« -¿Y por qué estás aqui?- le pregunté, curiosa.
-Por suspender tres asignaturas - respondió él, desinteresado.
-Qué vergüenza chaval - reí.
Él se giró para fulminarme con la mirada.
- ¿Y tú por qué coño estás aqui? - preguntó, mirándome a los ojos...
Abro los ojos lentamente para no cegarme con la luz de la ventana.
Hago amago de levantarme de la cama pero me doy cuenta que la pálida pierna de Yoongi me está rodeando. Lo aparto con cuidado y cierro las cortinas para esconder la maldita luz solar.
También apago el televisor, que se quedó encendido durante toda la noche porque nos dormimos a mitad de la película.
Con cuidado de no hacer ruido y no despertar al vago de mi novio, busco mi teléfono en su mesita de noche.
Una vez lo tengo y miro la hora, me maldigo mentalmente. Son las 12:34.
Reviso Kakao Talk y me encuentro con un par de mensages de mi madre.
Moomy Finger
A las 15:30 te quiero en casa 8:22 Recuerda que el tren se va a las 16:15 8:25
Le clavo el visto y voy corriendo al baño para al menos arreglar un poco mi pelo y maquillaje.
Vuelvo a la habitación de Yoongi y no puedo resistirme a la tentación de hacerle una foto mientras duerme. ¡Está adorable!
Está abrazado a una de las almohadas como si fuera un koala. Lleva los mismos pantalones cortos y camiseta gris de ayer.
Me da lástima despertarlo de su profundo sueño. Aunque por otra parte, también me da miedo.
Podría ponerle uno de los videoclips de Aless Gibaja a todo volumen para despertarlo o tirarle un cubo de agua fría, pero decido que es mejor no hacerlo. No quiero que se enfade conmigo ahora que me voy a ir.
Me siento al borde de la cama y empiezo a darle leves palmaditas en el hombro.
Se remueve entre las sábanas y suelto una leve carcajada al compararlo con un oso perezoso. Abre los ojos lentamente, aún somnoliento y frunce el ceño al verme.
- ¿Dónde vas?
Me encojo de hombros con una leve sonrisa.
- Tengo que irme, Yoongi.
Me ignora completamente, me agarra por la muñeca y tira de ella para acercarme a él.
Posa sus manos en mi cintura y me pone encima suyo.
Me mira durante unos segundos, me da un casto beso en los labios y pasa su pulgar por mi mejilla mientras una sonrisa se dibuja en su rostro.
- Buenos días.
- Buenos días, princesa. - hace una mueca, molesto por haberle dicho eso y me río por verlo tan adorable.
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