Capítulo cuarenta y dos

Magsimula sa umpisa
                                    

—Qué lindo Liana... te queremos—. Fred y George la abrazaron.

—Sí, te queremos mucho—. Dijo George. Ginny se metió a la cocina y salió con un enorme pastel.

—Mira... esto es para ti—. Era color gris con rosa y tenía el nombre de la pequeña con negro.

—Es hermoso—.

—Mira esto—. Fred sacó una bolsita de su chamarra y un montón de confeti voló.

—En el mundo mágico cumplir 11 años no es cualquier cosa... por eso preparamos todo para ti—. Molly aplaudió y la casa se llenó de globos y serpentinas. Li-li sonrió y luego apagó las 11 velitas del pastel, la miré y ella me devolvió la mirada.

—Te amo—. Le susurré y ella asintió.

—Yo también—. La jalé y besé en la frente. Era más valiente de lo que pensábamos, era aún más de los que pensábamos... era una caja de sorpresas.

**Remus**

Por la mañana amaneció y yo ya estaba despierto, no podía dormir pensando muchas cosas. De pronto justo frente a mi ventana vi caminar una sombra negra a través de la tormenta de nieve, afiné la vista y vi a Ted casi congelándose. Me puse mi abrigo, tomé otro y un cobertor. Salí y abrí inmediatamente la puerta.

—Ted...—.

—Oh Remus—. Al acercarse le vi los labios morados y la piel llena de hielo. Le coloqué inmediatamente el abrigo y el cobertor, le ayudé a pasar y subí la temperatura de la cabaña —Gracias—.

—No agradezca—. Me metí a la cocina y le serví té que había preparado para mí —Tome... permítame—. Corrí a la habitación y saqué mis guantes y calcetines —Aquí tiene...—.

—Muchas gracias Remus, hubiera regresado por esto pero allá, fuera de mi casa hay mortífagos—.

—Sí los vimos... Ted ¿Por qué huye?—. Él me miró y suspiró.

—Es algo largo de contar pero bueno... alguna vez Bellatrix me amenazó, cuando supo que yo era con quien Andrómeda se casaría... con la primera guerra, escapé, a pesar de que me buscaron... a ella la metieron a Azkaban porque yo la delaté, yo dije dónde estaba la casa de los Black... ahora, defendí a Andrómeda un día que nos la encontramos, justo antes de tu boda y... la hechicé con la varita de Andrómeda—. Abrí los ojos sin entender.

—¿Cómo hizo eso?—.

—Al parecer Andrómeda fue la que lo convocó, pero yo tenía la varita... me echaron la culpa y pues... por eso ahora no solo me busca ella... sino todos—. Iba a comenzar a hablar cuando Liana salió de su cuarto.

—¿Abuelo? ¡Abuelo! Mamá... abuela rápido—. Ella corrió hacia Ted y lo abrazó —Estás helado ¿Estás bien?—.

—Sí, no te preocupes... es la tormenta... mi niña ¿Cómo estás?—.

—Muy bien—. Lo volvió a abrazar intentando protegerlo del frío.

—¿Qué pasa?—. Tonks salió y detrás de ella su madre —¡Por Merlín!—.

—¡Ted!— Ambas gritaron y mi suegra corrió a verlo —¿Cómo estás?... helado estás—.

—Estoy bien—. Él miró a su hija con ternura y soltó una lágrima —No puedo creer que me lo he perdido—.

—Ay papá... no te preocupes—. Ahora también Tonks lo abrazaba y él le miraba el vientre sin creerlo —Cinco meses y es un pequeño Ted—. Su padre la abrazó mientras Liana corría a mis brazos para que la cubriera del frío.

**Tonks**

—Bueno, no podía perderme el cumpleaños número 11 de mi nieta favorita—

—Sólo tienes una nieta—. Dijo Liana.

—¿Y él qué?—. Preguntó Ted frunciendo el ceño.

—Él puede ser tu favorito... será nieto no nieta—.

—¡Ah perfecto! Me siento más feliz que nunca—. Los escuchaba yo mientras Remus y mamá cocinaban.

—La maravillas que Liana puede hacer—. Dijo mamá y asentí.

—Juntarnos... a todos, a Remus y a mí... como sea, nos une—. Dije y el me miró.

—Ya está la comida—. Aplaudí frenéticamente y corrí a mi lugar. Todos jugábamos animadamente mientras la comida desaparecía poco a poco. Liana le contaba todo a su abuelo y él estaba maravillado. De pronto le asentí a Remus y sacó de debajo de un mueble dos cajas de regalo.

—Felicidades Li-li, esto lo compramos todos para ti—. Ella sonrió y abrió la caja de mis padres primero donde venía un par de botas negras con tacón ligeramente alto, cuando las vio abrió los ojos como sorprendida.

—Toda bruja necesita unas cuando cumple 11 años, y esas eran mías cuando entré a Hogwarts...—. Le dijo mi madre y yo misma me quedé atónita. A mí me había dado las que usaba en 5° debido a mi no tan pequeño pie.

—Gracias—. Las abrazó y luego abrió el nuestro. Sacó un reloj que yo misma había comprado, así como un dije con el escudo de Hogwarts.

—No importa que no puedas asistir... sabemos que te encanta—. Asintió entre lágrimas y sacó el regalo de Remus. Eran un par de libros algo viejos pero bien cuidados.

-Los cuentos de Beddle el Bardo y Criaturas fantásticas y dónde encontrarlas, uno me lo regaló James y el otro Sirius... espero te gusten—. Ella asintió y por último sacó una pañoleta roja, sin tocar su contenido la abrió y entonces observé una varita de unos 25 cm color caoba claro, miré a Remus.

—¿De quién era?—. Preguntó Liana.

—De mi madre... al morir pidió que la tuvieras tú—.

—¿Yo?—

—Bueno... dijo que... quería que una de sus nietas la tuviera—

—Pero jamás iré a Hogwarts—.

—Ella solo quería que la tuvieras...—. Finalmente ella asintió sin dejar de soltar lágrimas de felicidad y devolvió la varita envuelta en la caja.

Luna Llena Color Rosa Chicle (Remus & Tonks)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon