{11} Acontecimientos inesperados

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—Maldición —vuelvo a repetir, como si aquello fuera a mágicamente desatar las cuerdas que se encuentran amarradas a mis extremidades y me mantienen en la camilla—, no, no.

No puedo creer que me descuidé de tal manera que terminé en este lugar. Una de las reglas más importantes de ser agente es mantenerte siempre alerta, sin importar lo que suceda, y solía creer que ya cualquier cosa podía superarla sin alterarme, hasta que nuestra misión falló.

Y cuando la luz negra nos consumió por completo, nos hallamos en un total oscuridad por varios minutos, hasta que los forcejeos de Cyprian y Józef me hicieron darme cuenta de que no estábamos solos, y por la confusión del qué hacer, permití que me atraparan de igual forma y que despertara en un cuarto oscuro.

Entonces, heme aquí, en una camilla con tanto mis tobillos, como mis muñecas atadas a ella, con negrura que me priva de saber en dónde me han colocado y quiénes, ya que después de ponerme un saco en la cabeza y noquearme, se les ocurrió la brillante idea de traerme aquí y dejarme sola. No tengo idea de qué está sucediendo, y siendo honesta tampoco sé si quiero saberlo. 

La incertidumbre de saber qué esta pasando me mata con cada segundo, ¿dónde están Cyprian y Józef? ¿Por qué nos atacaron? ¿Quiénes? ¿Seguiremos dentro de la historia? Y si es así, ¿acaso Zeyra, Myron y Alexander fallaron al convertirse en líderes y aún continúa aquél tirano Chet al mando?

Cuando estuve en la celda, y Cyprian me trajo el libro de Paraje del destino para leerlo, pude saber que lo que seguía en la historia, era cuando ya Alexander y Zeyra tenían a su hijo Key, y éste ya era mayor y tenía experiencia suficiente para comandar un ejército.

Aquél chico Key Foster, advertí que no tenía una pizca de Zeyra en él, leí a un personaje serio, con el objetivo de únicamente ganar la guerra, arrogante, y en ocasiones egoísta incluso con su propia familia, y con aquella linda chica Amy que desde la infancia fue su mejor amiga y siempre lo apoyó en todo.

El tipo, en mi opinión, es un total cretino, claro que tiene aspectos que lo vuelven un protagonista admirable, como el que es temerario, paciente, con un talento natural en batalla y centrado, a decir verdad, la razón de que lo haya odiado un poco es que se parece mucho a Józef... y aquello no me pone nada contenta.

Debo admitir que me asusta no saber qué pasará, siempre he estado acostumbrada a estar uno o dos pasos adelante, mas justo ahora... es como si la historia hubiera tomado un rumbo a voluntad propia, y nos hubiera arrastrado con ella, dejándonos caminar en un trayecto sin luz frente a nosotros. 

Tengo que salir de aquí, me ordeno, no resolveré nada quedándome a pensar. Puedo sentir que el material que está amarrado a mis extremidades es plástico, por lo que romperlo es una pérdida de tiempo, no obstante, puedo intentar estirarlo y esperar que mi mano se libere. Comienzo un proceso nada gratificante en donde trato con todas mis fuerzas de sacar mi mano de las ataduras, y pasa demasiado tiempo antes de que advierta un cambio.

Esto no funciona, me quejo internamente, sin embargo, a mitad de mi segundo plan para escapar, un sonido chilla, el de una puerta oxidada abrirse, y la luz se da paso dentro de lo que parece ser una habitación en la que me encuentro. Varias sombras se abren paso y una de ellas extiende la mano para prender un interruptor y que tenga que cerrar mis ojos por el cambio tan fuerte de la luz.

Cuando los vuelvo abrir puedo analizar mejor mis alrededores, por lo que veo, se trata de una habitación de hospital vieja, de maternidad, me parece, por los miles de bebés tapizados en las paredes gastadas que todavía se alcanzan a distinguir. De inmediato capto un olor desagradable que no puedo identificar, y me dan escalofríos al admirar a mis cinco captores y darme cuenta que están llenos de sangre seca.

Book KeepersWhere stories live. Discover now