Capítulo 8

24 6 5
                                    


Capítulo 8

Aroma dulce, frutal y exquisito. Wally podía saborear en sueños lo que fuera que estuviera emanando ese aroma. Incluso creyó que estaba soñando.

Pero no. Sólo era su hermana que se preparaba el desayuno luego de una noche pesada, una noche llena de camillas y anestesias. Helena ni siquiera se había molestado en quitarse los implementos que conformaban su uniforme. Quería dormir.

Wally se levantó de la cama y se envolvió con una manta para no tener frío. Caminó a la cocina y vio a su hermana preparando huevo revuelto. En la mesa del desayuno yacía una fuente llena de frutas picadas con yogurt encima. En la batidora había agua, hielo y arándanos.

─Buenos días ─bostezó.

─Buenos ─respondió Helena, somnolienta. 

─¿Cómo te fue? ─Wally se acercó para darle un beso en la mejilla.

─Bien. No hubo ningún muerto, pero sí muchos coma inducido. ─Negó con la cabeza ─. Si no duermo todo el día, caeré en estado de coma. ¿Dónde dejaste las toallitas higiénicas?

─En tu armario. ─Por encima del hombro de su hermana, miró los huevos revueltos casi listos y las rebanadas de pan sin tostar ─. ¿Te ayudo en algo?

─No, gracias.

Wally se apoyó en la pared y se quedó mirando un rato a su hermana cocinar. De a momentos se sorprendía a sí mismo con la mirada perdida y tenía que sacudir la cabeza para volver en sí.

Se relamió los labios y se acercó a la nevera, indagando sin éxito si había algo que pudiese comer. Volvió a mirar a su hermana, la cual realizaba su tarea muy concentrada. Seguramente no podía poner su atención en otra cosa luego de una noche tan pesada. A ella no le agradaba demasiado el turno vespertino.

El joven se acomodó la manta que llevaba en la espalda y dirigió la vista a la ventana. Afuera no había sol, el cielo era un potente tumulto de nubes de color blanco sucio. Asumió que prontamente caerían unas cuantas gotas.

Helena tarareaba una canción que Wally no consiguió identificar, pero algo le decía que se trataba de James Blunt.

─¿Soñaste otra vez con el chico ese o mi cama no es lo suficientemente cómoda? ─preguntó repentinamente, desconcertándolo un poco. Wally notó que ella no se había dado la vuelta para mirarlo, así que no se avergonzó más de la cuenta cuando sintió un ligero acaloramiento en las mejillas.

─Algo así. ─Miró el suelo, encontrándose con sus calcetines de lana ─. Tuve una pesadilla.

Helena apagó el fuego de la cocina y retiró el sartén, diciendo ─: ¿Sobre qué?

Él no lo dudó ni un momento. Estaba esperando que le hiciera la pregunta para contarle todo lo que había pasado. Incluso mencionó que no se había atrevido a apagar la televisión cuando quiso volver a dormir. Helena entornó los ojos ante eso.

─¿Al final chocaste o no? ─preguntó, acercando sus labios a la taza de té humeante.

─Por supuesto... ─masculló, mirando cómo dejaba la taza sobre la mesa ─. Helena, fue horrible. El camión... Yo─

─Tranquilízate. ─Lo interrumpió ─. Ya estás en el mundo de los despiertos, no menos peligroso, pero no tan surrealista.

─Se sintió tan real... ─susurró, mirando a la nada. Helena frunció el ceño, pero Wally no lo notó ─. Tanto como que estás sentada frente a mí.

Helena apretó los labios y negó con la cabeza, como si quisiera espantar un pensamiento. Wally tampoco notó esa reacción.

─Cuando vivíamos en Londres también decías que tus sueños eran reales ─indicó ella. Wally la miró y agregó ─: Y que no creías que no los habías vivido.

El atrapa sueños (GAY)Where stories live. Discover now