era en huir pero por alguna extraña razón tus pies no se movían de allí. Interrumpiendo tus pensamientos, sentiste unos fuertes brazos alrededor de ti los cuales solo provocaron mas nerviosismo del que tenias. Aún de espaldas, beso tu mejilla provocando que tu respiración se volviera mas y mas descontrolada y tu cara mas roja que una manzana madura.
─ Ya tienes lo que querías, ¿no?. Ahora déjame en paz. ─ Sin dejar que terminaras bien la frase, te cogió en brazos y te cargo hasta la pequeña cabaña en medio de la playa que habían rentado hace unas semanas. ─ ¡Suéltame, Alaude!
Con una sonrisa triunfante, Alaude disfrutaba cada una de las reacciones que provocaba en su bella esposa, la cual en un principio se negó a casarse con el, pero luego de una manera u otra, termino aceptando.
