Capitulo 3: "Recuerdos"

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-Creo que el ambiente del hospital te afecto-

-Que chistoso eres- le digo sarcásticamente- necesito verificar que lo que me dijo es real-

- ¿Qué te dijo? -

-Nada, no te importa-

-Vamos no te enojes- me dice sentándose a mi lado.

-Bien, pero no te rías- suspire a lo que el asintió con su cabeza- me dijo que la tenía que ayudar, al parecer era su alma o algo así- le digo cerrando los ojos y agachando mi cabeza para no ver la expresión de su cara, pero siento que el refresco que tenía en sus manos se le callo haciéndose trisas.

- ¿Qué has dicho? - me pregunta seriamente pero aun sorprendido.

-Lo que escuchaste y debo ir a verla ahora-

- ¿La ayudaras? -

-Claro, es tan pequeña que...-

- ¿Tenía una pulsera? -

- ¿Pulsera?, claro todos los que vienen al hospital tienen una para identificarse –

-Es una pulsera diferente-

-Pues creo que si-

- ¿De qué color era? -

-Blanca-

-Es una buena señal-

- ¿De qué hablas? -

-Vamos- me dice tomándome del brazo

-Oye me duele mi pierna, además ahí vidrios en el suelo-

-Lo... lo siento- me dice deteniéndose.

- ¿Qué sucede? -

-Te explico luego, ahora busquemos a ella niña, necesito verificar algo-

- ¿Qué cosa? -

-Sígueme la corriente- me dice

- ¿Qué? -

-Hola enfermera- le dice a una chica que estaba en un mesón.

-Hola joven, ¿En que lo puedo ayudar? -

-Necesito ver a mi hermana que esta...- me queda mirando.

-En esa habitación- le digo señalando una pieza en su computadora

- Tu hermana esta sedada al igual que su hija porque están débiles por la operación y la pequeña...- hace una pausa- no sé si pueda resistir más porque...-no sé porque no hablaba de una vez- una de sus costillas esta algo trisada y casi perfora uno de sus pulmones al trisarse sus costillas provoco que estuviera algo agitada y con casi nada de pulso-

-Bi...bien, solo necesito verla- le dice ese chico casi llorando. No creo que le crean esa maraña.

-Bueno, aunque no debería dejarlos pasar-

-Es importante, estoy preocupado por ella-

-Bien, parecen por aquí- nos dice guiándonos a una puerta; a mí me dolía mi pierna y ese chico creo que lo noto y se acercó a mí para que me apoyara en el para que me apoyara en el- Solo pueden estar unos minutos-

-Gracias- le dijimos juntos.

Entramos y al lado de una mujer que al parecer era su madre estaba la niña en una pequeña cama; su pulso no era continuo y estaba algo débil y pálida.

-Tócala-

- ¿Qué? – le pregunto mirándolo con extrañeza.

-Solo tócala Ágata-

ÁgataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora