— No tengo nada. —dijo Thomas, áspero y ronco. Ethan frunció el ceño confuso— Quiero decir, no tengo condones, no aquí de cualquier forma.

Ethan dejó caer la cabeza sobre la almohada.

— No estás hablando en serio. —Dijo mirándole a los ojos por un segundo antes de notar que el hombre hablaba totalmente en serio—. ¿Lo haces? ¿En serio? ¿No tienes?

Thomas se rió al ver la expresión incrédula de Ethan, sintiendo una oleada ardiente de color teñir sus mejillas, hablo;

— Quizá puede ser difícil para ti creerlo tomando en cuenta mi pasado, pero no he traído a nadie aquí.

— ¿Nunca? —Ethan lo miro con ligero asombro en sus ojos.

— Nunca ha habido nadie en esta cama salvo yo.

Ethan sonrió, y el corazón de Thomas dio un salto peligroso. Se sentía como si hubiera ganado la lotería. Ethan de pronto lo atrajo hacia él y lo besó. La lengua de Ethan exploraba, sus labios dominaban y sus manos acariciaban cada pedacito de piel desnuda que podían alcanzar. Gimió cuando su pene se frotó contra el de Thomas, sin perder tiempo, Thomas envolvió su gran mano alrededor de ambas erecciones. Ethan tiro de su cabeza hacia atrás contra la almohada cuando sintió su piel caliente junto a la de él.

Y Thomas besaba su cuello y la piel que pudiese alcanzar con su boca. Ethan estaba gimiendo cuando la mano de Thomas, en lugar de simplemente acariciar la punta de su pene, presionó su pulgar contra la hendidura y frotó la humedad alrededor de su piel sedosa contra la textura áspera en la delicada apertura.

Ethan arqueo su espalda en la cama cuando su orgasmo llegó desde el fondo de su estómago y derramo su liberación en la mano de Thomas.

~***~

Thomas estaba recostado en el sofá mirando en su teléfono, leyendo algo en línea, y su rostro se iluminó.

— De acuerdo, creó que es tiempo de nuestra primera cita. —murmuro apartando la vista del teléfono y centrándose en Ethan que estaba al otro lado del sofá, acurrucado con su computadora portátil apoyada en las piernas colocando en orden su bandeja de correo electrónico. Él levanto la vista del ordenador mirándolo con el ceño fruncido. Después volvió su vista de nuevo al ordenador por una fracción de segundo.

— Son las nueve y es sábado, ¿A, dónde tienes planeado ir? —cuestiono.

— A un nigth-club, por supuesto. —respondió Thomas como si fuese la cosa más obvia del mundo. La mirada de Ethan fue de horror.

— Tienes que estar de broma. —Ethan le miro acusadoramente— ¿Es en serio? ¡Después de todo lo que hice para mejorar tu reputación y sacar tu trasero de los reportajes!

Thomas se rió.

— ¡Vamos! Tenemos veintitrés, ¿Qué quieres hacer en un sábado por la noche? ¿Comer avena mientras vemos películas antiguas por la televisión?

Ethan giro sus ojos dramáticamente tras el sarcasmo de Thomas.

— No creo que sea una buena idea.

— Yo creo que si lo es —dijo Thomas apartando la portátil de Ethan, para después besar sus labios —. Ahora lleva tu precioso culo arriba y vístete...

~***~

— Ethan —dijo Thomas, una vez más mientras, Ethan revolvía a través de su armario. — Vamos a hacer esto no importa cuánto te demores.

Los labios de Ethan estaban fruncidos en una línea delgada, y él resopló.

Ethan no quería ir, y Thomas podía ver eso, pero también podía ver lo mucho que le asustaba. No es que Ethan fuese admitirlo de todas formas, conociendo a Ethan probablemente el hombre jamás había asistido a un lugar como ese. O posiblemente solo estaba cabreado con él, pero fuera lo que fuese, se miraba jodidamente caliente cuando estaba molesto.

Mío [Entrégate, Libro 2]Where stories live. Discover now