Capítulo 10

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Thomas se encontraba tan cómodo.

Se sentía cálido y acogedor, en ese lugar de felicidad, de ensueño donde te encuentras entre el sueño y aun así eres consciente de estar despierto. Se sentía como si tuviera que dormir más, pero de alguna manera se sentía feliz de estar despierto.

Hasta que su almohada cómoda se movió. Y la manta que le mantenía caliente fue retirada. Se quejó de ellos adormilado, y luego su almohada y la manta comenzaron a reír. Thomas miro hacia arriba, tratando de darle algún sentido a sus pensamientos, y lo vio.

Ethan.

Su almohada y la cálida manta eran Ethan; un medio dormido, Ethan, riéndose de él. Thomas gimió y dejo caer la cabeza sobre el pecho de Ethan, y los brazos del hombre se apretaron alrededor de él.

— Me estaba comenzando a preguntar por qué mi almohada había cobrado vida.

Ethan se rió de nuevo, y Thomas podía oír el sonido resonando en su oído a través del pecho del hombre. Se apartó de él y se estiro sobre la cama. Los dos estaban todavía completamente vestidos. Thomas apoyo la cabeza en su brazo doblado.

— ¿Cómo te sientes? —le pregunto.

— Con ganas de seguir durmiendo otro par de horas más. —gimió él— ¿y tú?

Thomas lo acercó y deslizó sus largos dedos a lo largo de la mandíbula de Ethan, lo que envío escalofríos por toda su columna vertebral.

— Thomas, —Ethan sopló su nombre, entonces Thomas lo acerco lo suficiente para poder besarlo. Y Ethan abrió la boca para él.

Fue un beso lento, perezoso, lánguido, labios suaves y lenguas sin prisas. La mano de Ethan se mantuvo en la mandíbula de Thomas mientras su otro brazo se aferraba alrededor de su espalda.

Sin romper el beso, Thomas se inclinó sobre él, por lo que estaba acostado en la parte superior. Descansando su peso en sus codos y las manos ahuecadas en el rostro de Ethan. Él gimió cuando Thomas acomodo sus caderas contra las suyas, y sus erecciones se mantuvieron juntas a través de la tela de los pantalones.

Ethan inclinó la cabeza obteniendo mejor acceso a la boca de Thomas, mientras pasaba sus manos sobre su espalda, alzando la tela de la camiseta que cubría a Thomas, y luego él pudo sentir las manos de Ethan sobre la piel de su espalda. Después subió la camiseta hasta poder deshacerse de ella. Ambos se encargaron de la ropa del otro hasta estar completamente desnudos. Thomas se presionó contra el cuerpo de Ethan, y sus labios se movieron lejos de su boca y bajaron por el cuello del hombre. Thomas lamió, mordió, y saboreo la carne expuesta en sus labios. Sus manos rozaban, acariciaban y frotaban el cuerpo de Ethan.

El placer irradiaba de Thomas y sus sentidos se tambalearon, como si hicieran cortocircuito cuando las manos de Ethan se deslizaron acariciando su culo. Ethan separó las piernas, luego las envolvió alrededor de las caderas de Thomas, con lo que sus duras erecciones quedaron juntas.

Reclamando los labios de Ethan, Thomas aplastó a el hombre contra él. Sus grandes manos, tomaron la cara de Ethan y la sostuvieron con suavidad. Su lengua exploró los recovecos de la boca del hombre. Ethan le devolvió el beso, enviándole escalofríos de placer quemando a través de él. Thomas podía sentir la presión acumulándose dentro de él. Un cosquilleo tibio lanzado por su espalda y que se instaló en la base de su pene.

— Thomas, te necesito, —masculló Ethan— No voy a durar... no voy a durar mucho más. —Gimió en protesta cuando los dedos y la lengua de Thomas dejaron su cuerpo.

— Mierda. —Thomas gruño en frustración recordando que no mantenía preservativos en su casa. Se maldijo internamente por ser tan estúpido.

— ¿Qué sucede? —pregunto Ethan, leyendo la frustración en los ojos de Thomas.

Mío [Entrégate, Libro 2]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz