—No soy fuerte.— Escucho atenta, pero no logro entender a que se refiere.— Creí que haciéndote daño y mintiendo como lo hice ayer, te alejarías de mí. Dado que no soy fuerte para hacerlo yo.— concluyó.

Mis ojos cristalizados abandonaron su rostro y posé mi vista en el horizonte, donde el mar se une con el cielo, el cual se tiñe de un tono naranja con una mezcla de rosa.

—Olvidalo.— replico finalmente, intentando parecer fuerte, intentando hacerle creer que nada de lo que hizo me afectó.

Pero no era así.

Sus ojos son los que ahora buscan los míos, y los míos son ahora los que no lo corresponden. Me sentía desfallecer en cuanto sus brazos se envolvieron en mi cuerpo y pude inhalar su fragancia mezclarse con la mía, la calidez me cubría de la fría brisa y me pregunté una vez más.

¿como podía sentir seguridad en algo que está roto?

—No quiero que me odies, por favor.— suplicó, mis lágrimas cayeron sin más remedio.

—dije que lo olvidaras.—aclaré la voz para hacerle creer una vez más que nada de esto me afectaba, pero estaba tan rota que no podía seguir más.

—Sinceramente nunca creí que te amaría tanto, pensé que podía con ello.— enuncio aún abrazados, permitiéndome sentir las vibraciones de su voz en su pecho al hablar.

Mi voz finalmente se quebró.

—¿Te quedarías conmigo?.— Inquiri aferrando mis brazos más a su espalda, quería tenerlo siempre de éste modo, que no me soltara y que todo fuera cálido como ahora.

Pero no era cierto.

—Incluso si no estoy contigo, sólo recuerda que te amo.— beso en la coronilla de mi cabeza y sus brazos me tomaron fuertes una vez más.

mi pupilas finalmente dejaron que las  lágrimas fluyeran con libertad por mis mejillas, y terminaran siendo absorbidas por la tela de la chaqueta que llevaba Taehyung. No se quedaría a mi lado, eso quería decir que no podría estar nunca conmigo.

Me sentía morir.

—No puedo seguir haciéndote daño, Lía.— replica en un momento de silencio, mis ojos miran los suyos buscando la forma de entender.

—¿Te irás?.—Inquiero dado que en cualquier momento lo diría, y prefería ser yo quien preguntase. 

Desvío mi atención a un pequeño grupo de niños que juega con cinco globos llenos de elio, y un par de ellos se liberan de sus manos para volar libre a través del firmamento. Seco las lágrimas con el dorso de mi mano y me digno a mirarle nuevamente.

—Donde sea que vaya, jamás dejaré de pensarte.— Lo dice tímido y puedo notar tristeza liberada en el aire cada vez que suelta una frase.

Me cuesta mantener mis ojos firmes en los suyos, la respiración se me acorta, deseos de gritar y llorar a mares crecen en mí. Quiero aferrarme a él pero sé que debo dejarlo ir. Me está soltando y no puedo obligarlo a quedarse.

—Voy a volver por ti, lo prometo.—  Un rayo de esperanza se abre entre las nubes grises que pintan mi paisaje, siento mi corazón palpitar con desespero como antes, y mis ojos se vuelven rápidamente a él.

—¿Lo prometes?— Inquiero para confirmar lo que acaban de oír, sus labios vuelven a soltar esas mismas palabras y finalmente puedo respirar.

—Volveré por ti, no habrá nadie más que tú.— una vez más, sus manos me toman en sus brazos y sus labios tímidos guían a los mios en un sutil beso.

Un beso agridulce.

Sus labios dejaron los míos y descansamos nuestras repiraciones, permaneciendo en la misma posición. Una llamada llegó a mi móvil y busqué en mi bolso mientras Taehyung observaba con atención cada uno de mis movimientos, coloqué el móvil en mi oído después de hacer a un lado algunos mechones de cabello que revolotean con libertad sobre mi rostro.

Taehyung solo me observa.

—Estaré ahí.—Sonreí sin percatarme de aquel acto, Taehyung en ningún momento dejo de contemplarme mientras permanecía frente a mí, era como si me fotografiara con los ojos para guardar aquellas imagenes de mí en algún lugar dentro de memoria.

—¿Tienes que irte?.— Inquirió cuando me vio guardar el móvil en mi bolsa.

—Si...— murmulle. No quería tener que dejarlo, quería pasar un último momento junto a él.

—Bien, no deberías llegar tarde.— guardó ambas manos en los bolsillos a los laterales de sus vaqueros, me tomé  unos minutos para pensármelo, pero finalmente decidí que lo mejor era irme mientras no doliera más.

Solo solté una melancólica sonrisa en mis labios antes de dar media vuelta sobre mis talones y caminar dándole la espalda, pensando en lo que se había convertido después de todo. En sus pupilas había logrado detectar sinceridad, y esperaba no estar equivocada.

Miré hacia atrás y lo vi caminar en dirección contraria, con las manos aún en los bolsillos y su hermosa cabellera danzando sobre su cabeza a causa de la brisa salada del mar.
Arrastraba sus pies sobre la arena levantando pequeños granitos al rededor de sus botas negras, ahora polvorientas por la misma acción.

Volteó su cara en mi dirección y me alcanzó con la mirada, sonrió, soltó una breve sonrisa que me llenó el alma y que sin duda seguiría esperándola para volver a verla. Marché lejos de mi último encuentro, dejando memorias ahí, sobre la arena y cerca de la orilla del mar, marché lejos, y dejé el último pedazo de mi corazón en ese frío lugar.

Dejé la memoria de sus besos para que se los llevara el viento, y luego los volviera a traer a mí cuando sea el momento, cuando nos volvamos a encontrar y dejemos de ser extraños.

PUPPET  [ T#1 TERMINADA ]Where stories live. Discover now