{27} Desendium: una nueva esperanza

244 33 22
                                    



Solo he asistido a tres funerales en todo lo que llevo de mi vida. El primero fue en mi primera misión en la historia de Romeo y Julieta, cuando la hermosa dama se encontraba dormida en un ataúd fingiendo la muerte, y su amado llega a terminar su vida para que ambos pudieran estar juntos sin saber que ella no lo vería en el otro lado. Trágico.

El segundo fue cuando la madre de Cori, la cocinera, una señora menuda llamada Bárbara falleció, y la acompañamos a ir ya que Hayanne se sentía culpable porque nadie más iría. El tercero y último fue de un agente fallecido llamado Legolas Widestorm, viejo compañero de Astori y Hayanne según me informaron, y tan solo asistimos porque la pequeña hija del agente Widestorm estaría sola y Fazio pensó que yo sería buena compañía. Al final terminaron siendo solo Cyprian y la pequeña Emily, mientras que Józef y yo nos sentamos bajo un árbol en la lluvia discutiendo como siempre.

El cuarto y más reciente ha sido tan diferente a los anteriores. A pesar de yo sepa que no es real, se siente dentro de mí más penetrante que los otros. Solo asistimos Myron, Niko, Cyprian y yo. La roca con la placa de su nombre fue colocada en el cementerio junto con tantas otras, con las palabras Victor Johnathan Adams grabadas en ella, justo a un lado de otra tumba que una vez perteneció a una pequeña llamada Ginebra Adams, el único orgullo del temible hombre perturbado.

El cuerpo fue inspeccionado tratando de encontrar alguna pista de lo sucedido, no obstante en sus bolsillos tan solo habían cientos de hermosos dibujos a mano de la que me informaron fue Gin cuando vivía, y una liga de ella con la que vi a Johnny jugar en nuestro primer encuentro. Después de no haber encontrado nada, el cuerpo fue quemado, y nadie habló de lo sucedido. Nadie extrañaría al viejo loco. Y aún así, un vacío no puede evitar formarse en mi pecho al darme cuenta hasta ahora, que aquella sombra que vi en el cementerio la primera vez que fui, con las iniciales V. J. A grabadas en la túnica de la misteriosa figura que se escabulló lejos de mí al llegar, era la del loco incomprendido Johnathan visitando la tumba de su hija.

Salimos a la misión al campamento Desendium un poco después de la hora prevista debido al inesperado acontecimiento. Y justo antes de irme, Cyprian, Józef e incluso Angelo se acercaron a mí tratando de leer mi seca expresión. Józef llegó después del funeral, de nuevo lleno de sudor y cansancio, mas me encontraba demasiado abrumada para preguntarle a dónde había ido. Todos escucharon atentos cuando les relaté sin expresión que ahora formo parte del consejo y lo que dijeron ahí.

Józef me explicó que en la historia original no se menciona ningún tipo de evolución en los Cruentis, por lo que el que ahora sean más fuertes e invencibles probablemente sea otro efecto colateral de habernos equivocado en la historia. También confirmé el que aquella daga que vendió Jagger es, en efecto, propiedad de Cyprian, una vez que le hube descrito lo que el ladrón narró. Cyprian me cuestionó sobre lo que había pasado con Johnny, y al contarle lo sucedido, se quedó reflexionando un rato.

Pudo haber estado hablando de cualquiera en el campamento —concluyó—. Pero ya que insinuó saber quién eras en realidad no creo que haya estado mintiendo. Debemos tener cuidado.

Józef propuso la idea del Comandante Jenkins, y ciertamente no pude negarle el estar en lo correcto. Tratándose de un hombre tan misterioso y despiadado por lo que he escuchado, que habrá que ser más precavidos con él. También se planteó el que fuera el Comandante Alexander, aunque me contuve de dar mi opinión al tener las palabras de Niko todavía frescas en mi mente. Sobre Alexander siendo tal solo un gran hombre con un corazón destrozado.

Una opción expuesta por Angelo fue la que me hizo sentir escalofríos por mi cuerpo. Niko. Al escuchar su nombre no dudé en descartar la idea y tomarlo como broma, hasta que finalmente me puse a pensar en las posibilidad. En mi mente sonaba irreal, sin embargo me he puesto a pensar que quizá solo sea mi empatía por el teñido nublando mi juicio objetivo. Tampoco podría descartar la observación por más ridícula que suene, no pueden haber más errores ahora.

Book KeepersWhere stories live. Discover now