{26} Una de nosotros

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Las siguientes semanas son una sesión de sucesos borrosos que me cuestan trabajo recordar por completo. Amy y las chicas han estado viniendo para alimentarme por ejemplo, y de nuevo preguntarme por mi estado, ayudarme a asearme, ejercitar mi cuerpo, vestirme con ropa más cómoda y darme un resumen del avance de las chicas y el entrenamiento.

No hubo más visitantes inesperados desde la noche que hablé con el viejo Johnny, dejando de lado a Mila para darme las gracias por salvar a su Daniel, y posteriormente éste viniendo a disculparse por haber sido una "carga" y prometerme entrenar más fuerte que antes para no volverlo a ser. Tanta ternura tan solo logra profundizar el hoyo en mi corazón, y por más que me esté recordando que nada de esto es real, eso tan solo logra ponerme más triste. Hay veces en que me pregunto lo que podría ser de mí al regresar a la base y seguir con mi vida como lo era después de haber vivido esto.
Y me cuestiono sobre si sería capaz de hacerlo, aunque luego me recuerdo que a decir verdad, no tengo opción alguna en el tema.

Estuve pidiéndoles a las chicas que buscaran a Angelo y le avisaran que quería hablar con él, ya que en estas semanas solitarias en el hospital tan solo he podido pensar en lo que sabe el pelinegro y cuándo planea soltarlo. Aunque Hita me informa que ha estado muy ocupado al adaptarse junto con los demás, dado el caso que también es nuevo, y al pensar en lo que tuvimos que pasar Cyprian, Józef y yo, me termino convenciendo que no debo ser tan impaciente.

He mentido ciertamente, ya que en realidad no he pasado todos estos días totalmente sola. Una de mis visitas más frecuentes aparte de mis hermanos es aquél jefe rubio que parece no tener nada mejor que hacer. Aún me resulta extraño poder tener una conversación normal en donde no nos gritamos el uno al otro en total odio, y me he dado cuenta de que Niko puede ser muy agradable si se lo propone. Es él quien me relata de otros asuntos que las chicas desconocen, como el de su recibimiento en el entrenamiento con los chicos y cómo ahora todos parecen respetarlo más desde que llegó.

Me cuenta que también me estiman a mí, y tratan de preguntar sutilmente por mi estado, incluso Shockey ha preguntado por mí, y al saber que Niko ha estado viéndome me ha mandado saludos y una disculpa por no poder venir a verme al estar ocupado con el entrenamiento y pasar su tiempo con Olivia, algo que comprendo totalmente. Una de las cosas que Niko me ha contado y más me ha sorprendido, es que el viejo Johnny ha cerrado su negocio indefinidamente, y los pocos que lo han visto dicen que se pasea de extremo a extremo por el campamento luciendo misterioso.

Niko también intenta preguntarme sobre el "campamento" de donde vengo, y me asombra verlo interesado en lo que solía ser mi vida antes de llegar. Es tan amable y discreto de no llegar a ser tan personal que me encuentro contándole algunas cosas sobre la base.

Como cuando Cyprian lanzó una pelota y golpeó una estatua que de inmediato cayó al suelo y se destruyó, obligándonos a Józef y a mí a correr tras de él. Le cuento sobre la vez que intenté "encajar" junto con las otras chicas y al escuchar lo chismosas y crueles que eran, al quedarse dormidas robé sus osos de peluche. También le cuento sobre Hayi, y la madre que ha sido para mí desde que la mía no está, e incluso de Astori, y sobre cómo a pesar de lucir serio y distante, es un gran hombre. Es tan sencillo hablarle a Niko sobre esto, sobre todo porque en verdad parece escuchar todo lo que digo con interés.

Pronto me ha contado él también de cómo los otros niños lo molestaban, y era un "llorón", el cómo conoció a Amy al ella salvarlo de que los demás lo vieran sin pantalones ya que los suyos se habían roto al bajar de un árbol. Y también me cuenta de Zeyra, y lo mucho que ambos se sentaban a inventar historias de personas viviendo en el antiguo mundo como él lo llama, además de pintar con lodo las paredes blancas del Hospital de todo tipo de cosas y el otro debía adivinar qué era, para que después llegara Myron y se les uniera a una pelea de lodo de él y su madre, contra el pobre General Pierce.

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