{04} Verba Caregivers

300 39 8
                                    



[2015]

Mi primer recuerdo es bastante nítido para tan solo haber tenido cuatro años apenas. Hayanne siempre me elogia por eso, ya que ni Cyprian y menos Jozéf pudieron recordar algo antes de los cinco o seis años.

Hayanne, o Hayi, como suelo decirle, es la mujer que se encarga de mí desde que tengo memoria, ella ha cambiado mis pañales, me ha enseñado a hablar, caminar, correr, ser educada, y nunca he dejado de quererla. Gracias a su gran apoyo, yo me he convertido en una gran Book Keeper, no quiero ni imaginar qué hubiera sido de mí sin ella, ni en un millón de años lo diría frente a ella pero, es como la madre que nunca tuve.

Sé muy pocas cosas sobre Hayi; como el que lleva aquí el mismo tiempo que Fazio Astori, incluso que llegaron a ser amigos, ¡amigos! Es algo difícil de creer para mí al admirar a diario lo mal que se llevan, cosa que nunca he sabido el por qué. Estoy al tanto también de que, sus padres fallecieron cuando ella era muy chica, y a diferencia de mí, ella sí los conoció ya que se trataba de dos agentes de aquí, en la organización V.C, de lo que no estoy enterada es el cómo y por qué.

Tampoco yo he querido preguntar, ya que sé que se trata de un tema delicado, y no quiero lastimarla, es de las pocas personas en el círculo de los que todavía me importan.

Y el que termina con ése círculo "amoroso" de devoción e importancia es nadie más que Cyprian Walzack; altísimo, fuerte y un gran hermano para mí, tiene veintiún años, ya que es tres años mayor que yo, y si Hayi no está cerca o disponible, sé que es él a quien puedo acudir. Desde pequeña he sabido eso, fue él quien me dejaba entrar en su cama y me acariciaba la espalda hasta que mis pesadillas pasaban, el que me cargaba hasta la cima de la alacena para poder robar el tarro de galletas entero, el que cubría mis ojos en escenas indecentes en las películas, vendaba y besaba mis heridas, jugaba y entrenaba conmigo.

No puedo decir lo mismo de Jozéf, antes, convivir con él era justo como Cyprian, eran dos hermanos para mí, pero Jozéf cambió desde la selección de nuestros nombres, cuando dejó de mirarme, hablarme y demostrar cualquier interés en mí. Fue algo duro para mí seguir adelante después de eso, ya que a pesar de que solía pelear mucho con Jozéf, también podía contar con él para lo que fuera.

Dejo de mirarme al espejo y remuevo la toalla enrollada en mi cuerpo para comenzar a vestirme. Mi uniforme negro lo tomo y lo admiro con una sonrisa, he tenido que cambiarlo hace unos meses atrás por uno más de mi talla, ya que apenas ahora mis pechos han decidido crecer y por fin puedo llenar un digno uniforme para mujer semi adulta.

Me lo pongo encima, se trata de un cuerpo completo de color negro con líneas rojas desde los hombros hasta las muñecas, y desde los muslos hasta mis tobillos. Con un cinturón pegado a mí que contiene miles de bolsillos de todos los tamaños. Tomo mi cabello ya seco después de una serie muy tediosa con la secadora, y lo recojo hasta lograr hacer una coleta alta en mi cabeza.

Salgo del cuarto de baño sintiéndome más fresca que anoche, y me dirijo a mi mesa de trabajo a la izquierda de mi cama, recuerdo todavía el día en que terminé mi primera misión, apenas regresé a mi habitación y ya tenía un único trabajo listo para ser revisado. Seis años después, mi escritorio se ha llenado de carpetas amarillas con sellos de miles de libros a los que acudir.

Tomo el que ya se encuentra abierto, con el título de "Heima es hogar en islandés" en él. La misión de la que acabo de regresar, tengo que aceptar que mi trabajo no es tan malo como uno esperaría, al principio creía que sí, no obstante me di cuenta que hay libros en los que no tengo que arruinar la vida de nadie, ésta historia es una de ellas.

Book KeepersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora