PUPPET| Parte 18

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»—» Lía «—«

Me encuentro nerviosa esperando en aquella sala totalmente blanca y vacía, habitada poe algunos médicos y pacientes. Jackson había insistido en acompañarme pero me negé  rotundamente, no quería que nadie conocido nos viera y empezara a especular cosas, era mejor así.

Y no quería arruinar sus estudios privados con la maestra Song Kye Hyo.

Le había prometido contarle todo después de que me dieran los resultados del análisis en mis manos, pero ni yo misma sabía si era capaz de poder leerlos. Temía a que alguna enfermedad terminal o algo grave estuviese dentro de mi cuerpo, temía demasiado pero estaba forzándome a ser fuerte.

—Song Lía.— llamó la enfermera provocando que su voz cree un eco en el vacío hasta llegar a mí, su cabeza gira de un lado a otro buscando a alguna chica con mi nombre y entonces de pongo de pié.

—Soy yo.— La enfermera me dedica una mueca de disgusto al verme frente a ella, llene de inseguridad y aún con el uniforme del instituto puesto.

Seguramente creando en su mente un sinfín de pensamientos negativos hacia mí, me reproché en internamente por no haber pasdo primero por casa y haberme puesto algo mas acorde. Pero, carecía de tiempo, necesitaaba saberlo ya, no podía seguir esperando y dado que la duda Me estaba carcomiendo, es por ese motivo que solo vine directamente a la clínica con el ginecólogo.

—Puede pasar, el ginecólogo la está esperando.—  me dirigió una última mirada y se puso a andar por el pasillo con rumbo desconocido.

Marché con miedo hacía el consultorio y toqué la puerta un par de veces, una voz áspera me dio la orden de pasar. El ginecólogo era un hombre mayor de cabello negro y un tanto canoso, sus ojos al igual que su cabello eran negros y tenía un semblante con rasgos fuertes, llevaba una camisa de botones azul y pantalones negros y encima su bata característicamente de doctor con algunas plumas colgadas en su bolsillo izquierdo y una pequeña credencial que caía desde su cuello por encima de su pecho.

—¿Y bien Señorita?.— dio media vuelta y se sentó en su silla tras de su escritorio. Ésta rechino por su peso.

—He venido a...— me rasqué nerviosa por encima de la ceja— a por una prueba...—empecé a mover las manos haciendo ademanes para que me entendiera— me he etado sintiendo mal estos dias.— concluí finalmente y descansé mis manos inquietas sobre mi regazo.

—¿síntomas?—inquirió y me tomé un momento para analizarlos todos.

—Mareos, nauseas, vómitos, dolores de piernas, espalda y busto.— indiqué uno a uno mientras el doctor pacientemente escribía en una libreta junto con otros síntomas similares.

—¿antojos?.—inquirió nuevamente, esta vez mirándome bajo sus lentes. Pensé algunos minutos y a mi mente acudieron los recuerdos de la hamburguesa que vernon había traído para Jackson y para mi.

—...Sí.— enuncié finalmente y entonces el doctor archivó todos los síntomas, mi nombre y apellido en la pc.

—Bien pues, pase por aquí.— se levantó y caminó hasta la camilla dirigiéndome con sus pasos lentos y presisos. Lo seguí.— esto será muy rápido ¿ok?.

Me senté sobre la camilla y el doctor tomó una geringilla nueva, la abrió y luego la descansó sobre una charola de metal para tomar una liga amarilla y amarrarla como un nudo en mi antebrazo qie cortaba la circulación de la sangre en mis venas. Volvió a tomar la geringilla y la insertó en un tubo un poco más ancho que las misma geringa, sin previo aviso pinchó despacio y extrajo un poco de sangre de mi brazo.

—Bien, en un momento estaran listos los resultados.— dio media vuelta y se la entregó a una enfermera para que se la llevara al laboratorio y pudieran analizarla.

—¿Es todo?.— Inquiri bajando de la camilla con cuidado, seguí sus pasos hasta el escritorio nuevamente y esperé a que tomara asiento.

—si, eso es todo.—enunció con una pequeña sonrisa de amabilidad en su rostro.— Es cosa se veinte a treinta minutis, pero puede esperar los resultados o retirarlo mañana por la mañana.

—oh no, no hoy está bien. Esperaré.— indiqué y al igual que él, dediqué una pequeña sonrisa y gire sobre mis talones para dirigirme a la sala de espera, pero su rotunda pregunta me ditubo en seco.

—¿Y el responsable?.— la pregunta me caló los huesos, como si mi madre misma me la hubiese hecho.

—El no pudo acopañarme ahora.—respondí girando sobre mis talones sigilosamente, claramente no se lo había creído.

—Y ¿lo sabe? — volvió a inquirir.
sus preguntas me mariaban y me  estaban asfixiando, ya no sabía que inventar así que de todas maneras lo haría.

—Sí.— mentí.

Caminé mucho más rápido hasta llegar donde anteriormente me encontraba esperando, varias señoras se encontraban sentadas a una corta distancia de mí y claramente podía escuchar sus murmullos.

—Mirenla, tan joven y arruina su vida así.— dijo las mas anciana mientras me miraba de reojo.

—¿Que cosas tienen en la cabeza los muchos de ahora?.—le siguió la muejer no tan menor que ella, mientras me hacía mala cara.

No aguanté más y me levante bruscamente para alejarme de ese sitio, ¿qué le pasa a la gente?, ¿Acaso nadie podia enfermarse ahora?, ¿enfermarse también era un error?. Nadie es perfecto, y si alguien en este mundo lo era, desearía que me confiara el secreto para no cometer mas errores. Tantos que hasta el día de hoy he cometido.

Llegué al patio de comidas de la clínica y divisé en la cafetería varias maquinas de snacks, me acerqué a una de ellas, todas eran de galletas y cositas saludables. Metí una moneda en la máquina de galletitas hechas de avena y pasas y al instante salió una. La abrí y al masticarla se me hizo agua la boca, eran deliciosas, nunca las había deseado tanto pero el día de hoy era diferente. Me senté en una de las mesas y saqué el móvil de mi bolso para ojear la hora.

4:56 pm

Mamá había llegado de su viaje el día de ayer y no sabía como manejaría esto con ella ¿qué dirá mi madre cuando llegue a casa tan tarde?, ¿qué diría cuando se lo dijera?. Me pregunté si las pruebas ya estaban listas, pero no estaba segura de ir por ellas. Tenía miedo y estaba sola, me sentí entristecer, si Taehyung estuviera esto habría sido diferente, tan diferente. Pero la realidad era otra, una realidad que enfrentaba sola porque era mi deber.

Caminé por el pasillo a paso lento pero segura, varias de las señoras que anteriormente me criticaban, se habían ido. Me senté nuevamente en las sala de espera y después de diez minutos de estar allí la enfermera apareció buscandome con la mirada, esta vez era otra, no era la misma y eso me alivió un poco.

—¿Song Lía?.— me acerqué a paso apresurado y temblé en cuanto vi el papel en sus manos.

—¡Aquí!.— la enfermera me sonrió dulcemente y me entregó los análisis en mis manos.

Solo esperaba que toso salga bien.

Di media vuelta y salí de la clínica con el sobre aún en mis manos, aún sin abrirlo. No sabía que me esperaba, quería que fuera mentira, sentía: rabia, terror, angustia. Absolutamente todo, al llegar a casa corrí a mi habitación y me encerré allí, miré el sobre por algunos minutos y al final opté por darme una ducha primero.

No tenía valor.

Había llegado a casa a las cinco de la tarde, mi baño duro unos quince minutos y mientras me secaba y bajaba a cenar con mi madre, ya se habría hecho la noche. Subí las gradas hacia mi habitación y tomé el sobre que descansaba sobre la mesita de noche a un de mi cama, lo abrí y lo primero que leí fue mi nombre.

Clínica experimental
Paciente: Song Jung Lia.

Debido a los análisis de sangre, extrictamnete realizados bajos la total responsabilidad de la clínica, descartn posibles enfermedades terminales, de transmisión sexual o degenerativas, y dan la posibilidad de que la paciente padezca un estado de gestación con probabilidades de un...

PUPPET  [ T#1 TERMINADA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora