XXVIII

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No quería pensar más en el pasado. Lo que estuvo bien y lo que estaba mal... todo se había juntado en un solo cúmulo de situaciones que los estancaban a los dos y era algo que no podían permitir.

Si de algo estaba segura es que durante el tiempo que compartieron juntos... antes de y durante su vivencia en aquel apartamento, los hacía más fuertes, porque eran un equipo y eso era indiscutible.

Se hirieron...

Se lastimaron...

Y se alejaron...

Y por las razones equivocadas, a veces, la protección hacia el ser amado, lo recluye más... Y era una lección que la vida les apartó justamente para ellos, que iniciaron conociendo el significado del verdadero amor, para al verlo alejarse, comprender que el valor que ese sentimiento le da al corazón, es más grande que cualquier adversidad.

POKÉMON XY&Z

OTHER WAY TO BATTLE

XXVIII

El trino de los pájaros, llegaba con claridad a sus oídos, con el descanso que había tenido, al abrir los ojos al nuevo día que se filtró por la ventana abierta en persianas, se dio cuenta que se sentía mucho mejor.

Al menos físicamente, ya no le constaba trabajo respirar y su cuerpo había dejado de temblar...

Recordar por lo que había pasado la noche anterior, le dejaba extrañado consigo mismo. No tenía idea de que podía llegar a reaccionar de esa manera. Ya que, aunque no lo hiciera con esa intención, muchas veces se había arriesgado peor que eso, a su parecer... y sabía que pasara lo que pasara, siempre saldría airoso. Pero... ¿Tener miedo se siquiera le toquen la piel?... ¿Qué ocurría con él?...

No quería alejarse...

Fue lo primero que pensó al verla. Su amada se había quedado dormida a su lado, sentada sobre una silla y recostando la cabeza apenas sobre la cama donde él estaba, con los brazos sobre sus propias piernas, con la visible intención de hacer el menor contacto posible con él.

Su faz rosa y dormida, le daba la impresión de poder ser tocada sin que ella lo notara, quería sentir que podría recuperarse... y volver a hacer lo que un día fue... por lo que estiró el brazo en su dirección, pero no pudo acercarse más, los dedos estirados se retrajeron y la mano terminó apoyada sobre el colchón, junto a su mirada castaña que rodó caudal.

¿Por qué?... La afectación era tan fuerte... luego de haberse reencontrado con Emilia... que sentía miedo y asco de sí mismo. No podía tocar ni ser tocado... un rey midas de soledad.

Y lo había descubierto de la peor manera, el día anterior.

Se llevó una mano al cuello al recordar las palabras atroces de Emilia, hasta que fue traído a la realidad por Serena.

—¿Y... ese recuerdo... podría ser suplantado por algo más?... ¿Más fuerte?... ¿Más hermoso?... —preguntó con las lágrimas a punto de brotarle y brotándole, a la ex reina, no soportaba verlo así.

—¿Nosotros?... —preguntó al comprender sus palabras. —La desesperación en su interior por recuperarla... por tenerla a su lado por estos últimos tres años, se resumieron en su mirar tambaleante.

—Y nuestro hijo... —sonrió, derramando las lágrimas que se corrieron de sus ojos al cerrarlos y sin notarlo, presionar un poco más la mano que tenía sobre la pierna del campeón, lo que llamó su atención en una manera inesperada para él... procurando tranquilizarse pero con la imposibilidad de hacerlo, se sintió invadido, por lo que apartó la pierna, tratando de no ser muy notorio al respecto, se levantó de la cama, ante la mirada extrañada de la ex reina que lo siguió, hasta el cuarto de baño, donde el campeón supuso que estaba un lugar para alejarse.

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