—¿Dormiste bien? —cambió drásticamente de tema para evadir sus responsabilidades, lo que él captó de inmediato, pero sólo se rio interiormente, apoyando los brazos en el colchón y recargándose hacia atrás.

—La cama es un poco pequeña... —le sonrió tierno, para que ella se percatara de lo cerca que en verdad estaban. —Nunca me había dado cuenta, bueno sí... aquella vez también lo noté —pareció recordar algo para inmediatamente desecharlo, sin darle tiempo a ella de responder, entonces se levantó.

Sin embargo, la reina había escuchado perfectamente sus palabras.

—Aquella vez... —bajó la mirada hacia su pierna inmóvil como piedra.

Era un tonto en verdad... no quería traer ese tema a colación... su condición no era la óptima para hablarlo, para recordarlo y mucho menos para volver a intentarlo, pero no podía evitarlo... aunque su mente lo comprendía o por lo menos eso parecía... su corazón y su cuerpo le decían otras cosas.

—No... me hagas caso, estoy jugando —trató de actuar de manera normal y se llevó una mano tras de la cabeza.

—¿Te gustó? —preguntó directa, por lo que él abrió grandes los ojos sorprendido.

—Pues... cla... claro, fue... un inicio... bastante difícil... pero al final encontré la manera de hacerlo y terminó gustándome mucho.

—Perdóname por no poder repetirlo...

—Ya te dije que por lo único que tú debes preocuparte ahora es por tu salud, lo más importante para mí, es tu recuperación —llegó hasta ella y le acarició algunos rizos que caían al lado de su mejilla izquierda. —Además... ¿Quién dice que no podemos hacerlo? —la miró animoso.

—¡¿Qué?! —se sonrojó hasta humear. —Pero Ash... —temblaron sus ojos al verlo.

—Eso es... ¡Ven acá! —se agachó sobre ella y tomándola en brazos, la levantó de la cama, para dar un giro sobre sí mismo, obligándola a afianzar sus brazos alrededor de su cuello.

—¡Ahh! ¡Jajajaja! —se rio y sonrió divertida cuando se detuvieron.

—¿Lo ves?... Aún podemos bailar cuanto queramos —arqueó los párpados para ella, cuya respuesta fue buscar atrapar su rostro con una mano y besarlo despacio y tierna, por traer a su mente aquel recuerdo maravilloso de sus vivencias juntos... de una manera tan sutil y hermosa.

La noche estaba entrada, al punto que el rocío empezaba a caer sobre las flores a las afueras del departamento. Cuando cruzaron la puerta del mismo, reían mucho.

—¡Y entonces Kiawe me dijo que me faltaban como mil Mudbray! ¡Me daban ganas de decirle "Qué dijiste maldito"! Pero no pude... —cayó sentado en el sofá sin decir más palabra.

—Pika pika... —cayó de igual manera Pikachu.

—¿Quién me dijiste que era Kiawe?... —lo miró y sonrió al verlo perdido en el mundo de los sueños. —Siempre te han caído muy mal las medicinas y esas cosas... no me imagino como estás ahora que esos amigos tuyos te dieron licor... —su cara cambia al descontento al recordar a Lillie y a Sofocles en la mesa, junto a Kiawe. Habían tenido una fiesta de bienvenida para los visitantes que venían a conocer la región de Kalos de la que su amigo conocido en ALOLA era campeón, sin embargo, la sonrisa se dibujó en su rostro, al recordar al instante el momento en que la presentó ante ellos.

"Mi novia"...

—Ash... oye Ash... —se agachó hasta la altura del sofá y trató de despertarlo con llamados no muy bruscos.

Other Way to BattleWhere stories live. Discover now