«Dos chicos se unen con los lazos que sus sueños establecieron, pero, al mismo tiempo, ellos los hacen perderse.
Los ojos de ambos desean encontrarse una vez más y son conscientes de que no sabrán reconocerse».
Walter Quinn se ha topado de cara co...
Cuando ya habían salido de clases, Tiffany comenzó a regañar a Connor. Este último no estaba prestando tanta atención, aunque siempre lo hacía. Eso de no escucharla se lo atribuía a la diferencia de edad que tenían, pero la verdad era que no le gustaba admitir que ella tenía la razón.
Y entre tanto jaleo, Wally se acordó del sueño de la noche anterior. Por unos instantes pensó que tal vez estaba obsesionado. Tenía ganas de saber si aquello había significado algo en específico, aunque no creía en el significado de los sueños.
Así que comenzó a alejarse de sus amigos cautelosamente, esperando que no se dieran cuenta de que quería irse. ¿Y si lo trataban como a un lunático? No le gustaba la idea. Sólo él podía llamarse a sí mismo como lunático.
Pero fue descubierto por una razón evidente, y es que a Connor le costaba mucho trabajo prestarle más atención a Tiffany que a Wally.
─¿A dónde vas, Wally?
«Rayos».
─Voy a la biblioteca. Tengo que hacer algo ─declaró.
─¿Qué cosa? ─Se quejó el pelirrojo.
─No seas grosero. ─Lo increpó Tiffany.
─No voy a tardar. ─Se apresuró a decir Wally ─. Quiero revisar algo sobre mi trabajo.
─Nunca me dejas acompañarte a ningún lado ─protestó. Wally apretó los labios.
─No seas grosero ─repitió ─. Seguro es algo privado. Ven conmigo y compramos algo para comer.
─Walter siempre quiere hacerlo todo solo. ─Lo acusó Connor, infantilmente ─. ¿Estás queriendo decir que no quieres ser nuestro amigo? Estoy seguro de que tienes nuevos amigos. ¿No te agradan los pelirrojos? Podría comenzar a teñirme de otro color...
El chico sintió que ya estaba perdiendo la cabeza; no le gustaban los argumentos descabellados. Además, era consciente de que, si el asunto tuviera algo que ver con Connor, su color de cabello no sería la razón.
─¡Connor! Déjalo en paz ¿quieres? ─insistió Tiffany.
El chico le dirigió una mirada inquisitiva.
─Ve con Fanny, luego los alcanzo yo.
─Pero...
─Vámonos ─intervino ella ─. Ya, Connor. ─Lo miró a los ojos ─. Ya.
Connor iba a protestar, pero entendió las réplicas de su amiga, así que le dirigió una sonrisa de medio lado a su amigo.
Wally se alejó, satisfecho.
─¿Cuántas veces te he dicho que tienes que dejarlo respirar en paz? Conseguirás espantarlo.
─No quiero espantarlo ─ puntualizó ─. No puedo evitar ser así con el chico que me gusta. ─Miró el camino por el cual se había ido ─. Odio que sea tan inalcanzable.
─Sería menos inalcanzable si no fueras tan hostigoso. Dale espacio. Estoy segura de que, un día de estos, te dará la oportunidad. ─Connor no parecía estar convencido ─. Oh, por favor. No pongas esa cara.
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