Segunda Temporada - V

3K 133 25
                                    


Carolina se separa de mí, por lo que acaba nuestro eterno abrazo.

—Iré a verte cada vez que lo necesites —contesta—.

Afirmo asintiendo con mi cabeza. Aunque por dentro estoy hecho pedazos, yo quería mucho más que eso. Yo quería volver a ser feliz a su lado. Pero visto lo visto, parece ser que no podrá ser.

—Ahora vuelve, tu padre y tu hermano te quieren demasiado para que les hagas daño.

—Está bien —digo resignado mientras chuto las piedras que me encuentro por el suelo—.

—Ve mañana al partido y anímate —me pide—.

—Lo intentaré —confieso antes de irme a buscar a mi familia—.

Al día siguiente, en el partido, efectivamente soy titular. Agradezco muchísimo este gesto a Julen Lopetegui, pues después de todo lo que está pasando, es un halago que alguien confíe tanto en mí.

El encuentro comienza y a los 10 minutos el rival ya se ha hecho con nuestra portería. Por lo que, nos toca correr más, presionar, luchar por el balón y defender. En un descuido, corremos al contraataque y es Morata quien marca.

Vamos al descanso 1-1. El seleccionador nos motiva e intenta convencernos para que pongamos toda nuestra energía y nuestras ganas en ganar el partido. Intento concentrarme más aún.

—Marco —Isco se acerca a mí en un segundo—, he hablado con Carolina sobre lo de vuestro encuentro de anoche en la playa.

—Isco ya está —le corto—, cuanto antes asimile que ya no quiere nada conmigo, antes lo superaré.

—Marco —me coge de la camiseta antes de que pueda salir al campo de nuevo—, ella está aquí. Está en las gradas y quiere verte marcar.

Salgo al campo sin hacer caso a lo que me ha dicho mi compañero y amigo. Sigo a la mía, intento recoger los balones que vienen a la contra y subirlos para poder llegar a arriba. Intento regatear a los defensas pero los centrales se hacen con nosotros fácilmente.

El encuentro está a punto de acabar. Apenas quedan dos minutos, y uno de los contrincantes comete una falta sobre Bartra. Por lo que el árbitro se acerca y se levanta, Isco se vuelve a acercar a mí.

—Carolina te quiere —me confiesa al oído—, esta misma tarde me ha repetido tres veces que está enamorada de ti como nunca. Lo de ayer lo dijo porque tiene miedo de que vuelvas a marcharte.

—Isco, yo... —no puedo decir nada más.

El balón ya se mueve por el campo. El balón tropieza con la defensa a los pies de Bartra, por lo que pasa a ser de los rivales. Están a punto de meter otro gol, pero Ramos la saca de ahí como puede. El balón llega a Isco, este me mira y echo a correr. Se hace a un lado por el lateral derecho, corre mientras yo busco posición, la lanza hacia a mí que se la devuelvo en cuanto é tiene una buena posición y una vez me la vuelve a pasar, miro hacia portería y sin pensármelo dos veces, chuto. El balón supera al guardameta y marco gol. Y en cuanto este saca de portería, el árbitro pita fin del partido.

Todos mis compañeros se echan encima de mí. ¡Ganamos!

—Enhorabuena —el entrenador se acerca a mí—, no esperaba menos, chaval.

En cuanto nos duchamos, me dirijo a mi familia y les abrazo feliz. Ha merecido la pena sufrir durante los noventa minutos.

—Enhorabuena, Marco —escucho una voz y sé que es ella—.

—Muchas gracias —respondo feliz y la abrazo de la emoción—. Ha habido algo que me ha hecho despertar.

Al momento aparece Isco y ambos se abrazan, mientras tanto yo vuelvo con mi padre y mi hermano.

Mi pequeña casualidad - Marco AsensioWhere stories live. Discover now